Miradas (2)
El juego de miradas entre Jorgito y su madre les lleva un poco más lejos. La calentura de Felicia hace que su marido e lo pase estupendamente
Oliendo sus propias bragas, con su olor y el del semen de su hijo, Felicia de sintió excitada, como no recordaba haberlo estado. Su coñito empezó a chorrear. Aquello era tan morboso. Se imaginaba a Jorgito, con su polla en la mano, oliendo sus bragas.
¿Como lo haría? ¿Las olería mientras se masturbaba y luego se correría sobre ellas? ¿O las cogería con la mano y se pajearía?
Las bragas que llevaba puestas ahora estaban más mojadas que las que tenía en las manos. Con la mano que no sostenía...