Favor completo (2)

Una historia real

Lo pensó, y me lo hizo. Desde atarme a la cama para hacerme lo que quiso, hasta obligarme a meterla en el coño todo lo que encontré y que cupiese, incluida mi polla más de una vez, claro.

Ese día se despidió un par de horas más tarde de lo acostumbrado, con un beso en la boca y diciendo:

-Si no te importa mañana vendré un poco antes de la hora de conectarme.

-Claro que sí.

III

Efectivamente, al día siguiente llegó casi una hora antes de lo habitual y con una botella de cava. Co...

Favor completo (1)

Una historia real

Con el calor del verano, cuando cae el sol me gusta salir con mi ordenador portátil a la terraza para trabajar allí, ya que prefiero el fresco vespertino al aire acondicionado. Normalmente estaba tan abstraído que no me enteraba de lo que pasaba a mi alrededor, hasta que un día una voz, en la terraza de al lado, interrumpió momentáneamente mi trabajo:

-Buenas tardes vecino.

Era una mujer de unos 40 años con la que, esporádicamente, había subido en el ascensor. En esas ocasiones, aparte de los bu...

Visita de cortesía (y 2)

Una historia real

-¿Lo hago bien así? –Preguntó.

-Muy bien, pero me deberías dejar que yo también tocase algo.

Sin decir palabra separó los muslos, con la corta falda sus minúsculas braguitas quedaron de inmediato a la vista. Alargué la mano y empecé a acariciarle el coño por encima de ellas. Enseguida empezó a agitarse.

-Anda –dije-, quítate las bragas.

-Sí, pero tú también los pantalones.

Me desprendí de zapatos, pantalones y calzoncillos, y al instante se había metido la polla en su boca y la...

Visita de cortesía (1)

Una historia real

Como casi cada tarde, a eso de las seis, aparcaba el coche a la puerta de Lola. A esa hora solíamos tener una sesión de sexo; dado que sus hijos no llegaban hasta las nueve, y eso para marcharse enseguida; para luego salir a cenar y volver a su casa, o ir a la mía, a seguir follando, ya que ella era prácticamente insaciable.

Pero cuando llamé a su puerta y me  hizo entrar, pensé que aquella tarde se iban a frustrar nuestros planes de sexo. Sentada en uno de los sillones del salón había una visita.

...

Templos del morbo

Esto no es un relato, sino una opinión

Supongo que casi todos conoceréis los locales liberales y tendréis experiencia en ellos, pero yo voy a tratar de plasmar las sensaciones, el morbo, que despiertan, a través de una especie de ‘visita guiada’.

Una vez cumplido el trámite de ‘presentarse’ en la barra, pasas al interior y te sientas en alguno de los cómodos sofás, en los que, según la hora, ya hay algunas parejas. Aclarar que no dejan entrar a hombres solos… Bueno, sí dejan, pero no pueden estar en la sala de los sillones de las parejas,...

Zona wi-fi

Una historia real

No es que me gusten mucho los portátiles, pero alguna mañana, con el buen tiempo, cojo el mío y me voy a una terraza de un bar del pueblo que tiene zona WIFI, allí me entretengo un par de horas con mis cosas mientras me tomo un par de cafés. Al tiempo que salgo un rato de mi casa.

Naturalmente a esas horas, salvo un par de despistados y la gente que desayunaba antes de ir al trabajo, apenas había nadie, y menos en la terraza exterior, lo que me permitía concentrarme en mis cosas.

Pero aquella ma...

Vicio telefónico

La fuerza de la costumbre

Andaba yo; como todas las noches de aquel tiempo pasado, que no por pasado fue mejor; cantando mis canciones en “Don Simón”, tomándome mis copas, y bromeando con mis amigos, el pianista y Ana.

Supongo que conocéis esos sitios. Allí todo el mundo quiere cantar, lo haga mejor o peor, y si no cantan te ‘acosan’ pidiéndote temas, algunos tan extraños como “Canción para una amapola solitaria en un jardín japonés”, que no se debe saber ni quien la compusiera.

Pero aquella noche de martes la gente anda...

Urgencias

Abierto las 24 horas

Eran las cuatro de la tarde de aquel miércoles y me acababa de levantar; era mi horario normal dada mi vida nocturna. Andaba por la cocina mirando en la nevera a ver qué podía comer antes de sentarme a escribir mis trabajos cuando llamaron a la puerta.

Era Verónica, una de mis amigas-amantes-ligues, y me extrañó mucho su presencia porque sólo solía tener libres para vernos los fines de semana.

-¡Caramba! –Dije-. ¿Cómo tú hoy por aquí?

-Ya ves. ¿Cómo estás de ánimos? Porque necesito que me...

Marisa

Buena vecindad

La bienvenida

Hacía apenas una semana que me había trasladado desde El Zulo a mi nueva vivienda, tras quedar solucionado el papeleo con la inmobiliaria. Ni que decir tiene que no conocía a ninguno de mis nuevos vecinos, pues apenas si me había cruzado con un para de ellos en el ascensor durante este breve periodo.

Mi actividad; durante las tardes, pues por las mañanas dormía tras regresar de mis salidas nocturnas; consistía en ir colocando las pocas cosas que me había traído de mi antigua casa,...

Las amables peluqueras

Un buen servicio

Con la moda de los metro sexuales, que aunque no todos la seguimos sí termina por afectarnos, casi todos los hombres hemos abandonado la visita, más o menos mensual, a las clásicas ‘peluquerías de caballeros’ y las hemos cambiado por aquellas ‘unisex’. La verdad es que, cuando menos, son más confortables y menos cutres, aunque no tengan ese aire romántico de “El barbero de Sevilla”.

Y ese jueves me tocaba ir a la mía. Me habían dado hora para las 20:15, aunque era después de cerrar, en atención a que...