Diario de una Doctora Infiel (9)

El almuerzo en casa de Franco tiene una sorpresa más... y algunos otros factores imprevistos siguen alterando la ya trastocada vida de la doctora Ryan, cada vez más devenida en hembra y menos en mujer...

Estuve largo rato recorriendo la sandalia derecha de la trola con mi lengua.  Al igual que ocurriera antes, no hubo tampoco esta vez contraorden alguna al respecto; estaban, por otra parte, demasiado entretenidos.  Fui, por lo tanto, una vez más, yo misma quien decidió cuándo dar por terminada mi labor y, por alguna razón, permanecí allí, arrodillada junto a ellos, quienes se seguían besando al tiempo que ella persistía en masajearle la verga en tanto que él, ahora, le sobaba las tetas por encima del vestid...

Diario de una Doctora Infiel (8)

Tras la fiesta alocada, la doctora Ryan sólo puede pensar en Franco, el chiquillo de diecisiete años de quien ella se siente hembra en cuerpo y alma. Una aparente invitación, un almuerzo y la posibilidad de encontrarse con Franco nuevamente... aunque no todo es como a primera vista parece

Al día siguiente era domingo: cuando desperté, Damián ya no estaba en la cama.  Hizo las preguntas de rigor pero sólo eso y hasta podría decirse que ni siquiera pareció demasiado interesado y que por momentos era más yo la interesada en explicar que él en escuchar.  Ignoraba yo si su comportamiento al respecto se debía a que simplemente me dejaba manejarme con libertad o bien a que ya empezaba a tener una actitud resignada hacia mis excusas; de ser esto último, significaba que él ya estaba sospechando algo....

Diario de una Doctora Infiel (7)

Continúa la descontrolada fiesta adolescente que tiene a nuestra doctora Ryan como protagonista principal...

Cuando toda la perversa escena hubo llegado a su aparente fin los jóvenes quedaron todos extenuados.  Y yo también.  Mareo, alcohol, drogas y cansancio constituían un cóctel difícil de aguantar tanto para mí como para ellos, aun cuando debían estar más acostumbrados que yo.  Al rato dos de ellos dormitaban… o tal vez dormían, no lo sé.  El flaco y el pendejito se mostraron cansados pero no a tal punto de abatimiento.  En un momento se dedicaron a jugar con una playstation.  Yo seguía en el piso como si me h...

Diario de una Doctora Infiel (6)

Finalmente la doctora Ryan asiste a la fiesta a la que los adolescentes amigos de Franco la han "invitado"... y, tal como supone, es una fiesta muy especial; o mejor dicho, más especial de lo que supone...

Cuando llegué al lugar, se trataba simplemente de una casa de dos plantas o, al menos, eso fue lo que me pareció; quizás hubiera más de una vivienda.  Toqué el portero; una voz adolescente (diferente de la que escuchara en el teléfono) preguntó quién era.  Una vez que me presenté como la doctora Ryan, simplemente me dijeron que pasara y se accionó la apertura de la puerta de entrada.  No había ascensor en el lugar: mucho lujo para sólo dos plantas, así que encaré las escaleras y con cada paso que daba oía r...

Diario de una Doctora Infiel (5)

Siguen las peripecias de nuestra doctora Ryan. Franco la lleva a "producirse" para la noche que le espera: para la "fiesta"

Durante los dos días siguientes pensé seguido en renunciar definitivamente al trabajo en el colegio.  Pero cuando una está enredada en algo, salir se vuelve mucho más difícil que entrar.  Tal como las cosas estaban dadas ahora, renunciar implicaba más tormentas que sosiego, más sospechas que disuasiones, más dudas que certezas… alimentaría la imaginación en los chicos del colegio, en los directivos, en los dueños y, sobre todo, en Damián.  A propósito traté en esos días de estar en casa la mayor cantidad de...

