Atención al cliente
Un buen servicio
Hacía unos tres meses que había empezado mi relación con Andrea y las cosas no estaban siendo fáciles en lo tocante a nuestros encuentros.
Me explico: En su casa solía estar su marido, la mía, ya se sabe, no estaba en condiciones para recibir a nadie, y coger una habitación de hotel cada vez que queríamos echar un polvo era muy gravoso para nuestras economías. Lo que pasa es que Andrea estaba tan buena que compensaba aquellos inconvenientes.
Por suerte aliviaba algo esta situación el hecho de qu...