Una mirada en su espalda

Desató mis más grandes temores.

Mario odiaba sentir una mirada clavada en su trasero, más aún cuando había dejado de ejercitarlo desde hacía mucho, desde que ella se marchara, desde que ella huyera. "¿Para qué lo quiero duro, si nadie ha de tocarlo?", se decía para excusar la apatía que gobernaba cada punto de su vida. Con esa misma flojera, habiéndolo hecho antes las demás personas que como él esperaban impacientes, librándose así de ese par de críticos ojos en sus glúteos, subió al autobús que lo llevaría a su departamento, a su r...

Un lugar en la historia...

No siempre se consigué con una victoria.

Un lugar en la historia

Los dedos de Andrea golpeaban impacientes el colchón, esperando que alguien cruzara la puerta de aquel frío y solitario cuarto, que alguien la pusiera al tanto de su situación. Estaba muy confundida, sin la más mínima idea del porque se encontraba en aquel lecho de hospital, conectada a aquellos aparatos y sin recuerdos recientes en su memoria. Su expresión era de desconcierto, y en sus ojos se podía observar, incluso, un poco de miedo. Hacía ya varios minutos que había d...

Veinte años

Y las cosas continuan igual.

Veinte años.

Fue cuando iba por la sexta copa que me lo topé. Andaba yo de viaje de negocios, dizque promoviendo mi última novela entre la comunidad latina de los Estados Unidos, la de Los Ángeles, siendo más específico. "Mil formas para matar a tu suegra y no ser descubierto", como se titulaba el libro por el cual me encontraba en aquella ciudad de gente culta y mente abierta, había obtenido cierta fama en México, por lo que mi editor, fiel a su tradición de contradecir todos y cada uno de mis...

Razones

Me sobran pa olvidarte.

Hay mil razones,

Para olvidarte,

Mientras mis ojos miran el televisor,

Al tiempo que programas van programas vienen,

Llantos y risas retumban las bocinas,

Y yo que me pregunto dónde andas,

Por quién has cambiado tú mi cama.

Existen motivos,

Muchos motivos,

Para no acordarme,

De tu boca, de tus manos, de tu amor,

Mientras veo pasar las horas,

Y la vida se reduce a nada,

A espacios vacíos que tú ya no ocupas,

Que tú ya no llen...

Sorprendiendo a mi doctor

Una cita inesperada. Un paciente con problemas. Una noche inolvidable.

El doctor López se encontraba archivando los expedientes del día, cuando él apareció en su consultorio. El galeno tenía pensado marcharse temprano a casa y sorprender a su pareja con una buena cena, ya incluso le había dado la salida a su secretaria y había cancelado la cita de las ocho, pero sus planes cambiaron en el mismo instante en que ese bello espécimen atravesó la puerta. Esa cabellera larga, castaña y abundante bailando con su caminar, esos fuertes brazos ahogándose en esa ajustada playera, e...

Un intruso en mi cama

Asechándome noche a noche.

Un intruso en mi cama.

Fría era la noche,

Rojas eran las sábanas,

Muy profundo mi sueño,

Y de encaje blanco mis bragas.

Azul y de cuadros tu camisa,

En tus pantalones atrapado el deseo,

Negras y oscuras tus intenciones,

En mi cama se entrometieron.

Suave la caricia en mi mejilla,

Lento mi volver a despertar,

Tu rigidez presionando mis glúteos,

Y una mano impidiéndome gritar.

Brillantes tus ojos de locura y de lujuria,

De...

Una vez más, no por favor, papá

Cuando el verdugo está en casa, asechando del otro lado de la puerta.

En cuanto escuchó el rechinar de la puerta, María apagó el televisor, se puso de pie y corrió hacia la cocina, a calentar la cena de su padre. El reloj marcaba unos minutos más de lo acostumbrado y seguramente vendría hambriento, así que tenía que apresurarse y servirle el plato, si es que no quería recibir un par de puñetazos como premio a su tardanza.

Para fortuna de la chica, la carne con chile que había preparado no estaba del todo fría pues no hacía mucho que había terminado de cocinarla, p...

Tu culo por la droga

Cuando no hay dinero, siempre queda el recurrir al cuerpo.

Las cortinas bailaban siguiendo el ritmo de la canción de salsa que cantaba el espejo, y de la apagada bombilla que colgaba del techo nacían luces multicolores que tomaban las más extrañas formas. Mi mente desvariaba más que nunca. Mi cama se había transformado en un pequeño lago en el cual como sirenas nadaban las almohadas, y las pinturas en los muros me hablaban al oído. Ya no sabía si las alucinaciones eran producto de las pastillas que tomara la noche anterior o de las ansias de tragar un par más...

Lazos de sangre

De sangre caliente que arrastra hasta la muerte.

"Ahí donde no conocen la luz del sol, donde se arrastran pues no suelen caminar, donde unos a otros se han de devorar, ahí, ahí lo encontrarás".

Las palabras que mi madre me dejara escritas en un papel que por los años se había tornado amarillento iban tomando forma, se iban materializando ante mis sorprendidos ojos, incapaces de creer que no estuvieran dentro de un sueño y que un lugar así en verdad existiera. Me había resultado difícil llegar hasta ese punto de la ciudad pues parecía como si n...

Cantos de jazmín

Lastimando mis oídos.

Cantos de jazmín.

Tomé la fotografía de mi madre y llena de rabia le escupí un "te odio". Estaba sentada en la sala, con los pies sobre la mesa, ensuciándola de lodo. Eso nunca le gustó, pero ya no estaba ahí para gritarme sus reclamos. Y mi sonrisa se reflejaba en su retrato. "Mírame, estoy perturbando la enfermiza perfección de tu hogar y no puedes hacer nada para evitarlo", le dije como queriendo obtener respuesta de esa fría mirada, que más que nunca me ignoraba, que como siempre me juzgaba:...