Adicto al sexo (Parte once).

Parte once de la última historia que he escrito que, además, es la más larga. Espero que las personas que la lean se vayan enganchando a ella y para bien ó para mal me dejen sus comentarios que, de antemano, agradezco.

*“Durante los meses siguientes mi actividad sexual se centró casi exclusivamente en mi cónyuge que parecía haber recuperado su apetito sexual y de nuevo, deseaba pajearme y hacerme felaciones a todas horas y sobre todo, que por la noche se la metiera una y otra vez por vía vaginal y a días alternos, por el culo. Pero aquella época de furor sexual no duró demasiado y en cuanto comenzó a decaer, volví a buscar satisfacción en compañía de jóvenes colegialas uniformadas. En pocas semanas logré tener a mi alrede...

La monjita inocente 2

Siguen las aventuras de un electricista poco corriente

El trabuco de Manolo

La monjita Julia esperaba ansiosa mis visitas. La primera visita la hice acompañado de un vecino del bloque de viviendas donde yo vivía.

Era un animal de dos metros que debía ser el eslabón perdido entre el hombre y el mono. Era, sobretodo, un hombre peludo, muy peludo. Tenía pelo por todas partes, en la cara, en las orejas, en las manos; de la camisa abierta le sobresalía una mata de pelo negro como el azabache. Cejijunto y malcarado era un animal en toda la extensión d...

Disfrutando de un viejo amigo 3

Las cosas con mi primo Arturo continuaron igual, tuvimos varios encuentros extremadamente apasionados, todo él me causaba excitación, pero nada comparado con la sorpresa que nos guardó para la víspera de la boda de Katy.

Las cosas con mi primo Arturo continuaron igual, tuvimos varios encuentros extremadamente apasionados, sus labios, sus ojos, todo él me causaba excitación, por otro lado, sabia que mis papás estaban felices de verme con la familia de nuevo.

En cuanto a mi hermana Katia, siempre habíamos sido muy unidas, nos contábamos todo, y a pesar de ser muy diferentes, éramos las mejores amigas. A las dos nos unía un gusto inmenso por el teatro musical y eso nos mantenía unidas mucho tiempo.

Su boda se acerc...

Adicto al sexo (Parte diez).

Décima parte de la última historia que he escrito que, además, es la más larga. Espero que las personas que la lean se vayan enganchando a ella y para bien ó para mal me dejen sus comentarios que, de antemano, agradezco.

En esta situación me encontraba cuándo conocí a Aurelio, un empresario que era casi treinta años mayor que yo. El hombre resultaba muy agradable en el trato e incluso, era atractivo lo que unido a su labia y a su posición económica, me hizo suponer que, si me mantenía a su lado, no me iban a faltar chicas jóvenes y guapas con las que poder retozar. Cierto día me decidí a hablarle de mi vida sexual más reciente y al referirme a Alicia y a Estíbaliz, me indicó que las conocía y que tenía que agradecerlas el q...

El hombre sin miedo IV

Que suerte la mía, me embarco en una misión suicida y conozco a la mujer de mis sueños

El hombre sin miedo IV

Las siguientes semanas fueron frenéticas, necesitaba prepararme un poco a fondo, porque si bien estaba muy en forma, no era menos cierto que necesitaba de cierto reciclaje en el manejo de armas, además de aprender a manejar los sistemas de mensajes y encriptación para no ser localizado. Dicho entrenamiento lo realizamos en una base de entrenamiento que dispone la “casa” en una zona poco habitada de nuestro país. Ahora estaba montado en el avión rumbo a Salzburgo para una ent...

Adicto al sexo (Parte nueve).

Novena parte de la última historia que he escrito que, además, es la más larga. Espero que las personas que la lean se vayan enganchando a ella y para bien ó para mal me dejen sus comentarios que, de antemano, agradezco.

Pero como estaban seguras de que, aunque mis eyaculaciones cada vez resultaban más aguadas y tardaban más en producirse, mi virilidad no había llegado a su límite y que debían de vaciarme por segunda vez los huevos para que me llegaran a doler, mi siguiente obligación era la de dar por el culo acostada boca abajo a una de ellas mientras la otra, con la inestimable ayuda de una de sus monumentales bragas-pene, me poseía analmente y me obligaba a tirarme a su prima al mismo ritmo que ella me lo hacía a mí y c...

Los cuernos, compartidos, no engañados (2)

Sigue la relación entre los tres y dedicamos una sesión a contar nuestras experiencias

La relación entre los tres, mi amigo, mi mujer y yo, iba viento en

popa. Ella estaba más guaapa, si cabe, por todo lo que follaba y lo

bien que la sentaba. Él, encantado, al sentirse amado por la

corneadora y el cornudo y ser el único que podía controlar la

situación.

Entonces, se me ocurrió, en una de las sesiones, con mis braguistas

puestas, por supuesto, que cada uno contara sus experiencias, sus

placeres, lo más les gustaba, etcétera.  So volvieron hacia mí

...

Adicto al sexo (Parte ocho).

Octava parte de la última historia que he escrito que, además, es la más larga. Espero que las personas que la lean se vayan enganchando a ella y para bien ó para mal me dejen sus comentarios que, de antemano, agradezco.

Al día siguiente empecé a relacionarme con ellas y los primeros meses me resultaron realmente degradantes al sentirme, además de dominado, humillado y de la manera que más duele a los varones puesto que, en cuanto traspasaba el umbral de la puerta de su vivienda, me obligaban a adoptar una actitud y un comportamiento afeminado lo que ocasionó que me encontrara bastante incomodo y llegara a lamentar no haber hecho caso a Elena. Al entrar en su casa me desnudaban, entre insultos, quedándose con mi calzoncillo...

Los cuernos, compartidos, no engañados, porque pue

La historia de uno que quería ser cornudo pero su mujer prefería engañarlo, sin compartir con él nada de nada. Él traza un plan....

Sabía que me engañaba. Le había pedido mil veces que me hiciera

cornudo pero compartiendo la experiencia. Ella, que siempre ha ido de

santona, prefería hacerlo a escondidas. Las pruebas se acumulaban en

su contra: llamadas y mensajes en el telefono de números ocultos;

bragas manchadas de semen; su vagina totalmente dilatada, hasta el

punto de que con mi polla no conseguía rozar sus paredes (me intentó

contar la historia que cuentan muchas y leido en internet, basada en

...

Adicto al sexo (Parte siete).

Séptima parte de la última historia que he escrito que, además, es la más larga. Espero que las personas que la lean se vayan enganchando a ella y para bien ó para mal me dejen sus comentarios que, de antemano, agradezco.

Mi relación con Marta duró algo más de año y medio hasta que a su marido le ascendieron y le trasladaron. Como ella tuvo que quedarse para poder vender la vivienda en la que habían residido, pudimos mantener contactos sexuales mucho más frecuentes en los que me prodigué en metérsela por vía vaginal con el propósito de, como ella quería, intentar preñarla aprovechando que había dejado de tomar anticonceptivos para poder “cargar el mochuelo” a su marido con el que retozaba los fines de semana que eran los per...