A las seis de la tarde de cada día...
Cuidado con lo que deseas
A las seis de la tarde de cada día le espero en el salón. Preparo café, pongo música, me arreglo ante el espejo, y le espero sentada en el sofá, en ropa interior bajo la bata de seda que me regaló. Es como una segunda piel preciosa, hasta las rodillas, con un estampado floral de grandes flores marrones y anaranjadas. Le espero en el sofá y cuando entra se acerca para besarme los labios y se sienta a mi lado. Sirvo dos tazas y las bebemos sonriéndonos y preguntándonos por el día, contándonos las rutinas de l...