Cerdas y cachondas (Parte número 04).
Parte número cuatro de esta nueva y larga historia, a la que he dado un título muy sugerente, que espero sea del agrado de mis lectores y que, para bien ó para mal, me hagan llegar sus comentarios.
Pero, como no conseguía ligar con ninguna de las chicas, terminé dándome cuenta de que aquello no me llevaba a ningún lado por lo que decidí dejar de lado a Abigail y a sus jugadoras para irlas olvidando con el paso del tiempo y en su lugar, centrarme en los “monumentos” de carne y hueso con los que día a día me cruzaba en la calle sin dudar en mantener fija mi mirada en el culo de las jóvenes y en llegar a desnudarlas con la vista lo que originaba que el pene se me levantara tantas veces al cabo del día qu...