Cerdas y cachondas (Parte número 04).

Parte número cuatro de esta nueva y larga historia, a la que he dado un título muy sugerente, que espero sea del agrado de mis lectores y que, para bien ó para mal, me hagan llegar sus comentarios.

Pero, como no conseguía ligar con ninguna de las chicas, terminé dándome cuenta de que aquello no me llevaba a ningún lado por lo que decidí dejar de lado a Abigail y a sus jugadoras para irlas olvidando con el paso del tiempo y en su lugar, centrarme en los “monumentos” de carne y hueso con los que día a día me cruzaba en la calle sin dudar en mantener fija mi mirada en el culo de las jóvenes y en llegar a desnudarlas con la vista lo que originaba que el pene se me levantara tantas veces al cabo del día qu...

Cerdas y cachondas (Parte número 03).

Parte número tres de esta nueva y larga historia, a la que he dado un título muy sugerente, que espero sea del agrado de mis lectores y que, para bien ó para mal, me hagan llegar sus comentarios.

Un poco después, Abigail dejó de hacerme presión con sus piernas en el culo lo que aproveché para sacarla la “banana” e incorporarme. En cuanto lo hice la joven se levantó y sentándose en el banco de madera, procedió a despojarse de la camiseta y del sujetador, conjuntado con su braga. Una vez que sus tetas quedaron al descubierto se las cogió con sus manos y mientras se las apretaba, me preguntó que si me gustaban. La respondí afirmativamente y ella, sonriéndome, me hizo sentarme a su lado para que se las...

Ninfómana y obediente (Parte número 23).

Parte veintitres de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

“ *En vista de lo calentorra que estaba y de lo fácilmente que había llegado y en dos ocasiones al clímax, dejé de excitarla, la extraje mis dedos de la cueva vaginal, la hice subirse más la falda de su uniforme para poder verla la braga y saqué mis manos de su prenda íntima que hice descender un poco para poder acariciarla el “felpudo” pélvico, en el que me limpié meticulosamente los dedos, antes de hacer lo propio con la parte superior interna de sus abiertas piernas. Mientras me mantenía ocupado con ell...

Ninfómana y obediente (Parte número 22).

Parte veintidos de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

Un día festivo Saúl y Eva decidieron desplazarse para poder pasar el día con Erlinda y conmigo. Después de dejar a sus hijos y a París al cuidado de Nicole decidimos irnos a comer al campo. Saúl se empeñó en llevarnos a una amplia arboleda que era bastante frecuentada por parejas deseosas de darse satisfacción sexual. Cuándo lo recorrimos pudimos ver a varias en plena faena además de comprobar que cada vez existía más adicción entre las jóvenes asiáticas a, después de que su pareja hubiera descargado dentro...

Ninfómana y obediente (Parte número 21).

Parte veintiuno de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

La bella Erlinda me motivaba tanto que, después de conocer su historia y de saber que llevaba años inmersa en el sexo lesbico, no pude reprimirme y la besé en la boca. Ella me devolvió el “morreo” por lo que me animé a proponerla que nos liáramos. Aceptó y aunque tenía mucha experiencia, no terminaba de encontrar en ella a una fémina tan bisexual como Eva por lo que, aunque la gustaba que nos comiéramos mutuamente el chocho; que nos masturbáramos; que nos magreáramos; que nos mamáramos las “peras” y que nos...

Ninfómana y obediente (Parte número 20).

Parte veinte de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

“ *Mi progenitora me había advertido de que tuviera cuidado con Jacques puesto que estaba tan enganchado al sexo que con tal de poder disfrutar de nuevas experiencias era capaz de desgraciarme ó de hacerme cualquier cosa desagradable pocos días antes de que aquel cabrón me dijera que tenía que conseguir convencerla para que, en menos de una semana, se abriera de piernas para él con el propósito de disponer de la “chirla”, del culo y de la boca de mi madre y de mi trasero para, a su antojo, poder depositar...

Cerdas y cachondas (Parte número 01).

Nueva y larga historia, a la que he dado un título muy sugerente, que comienzo a publicar y que espero sea del agrado de mis lectores.

Conocí a Jacqueline, una atractiva y esbelta francesita de cabello moreno a media melena, ojos verdes y exuberante físico, en el instituto en el que cursé los estudios del, entonces, bachillerato superior. Resultó ser una chica liberal y moderna a la que la encantaba resaltar sus curvas luciendo un vestuario ceñido, provocativo y sugerente lo que, unido a su “palmito”, no tardó en levantar admiración y algunas envidias entre sus compañeras y en mantener de lo más encandilados a sus compañeros a los que, al...

Ninfómana y obediente (Parte número 19).

Parte diecinueve de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

Erlinda, que residía en una casa situada en los extrarradios, decidió comprar a Saúl y a Eva el que había sido su domicilio con intención de alojarse en un lugar más céntrico y más próximo a su trabajo con lo que, a pesar de sus continuos viajes, la pude conocer mejor puesto que, hasta entonces y aunque la hubiera visto muchas veces en acción con Saúl, habíamos hablado muy poco y sólo sabía que no sentía demasiadas simpatías por el sexo masculino. Un domingo por la tarde y mientras tomábamos un café con lec...

Ninfómana y obediente (Parte número 18).

Parte dieciocho de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

Nuestra actividad sexual no sufría variación alguna de un día para otro, excepto los domingos en que disponíamos de más tiempo y solíamos contar con la colaboración de Erlinda, una exuberante y joven prima de Eva que desempeñaba un cargo ejecutivo en la empresa que mi padre se había encargado de encauzar durante su estancia y que usaba una ropa interior, llena de transparencias, sumamente provocativa y sugerente. Como el resto de la semana estaba muy ocupada y la mayoría de los días de viaje, nos decía que...

Ninfómana y obediente (Parte número 17).

Parte diecisiete de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

Me imaginaba que el encontrar ropa interior que se ajustara a las indicaciones de Eva iba a ser bastante complicado en un país en el que las féminas no podíamos usar pantalón ni cuándo se daban las más adversas condiciones metereologicas y en el que las prendas íntimas caladas y el tanga aún no habían tenido tanta aceptación ni su uso se había generalizado puesto que aún no había alcanzado el mismo auge que en las naciones occidentales, lo que ocasionaba que tuviera que utilizar con bastante asiduidad braga...