La inyección
Azotaina con la zapatilla Madre-hijo. Las desobediencias tienen conseuencias, y sin haberlo deseado he hecho un pareado.
Hace ya unos cuantos años, era más o menos habitual que el médico de cabecera mandara unas inyecciones para curar los resfriados más o menos severos, después iba el practicante a casa, y te ponía las temidas y dolorosísimas inyecciones.
Esta es una historia real de la cual fui testigo indirecto, y que paso a contar en primea persona, como si fuera el chaval damnificado.
-Que le pongan estas dos inyecciones si no quiere que el niño coja una buena bronquitis, aquí tiene la receta.
-Muy bien...