Diario de una Doctora Infiel (4)

Continúa la historia de la doctora Ryan, quien poco a poco va cayendo en la telaraña de Franco y empezará a entender que deberá pagar bien caro el precio de haber sido infiel a su esposo con un chiquillo adolescente...

La verdad que ya no se sabía qué cosa era más degradante.  Rogar por sexo anal era una humillación tanto o más grande que pagar para que me lo hicieran.  Pero yo estaba ultra caliente.  Y ya para esa altura no había obstáculo que se me interpusiese con tal de conseguir la verga del pendejo en mi cola.  Ni aun si ese obstáculo era mi dignidad.  Así que inspiré, tragué saliva y recité, casi como si se tratara de una oración o alguna perorata legal.

“Por favor Franco… ¿Puede usted hacerme la cola?”

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Diario de una Doctora Infiel (3)

La doctora Ryan continúa en manos de la perversa adolescente lésbica. Reaparece en escena Franco. Si el primer capítulo había sido predominantemente de infidelidad y el segundo de dominación, éste es un buen equilibrio entre ambas...

Mi nerviosismo se empezó a convertir en terror.  Esa locura tenía que parar ya mismo.  Pero acudió enseguida a mi mente el video en el que yo le chupaba la verga a Franco, así como también la amenaza de que el mismo fuera exhibido por todo el colegio si es que aún no lo había sido.  Me llevé las manos a la zona del orificio para separar los plexos y al instante en que lo hice, prácticamente sin más trámite, la endemoniada jovencita empujó el consolador adentro.  Los ojos se me llenaron de lágrimas y tuve un...

Diario de una Doctora Infiel (2)

A veces me cuesta clasificar en una categoría a mis relatos; eso es porque cuando los escribo no los pienso de ese modo y en todo caso después me fijo en dónde clasificarlo. Ésta es una historia básicamente de infidelidad pero también de dominación. Y en esta segunda entrega predomina lo último

Un cúmulo de sensaciones entremezcladas me invadió una vez que la puerta se cerró detrás de él y yo quedé allí en el piso, abatida.  Por un lado angustia porque él se había ido y, a pesar de sus últimas palabras, no me iba a ser fácil tenerlo de nuevo por allí; por otro lado una terrible vergüenza de mí misma: en el hipotético caso de que alguien me hubiera visto durante toda la escena, sólo podía  ocurrírseme que mi imagen debía ser patética.  Además una intensa culpa se apoderó de mí más que nunca, ya que...

Diario de una Doctora Infiel (1)

Para la doctora Mariana Ryan su vida venía transcurriendo normalmente como profesional responsable y mujer felizmente casada hasta que surgió ese trabajo nuevo en el colegio y todo cambió...

Mi nombre es Mariana Ryan.  Y soy médica.  Felizmente casada además con un esposo divino que siempre me dio todo desde el punto de vista sentimental y afectivo y a quien me entregué en un ciento por ciento desde que hace tres años decidí unirme a él en matrimonio.  Aún no tenemos hijos aunque supongo que a mis treinta y un años de edad empieza a ser previsible que no tardemos mucho más en ir encargando nuestro primer crío.  Quisimos (y quise) disfrutar de la vida en pareja y de la convivencia lo más que pud...

Novio en estado de coma (4): final

Bien,aquí está la cuarta y última entrega del calvario de Lucas, postrado en una cama en estado de coma mientras escucha cómo alguien hace gozar a su novia mucho más de lo que él alguna vez hubiera podido hacer... Pido disculpas por la demora. Tarde pero seguro

Y aquí me tienen: postrado, incapaz de actuar, imposibilitado de hablar y siendo sometido a la humillación de escuchar cómo mi esposa es penetrada por el culo aquí, a mi lado… Si esto que digo le produce gracia al lector, hasta puedo entenderlo; también a mí me la produciría en una situación parecida: qué fácil que es todo cuando las cosas le están pasando a otro.  Pero me están pasando a mí… Liz suelta un grito que está a mitad de camino entre gemido y alarido lo cual hace evidente que el doctor ya ha entr...