El silencio tiene su precio
La "pepona" cae en la red de un maduro goloso.
Ayer, sobre las 20:30 volvía a casa tras un largo día de trabajo y a pesar de eso subí por la escalera hasta el tercer piso donde está mi apartamento. Aunque paso de los cincuenta, procuro hacer deporte y ejercicio físico para mantenerme en buena forma por lo que evito usar el ascensor.
Mientras iba ascendiendo por la escalera oí unos ruidos que llamaron mi atención. Desde la parte alta de la escalera venían unos extraños ruidos que parecían suspiros y gemidos contenidos. Para averiguar la naturaleza...