Hoy puedes hacer conmigo lo que se te plazca.

Al fin y al cabo, desde mañana ya no te veré.

Hoy puedes hacer conmigo lo que se te plazca.

Jaime tardó un buen rato en decidirse a bajar del auto. No sabía por qué, pero una opresión en su pecho, algo parecido a un presentimiento, le aconsejaba encender el motor y marcharse a toda prisa. Desde antes que saliera de la oficina lo había invadido esa sensación de vacío, y tentado estuvo a aceptar la invitación que le hicieron sus compañeros de irse de parranda. No tenía ganas de volver a casa, mas cumplía tres años con su novia y debía hac...

Y perdió la batalla

Y se volvió una bestia.

– ¡No me lastime, por favor! – suplicó desesperadamente la jovencita al verse acorralada por aquel sujeto de mirada maliciosa –. ¡Soy virgen! – imploró entre lágrimas al pensar que su primera vez sería una violación.

– No te preocupes, que no voy a abusar de ti – señaló el exaltado individuo metiéndose la mano en el bolsillo –. No al menos – sacó la mano empuñando una pistola –, antes de matarte – apuntó a la frente de la chiquilla y apretó el gatillo.

El estruendo del disparo asustó a las...

Prestándole mi esposa al negro...

Para pagar mis deudas de juego.

En cuanto Sara puso un pie en la sala, los tres hombres guardaron silencio. Su marido, sentado en el sillón individual ubicado al lado del mueble que sostenía el televisor, tenía una expresión que delataba su preocupación. Álvaro, amigo de su esposo, se encontraba parado frente a éste y parecía ser el causante de su pena. Y el tercer hombre, un sujeto misterioso y para ella desconocido que le daba mala espina, observaba a los otros dos entre excitado e indiferente, como a punto de envolverse en un asu...

¿Cobardía, sensates o precaución?

¿Qué es lo que nos hace voltear la mirada?

Si algo caracterizaba a Brenda es la impuntualidad. Como siempre, aquella noche también llegó después de lo pactado a la cita. Como ambas tenían compromisos de los que se desocuparían un poco tarde, había acordado con su hermana encontrarse en cierto sitio a cierta hora para de ahí las dos cruzar el parque que separaba a su colonia del resto de la ciudad. Habían fijado entre las diez con quince y las diez con treinta el lapso de espera, pero Brenda arribó al lugar casi a las once y, obviamente, su her...

¿Pagarás mi renta?

Fué lo que me preguntó antes de mamarme la verga.

¿Pagarás mi renta?

Como todas las noches desde que su esposa falleciera al arrojarse a las vías del tren no soportando un día más a su lado, Alejandro entró a esa cantina ubicada a dos cuadras de su casa en la que a cambio de unas cuantas copas que a fin de cuentas no le restaban ni un gramo de pena dejaba siempre las pocas monedas que boleando zapatos en la plaza conseguía. Como todas las noches y mientras el escaso dinero en sus zurcidos bolsillos se hacía nada, pidió un trago tras otro y se l...

Al primo... aunque él no quiera

Por querer consolar a mi primo, él termina violándome.

Al primo… aunque él no quiera.

Mi primo azotó la puerta con tal fuerza que me despertó. Lo había estado esperando, pero después de hacerlo por casi una hora el sonido de las manecillas terminó cerrándome los párpados. Cuando terminamos de cenar, luego de los tres lavarnos los dientes con la intención de irnos a acostar, mi padre lo llamó al despacho. Ramón quiso negarse argumentando que el día había sido muy pesado y que en verdad estaba exhausto, pero era inútil decirle que no a mi padre. Sin s...

Sexo bajo cero

Una pareja de hermanos sacia sus ganas sobre una pista de hielo.

Sexo bajo cero.

Fue alrededor de las dos de la mañana que su teléfono sonó. El entrenamiento del día anterior lo había dejado sumamente agotado y por lo profundo de su sueño tardó un buen rato en escuchar el timbre de su celular. Preguntándose quién rayos podría llamarlo a esa hora, estiró el brazo buscando el aparato. Una vez que lo encontró, aceptó la llamada y lo llevó a su oído. Con una clara modorra distorsionándole la voz, se dispuso a contestar.

¿Bueno?

¿Soñabas conmigo, herman...

Raúl, mi amor, salió del clóset

Y me recordó que no hay nada mejor que sentir su verga dentro.

Raúl, mi amor, salió del clóset.

Jonatan salió del sanitario, aspiró dos veces y se dirigió de regreso al jardín. Al área de la piscina, ahí donde sus amigos y su novia continuaban con la pachanga. Era su cumpleaños. Desde niño había odiado las fiestas, los regalos y todo lo que tuviera que ver con celebrar un año más, pero en esa ocasión nadie le pidió siquiera su opinión. Cargando con un equipo de sonido, cerveza para saciar a una ciudad entera, globos y serpentinas, sus amigos se aparecieron...

Lara y Aldo eran hermanos

Y después también serían amantes.

Lara giró la cabeza hacia un lado y hacia el otro sin saber que contestar. La audiencia entera la miraba esperando su respuesta. El novio sentía que sus intestinos se zangoloteaban ante la posibilidad de que ella dijera que no. El sacerdote insistió. La interrogó por tercera vez con secativa, y ella finalmente respondió. ¡Sí, acepto! – exclamó y todos suspiraron aliviados –. Todos excepto Aldo, quien oculto detrás de un pilar, a salvo de las miradas de los otros, observaba la ceremonia con los ojos hú...

La Corona (2)

Para ti, la continuación que nunca planeé.

La Corona. Segunda parte.

– ¿Ya casi llegamos, maestro? – preguntó Rudolf deteniéndose a descansar un poco.

El joven aprendiz de mago, junto con su mentor Jericob y su compañero de entrenamiento Valety, había emprendido el camino hacia la punta de la montaña Hiracosa con el fin de iniciar la siguiente parte de su preparación, con el propósito de desarrollar sus habilidades por completo para así impedir que el orden de maldad y muerte con el que el rey Tanom azotaba la comarca continuara ex...