Los claveles marchitos de la Revolución (cap. 11)
Lucinda y su íntima amiga, la desenfadada Esther Cifuentes, acuden a la conferencia de presentación del último libro publicado de Tiago, en el Centro Cultural Portugués de Madrid. El reencuentro con un afectuoso Tiago pone de manifiesto la existencia de notables similitudes biográficas entre ambos.
Los últimos haces de luz diurna bregaban por hacer frente a la oscuridad, en una lucha sin cuartel que duraba millones de siglos, cuando Lucinda terminó de componerse ante la luna del espejo del vestidor; revisó concienzudamente el peinado, el vestido, los complementos, dudó entre colocarse unos zapatos de tacón plano de Prada o los taconazos de infarto de sus carísimos
“
Manolos
”
, y, al cabo de veinte minutos agónicos, decidió que, por mucho maquillaje y muchas cremas de regeneración celu...