Por culpa del Real Madrid 2

Con el tiempo todo se sabe, pero nosotras sabíamos que éramos la una para la otra

Después de una noche y un día de ensueño, al otro día tuvimos tiempo de recapacitar. Era algo nuevo, sobretodo porque en ningún momento sufrimos los síntomas de que nos fueran a gustar otras mujeres, el magnetismo era entre las dos, y ahora que lo habíamos descubierto nos aferrábamos a eso.

-Amparo, dicen que la felicidad se basa en instantes, la mía en estos dos días llenó el cupo de todo el año.

  • Pilar, no digas eso, vas a ver que van a ser muchos los momentos felices que vamos a pasar juntas...

Por culpa del Real Madrid

Nuestros maridos eran buena gente, atentos, cariñosos, un montón de virtudes, éramos lo que más querían, claro, después del Real Madrid.

Carlos está terminando de armar su maleta. Son tres días que va a estar en Sevilla en una exposición de automóviles. La verdad que le vino como anillo al dedo, porque lo que realmente le importa a él y a su socio, es el partido que juega el Real Madrid y el Betis.

Cuando me casé, ya sabía de qué pie cojeaba mi marido. Era cariñoso, considerado, tierno, en fin, estaba lleno de virtudes y una sola contra ¡era fanático del Real Madrid! Sabía que los días que jugaba no tenía marido, y con su socio y amigo...

El Triángulo Imperfecto 3

Estaban los tres lados del triángulo, faltaba que se unieran las partes para hacerlo perfecto

La casa parecía vacía, Adriana se había ido por dos días y volvían a quedar solos como antes. Se miraron con sus deseos y sus miedos

Sabían que no tenían que ocultar nada, pero esa barrera psicológica que tanto tiempo se interpuso entre los dos, todavía los estaba separando y les costaba derribarla. Fue Carlos el que primero venció sus nervios

-Mama. ¿Qué te parece si vamos a comer afuera así no tienes que cocinar?

  • Uh…Carlos, ¿y si mejor no traes comida hecha y almorzamos aquí tranquilos...

El triángulo imperfecto 2

Eran tres, y los tres se amaban entre sí, ¿serían capaces de perfeccionar el triangulo?

¡Adriana te amo! Volví a pasar esa parte del video; pensé que podía estar equivocada pero no quedaba ninguna duda, era eso lo que leía en esos labios.

Quedé anonadada, sin entender el significado, ni para qué se había tomado ese trabajo. Ese video no podía ser para mostrarlo, la involucraba a ella más que a mí, ¿entonces para qué? ¿se imaginaría que esa tarde podía haber sido ella la que me provocara ese orgasmo? ¿estaría en sus fantasías el poder hacer eso alguna vez? Pero si era así ¿por qué me trat...

El triángulo imperfecto 1

El amor ¿es cosa de dos? Adriana sin querer se involucra en una situación confusa donde puede quedar en el medio

Había llegado a Santiago de Compostela, había salido de Vigo a media mañana, me notificaron que habían dado con el paradero de la partida de nacimiento de mi abuelo. Por fin podía sacarme la ciudadanía.

Realmente no la necesitaba. No ahora, pero sí la había necesitado. Quería hacer todos los tramites, por lo que me iba a quedar hasta el otro día.

Era casi un gusto que me estaba dando, conseguir la nacionalidad por las mías. Había empezado los tramites y si no salía algún inconveniente, al día si...

¿Y si escribo un relato yo?

El día está horrible, especial para leer relatos lésbicos, o para imaginarlos, ¿y si escribo uno?

Era un día horrible, llovía, hacía frio, y los relámpagos discurrían por el cielo metiendo miedo al que se animara a andar por la calle. Y sabiendo el pronóstico, no iba a ser yo la que se animara.

Era viernes y me había preparado; no pensaba salir. En casa estaba calentita, la calefacción a tope me permitía andar con poca ropa.

Mi amiga Luisa, me había recomendado un trago internacional, según ella era la leche. Me había comprado todo lo que requería. Whisqui, shake, ron, tequila y brandy; un j...

La monja de clausura

La madre la metió en un convento, alejada del mundo, a la muerte de su madre, su primo le enseña otra forma de vida

Carmiña había nacido y se había criado en la aldea. Tenía sus estudios primarios gracias a una maestra que venía de la ciudad cercana, y de paso que le enseñaba el catecismo, le enseñaba las otras cosas, como leer, matemáticas, gramática, y algo más por si hacía falta. La ciudad era cercana, pero no para Carmiña, que solo iba una vez por año cuando la fiesta de Santiago.

Ella vivía feliz, a sus quince años, andar por el prado, llevar las vacas a pastar, y mientras las cuidaba escribir en un cuaderno l...

Cuando la belleza engaña 4

Cuando el amor no entra solamente por los ojos, puede ser más fogoso y perdurable

A la mañana me desperté sorprendida, estábamos abrazadas, más bien yo la tenía abrazada con la cabeza sobre mi pecho. Sentir su respiración en mis senos, barrió con todas mis ganas de dormir.

Le acaricié la cara, y aun dormida se revolvió, quedándose más metida entre mis tetas. Me hizo gracia el tener a alguien acurrucada contra mi pecho, cuando generalmente siempre fui yo la acurrucada. Le besé la cabeza y volvió a frotarse contra mío ¿tan dormida podía estar? – le dije despacito

-Nati, ¿estás...

Cuando la belleza engaña

Camila está desconcertada. el sexo con Diana la descontrola, siente que ese es su refugio y el placer que le da es fabuloso, lastima que sea solo eso.

Ese fin de semana fue bastante peculiar. Después de esa conversación donde quedo clara la relación que podía haber entre nosotras, todo fue fantástico. Nos fuimos a bañar juntas, como no podía ser de otra manera, terminamos en un round amoroso donde salimos empatadas. Me hizo vestir con una falda de ella, muy bonita pero más discreta. De ahí en más todo fue a mi gusto.

Almorzamos en un sitio muy lindo a la orilla del mar. Le comenté que había una exposición de informática, que tenía ganas de verla. Ta...

Cuando la belleza engaña 2

Con ayuda pude curarme de la obsesión con Lucrecia, ¿Qué será lo qué ahora siento por Diana? Es recomendable leer la primera parte, para entenderlo bien

Después de ese cruce de palabras con Lucrecia, seguí atendiendo mi trabajo. Llegó la hora del almuerzo. Generalmente me sentaba en una mesa sola esperando si Lucrecia venía a acompañarme, después de lo que había pasado, no tenía ninguna pretensión de que viniera, y tampoco tenía ganas.

Por un momento, me quedé pensando en lo poco que me había importado esa pequeña discusión, ni lo que pudiera estar pensando.

De golpe se me ocurrió que con lo amable que es Natalia, quizá me permitiría estar con e...