Descubrí a mi madre como amante.

Mi deseo por nuestra vecina hizo que descubriera como era mi madre amando.

Os quiero narrar la historia que me ocurrió con mi vecina y mi madre. Para organizar un poco la cosa os intentaré describir la situación en la que comienza todo. Vivíamos en un bloque de pisos de la capital, tenía once plantas y nosotros vivíamos en el noveno. Nuestra familia estaba formada por mis padres, Juan y Raquel, además estaba mi hermana María José que vivía en otra ciudad para poder estudiar la carrera que a ella le gustaba. La familia se completaba conmigo, Eduardo.

La vecina en cuesti...

Primos y cuñadas son amantes

Continuación y última parte de en la piscina con mi tía y por fin el sueño de mi vida, mi madre, donde veremos como se forma otra pareja algo más efímera...

Cuando sonó el despertador para levantarnos en la primera mañana que despertaba junto a mi madre, me invadieron muchos y diferentes sentimientos. Por un lado adoraba sentir el calor de su cuerpo, su perfume. Acaricié la redondez de su culo y continué acariciando su cintura para abrazarla y pegarme a ella. Pero después me asaltó el pensamiento de si ella no se arrepentiría al despertar. Tal vez tuvo un calentamiento al no tener un hombre en su cama por mucho tiempo… tal vez una vez sosegada sus ansias...

Ayudando a mamá para calentar a papá

Mi padre perdió potencia sexual, pero su mujer, mi madre, me pidió ayuda...

No sabría expresar las sensaciones que me producía mi madre. Mis padres trabajaban por lo que nuestra situación económica no era mala. Mi madre lo demostraba, dedicaba mucho dinero a cuidar su cuerpo. Pagaba caros tratamientos de belleza y pasaba bastantes horas en el gimnasio manteniendo su buen cuerpo.

De esta manera fue alucinante la madrugada que me desperté y me dirigía al baño. Yo tenía dieciséis años y al pasar por la puerta de la habitación de mis padres pude ver como mi madre cabalgaba...

Por fin el sueño de mi vida, mi madre

Continúa con el relato de en la piscina con mi tía, ahora por fin es mi madre la que me ama...

Ya habían pasado tres años desde que tuve mi primera experiencia con mi tía Ángela, siempre recordaré como lo hicimos en el jardín. Yo había cumplido ya los dieciocho años y aún seguía obsesionado con mi madre. Hoy en día, después de muchos años, no he conseguido saber el motivo de la excitación que me producía pensar en tener a mi madre en mi cama y poder amarla.

Desgraciadamente mis padres se habían separado un años antes, una desgracia que hacía que ella y yo pasáramos mucho tiempo solos, aume...

En la piscina con mi tía

Una tarde a solas con mi tía se convierte en algo excitante.

Pienso que a todos los que nos gustan las maduras sin duda la que más nos atrae es nuestra madre. Creo no equivocarme, después de nuestra adorada madre suele venir alguna de nuestras hermosas titas… o todas, según sea el caso.

En mi caso, siempre me atrajo mucho mi madre. Y no me refiero a que me sentía celoso cuando mi padre la acariciaba o cuando se hacían cariños. No, me refiero a que desde los doce años más o menos tenía unas ganas tremendas de cogerla en la cama y hacerle de todo lo imagina...

Mamá y yo cuidamos, con placer, de la abuela.

Una noche cuidando de la abuela llega a mucho más...

Siempre fui un joven tímido. Para mí acercarme a una chica suponía un gran esfuerzo, imaginarse lo que suponía pedirle relaciones sexuales. Pero ello no suponía que no tuviera ganas, todo lo contrario, tenía que masturbarme diariamente para desahogar el deseo de sexo que tenía y si además sumamos la facilidad con la que se accedía a imágenes de sexo explícito o sugerentes mujeres, hacían que los deseos me desbordaran.

Tenía casi los dieciocho años cuando pude probar el sexo. La cuestión no era q...

Navidad en familia.

La mejor Noche Buena que nunca imaginé.

Recuerdo la Noche Buena del año en que tenía once años. Mi familia tenía un negocio familiar y la verdad es que no nos faltaba de nada. Como todas las celebraciones importantes, aquella noche la pasamos en la gran casa que tenían mis abuelos Juan y Ángeles. Juan tenía cincuenta y ocho años, era alto y conservaba un buen cuerpo aunque se le notaba ya los años, canoso y siempre muy divertido. Ángeles era una mujer que gracias al ejercicio y algún retoque de cirugía, tenía un cuerpo muy excitante a sus c...

Lujuriosa mamá.

La falta de cariño que tiene mamá la llena con su hijo y alguien más...

Marta era una mujer madura de cuarenta y dos años. Estaba casada y tenía dos hijos, Juan y Pedro de dieciséis y catorce años respectivamente. Su marido Juan era responsable de un área comercial de una empresa y la verdad es que viajaba más de lo que a ella le gustaba. Madre e hijos pasaban solos mucho tiempo, teniendo una gran amistad y confianza.

Su hijo Juan estaba desarrollando su cuerpo y por momentos lo veía cada vez más como un hombre, aunque en el fondo siempre sería su niño. Una tarde en...

Mi amante... mi hermana

Los dos teníamos problemas con el sexo contrario y perdimos la virginidad juntos.

Me llamo Francisco, tengo en la actualidad treinta y seis años. Os intentaré contar la vida incestuosa que llevo desde hace unos años. Siempre he tenido problemas para relacionarme con las mujeres. Para satisfacer mis necesidades sexuales me ha valido hacerme una paja al día, a veces en los días de mucha excitación hasta dos, según las necesidades.

Somos cuatro hermanos y en la actualidad vivimos mi madre, mi hermana y yo en una pequeña casa. Los tres convivimos bien y nos ayudamos en lo que pod...

Enamorando a mi madre

El amor que le tengo a mi madre pasó a ser pasión carnal y amor filial.

Me llamo Ramón, tengo veinticinco años y quisiera compartir con ustedes mi historia. Mi madre y yo vivimos solos desde siempre, mi padre la dejó en cuanto se enteró que estaba embarazada. Cuando hablamos del tema ella se pone triste, pero se alegra de que todo haya pasado ya.

Me tuvo con dieciocho años y luchó para sacarme adelante con la ayuda de mis abuelos. A los pocos años consiguió un buen trabajo y todo fue mejor. La verdad es que nunca me ha faltado de nada, es algo que le agradeceré por...