Accidente en yudo 2
Lo que empezó en un accidente llega a su culminación
¿Qué excusa podía darle? Ya pensaba en suicidarme, cuando la escucho
-Por favor sigue – me dijo cómo en un ruego; de la sorpresa no llegué a entenderla, me quedé estática – por favor… sigue…, lo necesito – ahora sí entendí, enterré mi cara entre sus piernas a descargar todas esas ansias que estaba reprimiendo. Recorrí toda su vulva, me regodeaba succionando ese montecito que me estaba sacando el sueño, mientras escuchaba la mejor música para mis oídos. No gritaba, susurraba un poco más fuerte.
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