Paco: la sorpresa de la abuela
Paco sigue conociendo íntimamente a las mujeres de su familia.
Ya habían pasado varios meses desde la primera vez que follé con mi madre, incluso había comprado una cama de matrimonio para estar juntos por las noches. Aún recuerdo el estreno que le dimos aquel día.
Mi madre había puesto como excusa para comprar aquella cama el poco espacio que había en la habitación, con una sola podríamos tener más espacio alrededor de la cama. Y era verdad, había más espacio a nuestro alrededor, pero menos espacio entre nuestros sexos que siempre estaban deseando rozarse...