Legión de Ángeles

Vieri32 nos resume así su relato "No erótico". Demasiado enamorado de mis penas como para intentar salirme del pozo. Demasiado torpe para revelarte una verdad dolorosa.

Cuando era pequeño creía en los ángeles. En ese entonces me pareció ver uno pasar de nube a nube. Creo que terminé por perder interés en ellos cuando descubrí a los superhéroes; pensaba que algún día si levantaba la vista y fijaba mi mirada al cielo podría ver a Superman volando entre las nubes, con alguna muchacha espectacular cargada en sus brazos. Incluso, al final de un capítulo, salí corriendo hacia la terraza para ver si lo pillaba volando como a aquel ángel.

Crecí un poco más y me di cuenta de...

El hombre sin miedo

La muerte en extrañas circunstancias de un famoso torero retirado, hace que nuestro protagonista realice una investigación en profundidad sobre las causas de la misma. Esta historia se la quiero dedicar a C. mi musa virtual que me ha animado a escribir esta historia. Gracias.

El hombre sin miedo

-        El hombre sin miedo, era como lo llamaban. -Me decía mi buen amigo el inspector Sánchez, mientras yo evitaba no quitar la vista del cadáver que tenía delante de mí.

-        Efectivamente, Julio Díaz era el hombre sin miedo, aunque ahora nunca sabremos si era cierto. -Le contesté yo.

Mi nombre es Paco Montoya, soy periodista de investigación. No trabajo para ningún medio en exclusiva, soy un free-lance que se  vende al mejor postor, aunque siempre recibo of...

Hechizo de amor

Seis capítulos que te harán vibrar.....

Capítulo uno

Tenía que dejar de verlo.

Lucy Wilson se mordía el labio inferior mientras tiraba las cartas de tarot en Cruz Celta. No esperaba que las cartas le dijeran nada. No era buena con las cartas. Tampoco era buena con la magia de las velas y había dejado de usar el athamé cuando se cortó

con él.

No se podía decir que fuera una bruja en el verdadero sentido de la palabra. Y Mitch Davis era sólo un ejemplo más de una larga serie de cosas que no le salían bien.

No...

Adicto al sexo (Parte dos).

Segunda parte de la última historia que he escrito que, además, es la más larga. Espero que las personas que la lean se vayan enganchando a ella y para bien ó para mal me dejen sus comentarios que, de antemano, agradezco.

Cada vez que algún chico ó chica quería unirse a nuestro grupo lo primero que tenía que hacer era enseñarnos sus atributos sexuales y el culo y acostumbrarse a que, delante de los demás, les hiciera todo lo que me apeteciera por lo que cada día jugábamos menos para dedicar la mayor parte de nuestro tiempo al sexo lo que ocasionó que llegara un momento en el que no me quedó más remedio que acceder a la pretensión de Mari Cruz y de Rebeca, su encantadora, escultural y pelirroja hermana mayor, dejando que se e...

Desperte tarde al sexo III

Mi aventura con el joven vecino, hizo que no tuviese reparos para disfrutar con desconocidos.

Mi hija aprobo que le pusiese los cuernos al putero de su padre, y me confeso que ella ya se habia dado cuenta de que Juanin se pajeaba en su terraza mientras ella tomaba el sol.

Una de sus amigas se casaba y me invitaron a la despedida de soltera. Aunque despues de mi aventura con el jovencito cuidaba mi aspecto, no tenia ropa para salir de fiesta con chicas jovenes y me prestaron un vestido rojo cortisimo (apenas escondia mis braguitas),como yo tengo dos tallas mas de pecho que la dueña, mis tetas p...

La decadencia: 2. El nacimiento del dolor.

Sombras que acechan. Mujeres bellas. Sueños cercanos, tan tangibles como lo divino. Tanta maldad como la mayor creación del ser humano, el Diablo.

El coche miraba al lago. Las luces apagadas, la noche en ciernes, la ciudad bulliciosa e iluminada al fondo. Aun resonando en el eco del manto de estrellas el canto de los cisnes, aun se dibujaba el rastro rosáceo del vuelo de los flamencos al atardecer. La luna me mira pícara extendiendo su luz plateada, mientras Lorena me besa dulce y su mano acaricia mi paquete, muy crecido. Se ajusta las gafas y se recoge el pelo. Se desabrocha la camisa y suelta su sostén. Le agarro las peras y las lamo, noto endurecer...

La boda de mi primo (parte trece).

Décimo tercera y penúltima parte de esta historia. Espero que guste a mis lectores y que disfruten y se enganchen a lo acontecido.

Después de toda la “tralla” que la había dado durante la tarde y noche del sábado y la mañana del domingo, el lunes tuve ocasión de comprobar que, además de seguir sintiendo escozores y molestias sobre todo al mear, no había forma humana de que la tranca se pusiera dura y tiesa lo que me obligó a guardar la más absoluta abstinencia sexual durante toda la semana. Reyes y Violeta, que como sucedía todos los lunes me esperaban llenas de ansiedad y ganas, se mostraron bastante consternadas ante semejante contra...

Mi inolvidable tarde con una modelo (Parte nueve).

Novena parte de mi última historia. Espero que os guste y la disfrutéis.

Antes de abandonar el vehículo tuve tiempo para volver a recorrerlo observando que el número de viajeros había aumentado aunque sólo había tres parejas nuevas. Me dirigí, en primer lugar, hacía el fondo donde el chico de la pareja que había permanecido de pie enfrente de nosotros estaba dando unos envites impresionantes a su acompañante lo que me hizo suponer que se encontraba a punto de “explotar”. Unos segundos después descargó en el interior de la almeja de su amiga que se puso histérica al sentir que, e...

Adicto al sexo (Parte uno).

Comienzo a publicar la última historia que he escrito que, además, es la más larga. Espero que las personas que la lean se vayan enganchando a ella y para bien ó para mal me dejen sus comentarios que, de antemano, agradezco.

Desde temprana edad mi atractiva, pervertida y viciosa prima Jimena, que era seis años mayor que yo, consiguió que me acostumbrara, en cuanto había ocasión y ella se encargó de que surgiera desde el momento en que se ofreció a recogerme por la tarde al salir del colegio, a permitir que me bajara el pantalón y el calzoncillo en cabinas telefónicas, cuartos de baño, márgenes del río, portales, rellanos de escaleras y cualquier otro lugar que se la ocurría para que la enseñara mis atributos sexuales que me mir...

La decadencia: 1. El despertar del Diablo

Dicen que el amor ciega. Tal vez sea cierto, pero yo me cegué por vicio. Sentía que el diablo venía a visitarme en las solitarias noches.

La luz de la luna atravesaba la ventana y se derramaba en su espalda. Se curvaba desde el hermoso trasero hasta su pelo rubio teñido. La columna vertebral interpretaba un hermoso baile en zigzag, mientras mi pene entraba y salía de su mojado y cálido coño. Mis manos, inquietas, acariciaban su trasero, dando azotes; y de ahí recorría sus muslos y caderas.

Cada milímetro de su piel se me antojaba de Diosa, cada gemido quedo de mi amante endulzaba mis oídos. El aroma a vainilla de Lorena se entremezclaba...