Me sacó las lágrimas
Un macho y una hembra amándose en la cama, dulcemente, restregando sus cuerpos y disfrutando de las penetraciones, con una pequeña pizca de dominación.
Con una calentura tremenda, desde mi recámara, escribí este relato que envié primeramente como una fantasía a Claudia, mi caliente novia. Ella lo tiene todo, pues es una hembra nacida en un cuerpo de hombre, o sea que es del sexo perfecto. La historia empieza así:
Claudia: Hoy acordamos castigarnos sexualmente el uno al otro. Lo sorteamos y yo gano, yo voy a castigarte sexualmente primero. Admiro tu sensualidad de arriba abajo y sonrío. ¿Qué sucede? me dices.
- Estoy admirando a la hembra que me...