Un día irrepetible (2)

Deja tu coche en casa

CAMINO AL TRABAJO

El autobús está lleno de gente extraña hombres, mujeres, niños con sus madres, las miradas perdidas en una multitud que no se para a pensar en los deseos escondidos de cada uno.

Una mirada se clava en mi nuca, me giro y veo a un joven alto, moreno con una camiseta ceñida a su cuerpo musculoso , esa mirada en la que te notas que empiezan a desnudarte, una media sonrisa y piensas ¡¡¡no es a mi!!!

Me siento, sigue estando el autobús lleno pero casualidades de la vida se vací...

Un día irrepetible (1)

Cuando uan está caliente

En casa

Suena el despertador, abro los ojos y pienso otro día mas, ¡que pereza levantarse, pero tengo que ir a trabajar con lo calentita que estoy aquí dentro.

Llevo unas braguitas y una camiseta y me está entrando calor ¡me estoy poniendo caliente; no es la cama soy yo¡

Estoy húmeda me lo noto y necesito relajarme, bajo mi mano y rozo mis dedos con mis pezones están duros, erguidos debajo de la camiseta que me quito al momento, masajeo mis pechos estiro de mis pezones y los mojo con mi le...

Piso compartido

Buena anfitriona

Cuando me tuve que marchar de casa, como mis disponibilidades económicas no eran una maravilla, tuve que buscar lo más barato donde poder vivir. Mirando anuncios encontré la oferta de una habitación en una casa no muy lejos de donde vivía antes, de forma que anoté el teléfono.

Llamé y s escuché una voz femenina que me dijo que el piso era suyo, con tres habitaciones, dos de ellas ocupadas por otros dos hombres. Ella vivía en la puerta de enfrente y aquel piso sólo lo tenía como negocio. Me interesó el...

El movimiento del bus

Cualquier sitio es bueno

Algunos dicen que soy una calientapollas, y puede que tengan razón porque me encanta provocar a los hombres, con mi mirada, con mis gestos, con mis movimientos, a veces incluso con mis palabras. Me enloquece excitar a los tíos.

Claro que también me gusta follar cuando se da la oportunidad, pero si no se da no me importa, no es la primera vez que me he corrido sólo de ver a los tíos babeantes y notar cómo se infla su rabo debajo de los pantalones.

Y no se da siempre la oportunidad porque para mí...

Entendimiento filial

Buenas relacione madre e hija

Hacía ya un par de meses que vivía más en casa de Celia que en la mía. Sobre todo dormir, dormía todas las noches con ella. Celia tenía una hija: Paula, de unos 24 años que, por supuesto, estaba al tanto de que su madre y yo follábamos todas las noches y algunas tardes, y nunca había pasado nada. Por eso me extrañó cuando aquella tarde, Celia me dijo:

-Tengo que comentarte una cosa: Paula me ha comentado que muchas noches nos oye cuando hacemos sexo y se excita tanto que tiene que masturbarse.

-...

Dos solitarios

Encuentro casual

Hacía pocos días que había roto con mi pareja y me había marchado de casa, por lo que andaba un tanto alicaído y pasaba más tiempo en la calle que en mi nuevo domicilio.

Aquella tarde estaba sentado en la terraza de una cafetería; por aquello de que en las terrazas se puede fumar; con la mente en otra parte, pensando en mis cosas que eran, por qué no decirlo, poco halagüeñas. Me distrajo un tanto una mujer que se sentó en la mesa de al lado, porque estaba de muy buen ver, según se aprecia en la foto a...

Nuestros encuentros com pekos

Escrito por Billy Rodriguez

Nuestros encuentros con Pecos

Un viernes, a las 10 de la mañana estoy en mi casa, Billy trabajando y suena el timbre.  Atiendo y es una hermosa mujer. Esta es la conversación:

  • Hola, me dice, soy Maju, la novia de Pecos. Alabaste su miembro muy entusismada y vengo a invitarte en su nombre a una reunión de sexo con él.

  • Pero está mi marido, también.

  • Mejor. así es más morbo. Si lo desean pasamos a buscarlos a las 10 pm.

Fue un día de nervios y cachondeo. Por fin a la hora justa pasaron...

Tio alberto (2)

Todos en la batidora

Cuando llegamos a mi casa fue cuando empecé a sentirme en mi elemento. Sin pasar del salón le dije.

-Bien, ahora vas a demostrarme cómo sabes mamarla, no tienes que tocarla con las manos. Pero antes desnúdate.

Eso no le costó mucho, pues apenas llevaba dos prendas. Se arrodilló ante mí y me bajó los pantalones. Sin usar para nada las manos, una de las cuales tenía ocupada en masajearse el clítoris, se puso a mamármela con total entusiasmo, y la verdad es que no lo hacía mal, estaba claro que se...

Tío alberto (1)

Juventud y madurez

Esta historia la he titulado como el tema musical de Serrat porque presenta muchas similitudes, aunque no es un espejo total;

“Qué suerte tienes cochino,

en el final del camino

te esperó la sombra fresca

de una piel suave de veinte años

donde olvidar los desengaños

de diez lustros de amor

tío Alberto”. (N. del A.)

Había quedado es tarde con una amiga, más o menos de mi edad, a la que intentaba desde hace días “llevarme al huerto”. Se resistía, pero no con much...

El que la hace la paga

Pero si el precio es adecuado Segunda parte de la saga MI MADRINA DE BODA

Por fin llegó el día de la boda. Confieso que yo estaba un poco nervioso por lo que se pudiese ocurrir hacer o decir a Elena, o simplemente a l que se le escapase, que pudiera montar la tangana.

Eran temores infundados. Aparte de una sonrisa cómplice, que podía interpretarse de cualquier forma, Elena se comportó perfectamente. Ni siquiera hizo intención de bailar conmigo en la fiesta posterior.

Pasaron dos meses de feliz matrimonio y ya parecía que mi desmán con Elena y la amiga no iba a tener c...