Máquinas del Placer (8)

Tras su visita al Sade Circus, Jack se reúne con Goran, el artista del sado, para ponerle al tanto del plan. Miss Karlsten tiene sentimientos encontrados con respecto a su robot sexual, en tanto que los adquiridos por Jack hacen de las suyas en su casa; Laureen se encuentra sola con ellos...

El final del número fue apoteótico.  Aun con lo ajeno y lejano que se sentía Jack Reed con respecto al mundo sado y fetichista, no podía dejar de admitir que lo que Goran Korevic lograba, tanto en su público como en los ocasionales participantes de sus números, era realmente único: un artista de los que ya quedaban pocos en un mundo en el cual la tecnología había ido apropiándose de los placeres humanos y suplantando la sangre con circuitos.  Goran hizo poner a madre e hija de rodillas y alineadas una junto...

Máquinas del Placer (7)

A Laureen no deja de inquietarle la presencia de los androides sexuales en su casa; Jack y su jefa, en tanto, le buscan solución al hecho de que el robot adquirido por Miss Karlsten no parece estar dispuesto a lo que ella pretende. Jack piensa en recurrir a un viejo conocido...; a dos, en realidad

Hacía ya un par de horas que Jack había partido hacia su trabajo y, sin embargo, Laureen seguía casi en la misma posición en que él la había dejado al marcharse.  Sentada sobre la cama y abrazada a sus piernas recogidas no dejaba de echar cada tanto inquietas miradas al androide que yacía a su lado.  Tal como ella le había pedido, Jack había dejado el robot en off pero, viéndolo ahora, dudaba acerca de si no era peor el remedio que la enfermedad.  El símil de Daniel Witt ya no respiraba; su formidable y her...

Máquinas del Placer (6)

Mientras Jack Reed se siente en el paraíso junto a las perfectas réplicas de la bella conductora y la hermosa modelo, su esposa goza con las bondades sexuales del androide masculino y su jefa no piensa detenerse hasta conseguir del suyo el tipo de "servicio" que ella desea...

El robot que llevaba en volandas a Laureen, una vez traspuesto el umbral, se movió en la casa como si la conociese.  No le costó ningún trabajo hallar el camino al dormitorio en el cual justamente se hallaba la cama matrimonial.  Delicadamente pero a la vez con un toque de animal salvajismo, depositó sobre el somier a Laureen, quien aún no terminaba de asimilar una situación que la superaba.  Los juguetes tecnológicos aplicados a la vida sexual siempre le habían despertado una cierta resistencia y muy espec...

Máquinas del Placer (5)

Miss Karlsten se ha encontrado con el primer problema al tratar de meter a uno de los robots sexuales en su vida; Jack Reed, mientras tanto, no piensa parar hasta introducir en la suya no uno, sino dos androides femeninos... aunque, claro, también debe dejar contenta y satisfecha a Laureen

Miss Karlsten no cabía en sí de la sorpresa ni de la indignación; no lograba dar crédito a sus oídos.  Era tanto su enojo que hasta tironeó inútilmente de los grilletes que retenían sus muñecas aun sabiendo bien que no podían ser abiertos por quien permanecía cautivo.

“¿Qué… estás diciendo?” – masculló, mostrando los dientes y girando la cabeza por sobre su hombro.

“Lo que oye, Miss Karlsten – respondió el androide -; el mandato de mi cerebro positrónico me impide hacer daño a una persona”

...

Máquinas del Placer (4)

Cuarta parte de la saga futurista que combina erotismo y ciencia ficción

El mini módulo espía se introdujo por la ventana de la habitación que, afortunadamente, los Reed habían dejado abierta.  Desde el cuarto de su  casa al que había convertido prácticamente en centro de monitoreo, Luke lo iba guiando y así oteando el panorama.  Al parecer y por fortuna no había rastros del perro – robot, el cual seguramente andaría correteando por el parque sobre el lado opuesto de la propiedad.  La luz matinal que, entrando por la ventana, bañaba la habitación, era más que suficiente y no nec...

