Desperte tarde al sexo IV

Me rozaba las tetas y mi entrepierna hervia.

Durante una comida de todos los vecinos, me sente a la mesa con el cornudo de mi marido a la derecha y a mi izquierda se sento un chico al que veia por primera vez, recien casado con una joven a la que si tenia vista por el barrio. Frente a nosotros quedaron algunas sillas libres y cuando llego el musico que tenia que amenizar el baile le hicieron sentar frente a nosotros, la verdad el recien llegado estaba buenisimo y la joven recien casada no dudo en tirarle los tejos sin importarle la presencia de su esp...

La humillación de Carmen

Camisa blanca, pajarita, falda... Elegante. Impecable camarera de hotel. La peor enemiga de mi novia.

Una noche de hotel y pasar el día siguiente en la playa. Un plan normal, relajante, para desconectar. Un año de relación, veintiocho años cada uno, a lo que hay que sumar ese morbo que desprende una habitación de hotel. No sé qué tienen. ¿Qué apenas hay una cama y una tele? No lo sé, pero el hecho de entrar en un hotel con mi pareja es sinónimo de sexo. Siempre.

Además era un buen hotel, todo pulcritud, educación y buenas maneras. Mucho “por favor” y mucho “usted”, mucho “me permite” y mucho “aquí tie...

El Secuestro

Tras un atentado, Diana es secuestrada y trasladada a un recóndito oasis.

La taza de té se evaporizo, de su mano, quedando tan solo el pequeño asa de porcelana amarrado a su dedo índice. La explosión retumbo por todas las calles aledañas, mientras una lluvia de fragmentos de cristal, cortaban sin piedad la piel de los viandantes. En el interior de la Tetería, los faroles de bronce, ya no colgaban del techo. Las Cachimbas, junto a las teteras de alpaca, permanecían esparcidas por el suelo, mezclándose con miles de restos de porcelana, procedentes de los vasos y tazas. El barullo h...

Adicto al sexo (Parte cuatro).

Cuarta parte de la última historia que he escrito que, además, es la más larga. Espero que las personas que la lean se vayan enganchando a ella y para bien ó para mal me dejen sus comentarios que, de antemano, agradezco.

Pocas semanas después empecé a añorar la actividad sexual que había estado desarrollando con Azucena, Casilda, Mari Cruz y Rebeca y como cada día mi deseo sexual se incrementaba, cometí el tremendo error de pedir y por escrito, a Ana Isabel ( Anabel ), una vecina de mi edad, el mantener relaciones sexuales frecuentes y regulares después de que, durante un año, se hubiera convertido en una integrante más del grupo con el que jugaba en la calle periodo en el que mantuve varios encuentros sexuales a sol...

Mi inolvidable tarde con una modelo (Parte once).

Undécima y última parte de la penúltima historia que he escrito. Espero que os haya gustado y la hayais disfrutado.

Cuándo reaccioné me levanté, me limpié con el mismo pañuelo que había utilizado ella que luego deposité en una papelera, me vestí, recogí el sujetador y el tanga que guardé en los bolsillos de mi americana y tras localizar un taxi, en esta ocasión sin el menor problema, regresé a mi hotel. Al llegar me di cuenta de que lo único que sabía que aquella joven era su nombre pero me encaminé a la recepción para preguntar si se estaba celebrando algún desfile de modelos a lo que me contestaron que aquella misma ta...

Entre el placer y el miedo...

¿A qué estamos dispuestos? Es el amor, o es el miedo, el que nos lleva a hacer lo inimaginable

Llevábamos dos días disfrutando de Madrid a tope, museos, monumentos, gastronomía, shopping, espectáculos… y también sexo, mucho y muy variado sexo, incluyendo un salvaje magreo mientras nos comíamos a besos en el asiento trasero de un taxi y un polvo rápido en los probadores de un gran almacén.

Nos alojábamos en una preciosa habitación con unas vistas impresionantes en un lujoso hotel muy céntrico con todas las comodidades. La pieza estrella de la estancia de nuestra habitación era un jacuzzi, el cuá...

Mi inolvidable tarde con una modelo (Parte diez).

Décima y penúltima parte de mi penúltima historia. Espero que os guste y la disfrutéis.

Cuándo se la saqué la hice ponerse a cuatro patas para poder volver a metérsela vaginalmente y tirármela intercalando movimientos rápidos con otros sumamente lentos con lo que logré que sus tetas no pararan un momento quietas, que la chavala se meara y que, como me había sucedido con otras mujeres y aunque lo echara a chorros, su pis sólo pudiera salir al exterior cuándo mis movimientos de mete y saca lo permitían lo que hizo que la micción fuera tan sumamente intensa y larga que duró, prácticamente, hasta...

La boda de mi primo (parte catorce y última).

Décimo cuarta y última parte de esta historia. Espero que les haya gustado a mis lectores, que hayan disfrutado y se hayan enganchado a lo acontecido.

Por lo que a mí respecta, no he vuelto a tener la oportunidad de poder echar tanta cantidad de polvos en tan poco tiempo pero al regresar de aquel viaje me había olvidado por completo de Joanne y aparte de continuar manteniendo relaciones sexuales regulares con Reyes y Violeta y de participar en las orgías de la noche de los viernes y sábados con mi grupo de amigos, unas semanas más tarde conocí a Inés, una atractiva empleada municipal, madre soltera de dos crías que la habían hecho hombres diferentes, que...

Adicto al sexo (Parte tres).

Tercera parte de la última historia que he escrito que, además, es la más larga. Espero que las personas que la lean se vayan enganchando a ella y para bien ó para mal me dejen sus comentarios que, de antemano, agradezco.

Mientras esto sucedía, seguí manteniendo contactos sexuales periódicos con mi prima, tanto en solitario como acompañados por Fernando José, a pesar de que Jimena estaba convencida de que alguna otra “titi” se estaba encargando de vaciarme los huevos ya que, según decía, mi rendimiento sexual no era tan satisfactorio como unos meses antes. Cuándo Jimena, a pesar de que no contrajo matrimonio hasta que estuvo próxima a cumplir cuarenta años, comenzó a tontear con varones de su edad se olvidó de nosotros no si...

Secuestro en Mali

Una joven y sus hijos son secuestrados por un jerifalte en la Republica de Mali al que la madre había despreciado en su época estudintil.

Mariela y sus hijos habían sido detenidos a su paso por un puesto fronterizo y el vehículo de alquiler había sido confiscado. El joven jerifalte ocupaba las dependencias de su padre; era un hombre musculado con inequívocos rasgos orientales. Cuando llamaron a su puerta autorizó el paso y un hombre condujo a Mariela frente a él y salió de la estancia. Aquél era un momento esperado y pensaba deleitarse al máximo. Ocupaba el centro de una cama inmensa con dosel y le flanqueaban dos mujeres muy jóvenes con marc...