Al servicio de don Jaime 02

Dominación, sissy, mujer madura, humillación... Vamos conociendo los primeros momentos de Carmen en la casa al tiempo que introducimos nuevos personajes y abrimos nuevas perspectivas.

Don Jaime de Castro y Valdivia nació huérfano de madre. Doña Matilde Valdivia de Valduenza, quien estuviera destinada a serlo, joven de familia ilustre, aunque no muy agraciada, probablemente a causa de la endogamia en que a menudo incurrían las grandes familias riojanas para conservar su nobleza y patrimonio, falleció casi una hora antes de su alumbramiento, víctima de una extraña enfermedad que nunca llegó a ser completamente esclarecida, aunque su cuerpo fue artificialmente mantenido en sus funciones mín...

Al servicio de don Jaime 01

La vida es dura, y a veces no hay más remedio que aceptar cualquier trabajo.

Don Jaime de Castro y Valdivia, repasó el vídeo de la entrevista, con un gesto medido, mandó que la hicieran pasar, y fingió repasar su currículo con indiferencia mientras la mujer, evidentemente atemorizada por la exhibición de lujo de la casa, donde entraba por primera vez, atravesaba los veinte metros que separaban la puerta de su despacho, elegantemente decorado con muebles de estilo Luis XV.

  • Buenos días.

  • Buenos días… ¿Carmen, verdad?

  • Sí, así es.

  • Tome asiento, por favor....

Poder 07: el crimen y el castigo

Vamos a conocer mejor a Sandra, y veremos que nuevas ideas se le ocurren a tío Calos para Nico.

  • ¿Pero es que no te duele?

  • Claro que me duele.

  • ¿Y entonces?

  • ¿Entonces qué?

  • ¿Por qué…?

  • No sé… lo quiero. Quiero que me duela.

  • ¿Te gusta?

  • No… no es eso…

  • No te entiendo.

  • Ni yo.

La llegada de Sonia fue una revolución. Aquella manera suya desesperada de entregarse, de provocar esa especie de martirio que exigía, transformó los juegos en que participaba en experiencias radicales, de una sexualidad brutal. Los primeros días, sobre todo,...

Poder 06: crescendo

Seguimos profundizando en el carácter de nuestros personajes y conocemos mejor a Sonia. Dominación, sexo forzado, incesto, sodomía, dolor,...

Con el paso de los meses, nuestra extraña relación parecía irse normalizando. No quiero decir con ello que retomáramos la normalidad, si no que aquella forma de vida la iba sustituyendo hasta transformarse en la nueva. La normalidad anterior, sencillamente, no existía, y resultaba evidente que no volvería a existir.

Nico, por una parte, se iba transformando más y más en una nena. Había desaparecido cualquier atisbo de vello de su cuerpo y su melena rubia era cada vez más larga y estaba mejor arreglada...

Poder 05: por sorpresa

Y, como no podía ser menos, la historia comienza a complicarse...

Cuando apareció por la escuela vestido de nena, comprendí que Nico era como yo: un marginado. Vamos, que me identifiqué con él y decidí que seríamos amigas. Todo el mundo sabía que era mariquita, y que los chicos le forzaban. Era imposible no enterarse. Los muy bestias, se lo contaban los unos a los otros con todo lujo de detalles: que si le habían roto el culo y el muy maricón se había corrido, que si le habían hecho hartarse de leche, que si se la habían metido en la garganta hasta los huevos… Los chicos...

Poder 04: metamorfosis

Un par de nuevos personajes entran en la vida de nuestros protagonistas.

La situación me causaba una cierta confusión que no me esforzaba por aclarar. Siempre fui sencilla. Me limito a vivir la vida sin complicármela, yendo por donde me lleva, y no analizo las cosas. Supe enseguida que era nena, y supe que me gustaban los chicos. Mientras la mujer era mamá, todo encajaba bien. Al fin y al cabo, era una figura de autoridad, lo que, de alguna manera, delegaba mi responsabilidad, así que no necesitaba explicármelo, tan solo obedecer. Aquello no me causaba ningún conflicto.

Co...

Poder 03: vínculo

Sigue siendo difícil encuadrar esta serie en una categoría: amor filial, dominación, confesiones, orgías, bisexuales...

Comprendí la situación desde el primer momento. No diré que fue una iluminación, pero, en el mismo momento en que llegó la noticia de la muerte de su hermana, supe que toda nuestra relación hasta entonces había sido una tregua, una pausa en su vida, que exigía por fin la vuelta a la normalidad.

Había nacido para ello. Había intentado escapar, y durante un tiempo lo había conseguido, habíamos vivido en una realidad inventada por nosotros, pero la real realidad, el destino de mi mujer, regresaba y exigí...

Poder 02: camino

Sexo homosexual, amor filial, sumisión, seducción... Nico explora su sexualidad y nos ayuda a contextualizar la historia.

Yo nena es que fui siempre. Desde niño, mi madre mantuvo conmigo una pelea constante, como si fuera un error, no sé si me explico, cómo si estuviera desorientado y ella fuera a poder explicármelo.

Mientras vivió el abuelo, era una pesadilla. Mamá empezaba a hacerse cargo de algunas áreas del negocio, pero era cómo si estuviera estudiando. En realidad, las empresas las llevaban otros, y ella andaba por allí aprendiendo, y tenía todo el tiempo del mundo para hacerme la vida imposible con esa especie de...

Poder 01: arriba y abajo

Dominación, amor filial, de alguna manera cornudo, incesto...

La súbita muerte de Ana, mi hermana, y su marido, en un accidente absurdo de tráfico al volver de una cena en no sé qué pueblo de la Sierra, fue la excusa que necesitábamos para regresar a España. Alguien tenía que hacerse cargo de los negocios, y ya solo quedaba yo.

La verdad es que me sentí aliviada, al menos en cierto modo. Desde que me fuera a Canadá a estudiar, veintitantos años atrás, me había desentendido de todo. Mi padre, que no comulgaba con mi manera de enfocar la vida, se sintió tan alivia...

La posesión de Ana Gayarre 02: consumación

Un relato de posesión demoníaca donde cabe de todo: el incesto, la dominación, la homosexualidad, la humillación...

Pues yo creo, por mucho que se lo contemos, no hay manera de que ustedes lo comprendan. Ni se pueden imaginar la sensación. Todo tan contradictorio, tan absurdamente contradictorio…

Cuando me desperté, Amaia seguía sentada en la cama. Miraba a los prados por la ventana, aunque no parecía que viera nada. Como hipnotizada ¿Saben?

Recuerdo que se balanceaba un poco, adelante y atrás, abrazada a sus rodillas, como espantada. Yo ni ánimo tenía para hablar. No me quitaba de la cabeza lo que había pasa...