Abandonada 01: de cine

¿Hasta donde pueden conducirnos la pena y la soledad?

Cuando Carlos me dejó, me quedé muy descolocada. Se fue con Lala, mi hermana, y se instaló en el apartamento de al lado. Papá tuvo la idea de regalarnos dos pisos contiguos. Los escuchaba follar, y cuando se reían, me parecía que era de mí. Estuve meses obsesionada.

Una tarde, salí de casa sin saber a donde ir. No soportaba saberlos al lado jodiendo como conejos. Sin pensar, entré en el primer cine que encontré. No quería hablar con nadie ni que nadie me viera. Me sentía fea, como si cualquiera pudier...

Marina

Un cuentecillo de encuentro casual y cornudo contento.

Así que allí estábamos: Marina, a cuatro patas, con los ojos entornados, temblando, no sé si de miedo, de excitación, o ambas cosas, le ofrecía el culo en pompa, y él, que durante unos interminables minutos, ante mi atenta mirada, había estado acariciando su coño, haciéndola gemir, dirigía hacia él aquella enorme polla negra, que parecía imposible creer que pudiera caber en su cuerpo, menudo aunque redondeado y abundante.

Firmemente decidido a observar hasta el más mínimo detalle, desnudo también, me...

Merche 04: doblar su ropa interior

¿Podemos llegar más lejos? Sí ADVERTENCIA: contiene escenas de sexo homosexual

Aquella abstinencia a que Merche me forzaba parecía proporcionarle un enorme placer. Tras el primer mes, y con solo el mínimo respiro del orgasmo vergonzante y miserable del dildo en el culo, decidió que íbamos a prolongarla, y continuó añadiendo al suplicio todos cuantos estímulos se le ocurría.

Yo, de alguna manera, seguía podríamos decir que fascinado por el nuevo juego de roles. Imposibilitado de obtener lo que hasta entonces habría llamado “placer”, privado de eyacular -por simplificarlo-, encont...

Merche 03: No es pedir mucho

Seguimos con el proceso de degradación

A mi, de aquellos primeros tiempos, me queda una sensación ambigua. Creo que los viví sumido en el desconcierto, dejándome llevar por lo que sucedía, por aquello de que, al menos aparentemente, yo mismo había desencadenado con la extraña idea de contratar a Marco y Max para que se follaran a Merche delante de mí.

Después, cuando supe lo de Carlos, comencé a cuestionármelo. No es que me arrepintiera, no quiero que se me malinterprete. No. Más bien es que, de repente, la idea de que Merche me hubiera pu...

Merche 05: uizás no hiciera falta...

Un mínimo giro en los acontecimientos

Aquello duró una semana eterna. Durante siete días completos, con sus noches, Sancho vivió en casa. Merche y él se comportaban como auténticos tortolitos. Ni me miraban, ni me hablaban. Era como si yo no estuviera. Sencillamente follaban, se besaban, se sentaban juntos… Yo me limitaba a ir y venir de mi trabajo y, mientras estaba en casa, a atender las cada vez más numerosas ocupaciones que Merche me tenía asignadas y que, naturalmente, incluían servirles la cena, hacerles la cama, y ocuparme de que no les...

Merche 01: cuarenta y dos

Un nuevo cuentecillo de cornudo. ADVERTENCIA: contiene sexo homosexual

Titubeé antes de pulsar el botón del portero automático. Me detuve un momento frente a la puerta del chalet, nervioso, o inquieto, no se, antes de decidirme a apretar el botón plateado, situado bajo una cámara evidente.

  • ¿Sí? -respondió una voz de mujer evidentemente centroamericana al cabo de unos segundos-.

  • Hola, soy Andrés Gallardo, estoy citado con Marco.

  • Adelante.

Un chasquido, y el portón de hierro se abrió para franquearme el paso. Caminé hasta la puerta por la vereda de...

Merche 02 ¿Harás eso por mí?

Merhe somete a Pablo a una dura prueba. ADVERTENCIA: contiene escenas de sexo homosexual

  • Es que quiero que la próxima vez estés muy caliente ¿Harás eso por mi?

Me lo había pedido un mes atrás, dos días después de aquella primera locura con Marco y Max, mientras me enseñaba el cajón donde había colocado las braguitas suyas que había seleccionado para mí. Poco después, me había depilado a la cera. Aunque nunca fui muy velludo, fue un martirio que soporté estoicamente, sin gritar, aunque no pude evitar que se me saltaran las lágrimas. Mientras me quemaba desnudo en el baño, y me arrancaba...

Merche 06: ¿Qué vamos a hacer contigo?

Un giro, ahora sí, completo a los acontecimientos

Pasaron varios meses durante los que comprendí que, comparado con aquello, el casquillo era una bendición. Por entonces, pese a que mi sumisión a Merche era ya completa y absoluta, la abstinencia forzada, que solo había roto con su permiso y en las escasas ocasiones que ya he relatado, comenzaba a ser un suplicio insoportable, y la posibilidad de interrumpirla que imponía la ausencia de aquel adminículo que me había constreñido, una carga que me desesperaba.

Me costaba pensar en nada que no fuera aque...

Lucía 01: sórdido

Un juego de personajes contrapuestos que quizás continúe un día.

Tomo asiento al fondo de la sala, en el último rincón, y espero. No sé qué película ponen. Me da igual. Miro a cada espectador que entra y pasa de largo. Me excita la espera. Noto mi polla endurecerse. La toco por encima del pantalón. Entra uno más, y otro. Cada uno ocupa su butaca. Dos filas por delante de la mía hay una pareja junta. Noto el movimiento lento de sus hombros. Una de las cabezas desaparece de pronto. Se la está chupando, se la está chupando. Mi polla está más dura cada vez. Noto que se me hu...

Al servicio de don Jaime 06

Un capítulo final que deja nuestra historia abierta a nuevas aventuras (quien sabe si desventuras) de nuestra buena Lucía.

Don Jaime, en cualquier caso -no quisiera esta narradora dejar la duda en el aire-, no era, ni mucho menos, un canalla desalmado. Manipulador sí, eso nadie podrá negarlo, pero, a su particular manera, era hombre considerado, que procuraba -fuera de los momentos en que decidía jugar a martirizar a sus mujeres-, que nadie se sintiera desdichado a su alrededor. De hecho, sus torturas, por así llamarlas, nunca llegaban a ser completamente crueles, si no que gustaba de alternarlas con detalles amables, hasta tie...