Máquinas del Placer (3)

Tercera parte de la saga futurista que describe un tiempo (tal vez venidero) en el cual los robots se convierten en una feroz competencia sexual para los seres humanos al momento de dar placer, a tal punto que, incluso, amenazan con desplazarlos...

Esa tarde, mientras Jack Reed regresaba por la atestada autovía camino de su casa, no cabía en sí mismo de las ganas de llegar debido a la ansiedad que tenía por cargar el VirtualRoom con los nuevos datos y así poder hundirse en su nueva y doble fantasía… Poco antes de salir del trabajo había pasado por el despacho de Carla Karlsten, encontrándose con el patético espectáculo de ver al muchacho nuevo lamiéndole el calzado; el joven, semidesnudo, lucía marcas tanto sobre sus nalgas como sobre su espalda que e...

Máquinas del Placer (2)

¿Qué ocurriría si un día los seres humanos pudieran ser reemplazados por máquinas al momento de dar placer a otros seres humanos? Segunda parte de la saga que homenajea a los relatos de Isaac Asimov desde un contexto erótico

La alarma automática del tablero del auto, como era habitual cada día, despertó a Jack Reed cuando ya estaba llegando a su lugar de trabajo.  En efecto, apenas entreabrió los ojos pudo ver que el vehículo estaba subiendo por la calle en espiral que rodeaba el edificio de la corporación Vanderbilt en la que él se desempeñaba.  Alrededor el paisaje sólo estaba poblado de las altas torres de Capital City en lo alto sobrevolaba Joy Town, el parque de diversiones volante que se sostenía con suspensores antigravi...

Máquinas del Placer (1)

Hacía rato que tenía ganas de escribir algo que fusionara erotismo con ciencia ficción y finalmente me decidí a hacerlo. Este relato es un homenaje a Isaac Asimov quien, aunque nunca estuvo ni cerca del erotismo, fue sin embargo el maestro sin discusión en historias sobre robots

Al principio Jack Reed avanzó sigilosamente por entre la floresta.  Aun a pesar de moverse por entre un mundo paradisíaco, no podía evitar sentir una cierta inquietud cada vez que volvía a transitar por el mismo.  Por mucho que quisiera hacerlo, costaba asimilar la idea de andar por un mundo en el cual no había otro hombre más que él.  Apartó las hiedras y lianas que caían a su paso, casi siempre jalonadas por grandes coronas de flores que, en tonos blancos, amarillos o anaranjados, pendían desde lo alto cu...

La Dama de los Perros (4): Final

Final de la historia de las tres aspirantes a modelo caídas en canina desgracia. Siendo este relato un homenaje al cine B y a las road movies americanas, abundan aquí, de manera deliberada, los lugares comunes propios de tales géneros

En efecto y como si fuera un corolario a las palabras de Dave, una vez que hubo untado a las muchachas con lo que fuese que hubiese en el pote, el comportamiento del perro cambió radicalmente.  Abandonando cualquier otro objetivo, se concentró de lleno en el sexo de las dos muchachas; husmeó con su hocico en el de ambas y, finalmente, como ya parecía ser regla, se decidió por Krysta.  Sonaría loco decirlo, pero de algún modo era como si el can supiera que aquella entrada aún no había sido visitada por ningu...

La Dama de los Perros (3)

Tercer capítulo de la saga: a las jóvenes a quienes una mujer lunática ha tomado por perras, les espera un día de "control veterinario" y de "servicio". Invitado especial: Jester, macho de selección...

Los ojos de Krysta bajaron hacia el piso de la camioneta; no podía creer lo que estaba ocurriendo.  Juntó coraje y logró que algunas palabras pudieran salir de su boca, aprovechando que en ese momento la dama de los perros no se hallaba allí para oírle hablar.

“Maldito hijo de perra – dijo, entre dientes -.  Ruega porque nunca salga de aquí porque te juro que te voy a matar despacio…”

“Je,je – rió Vinnie -.  Mira, preciosura, te voy a decir tres cosas al respecto.  En primer lugar hijos de perra...