Hombres calientes en unos baños públicos (2 de 2)

Concluye la orgía de JJ con un grupo de machos fornidos en unos servicios públicos. Un relato de lo más caliente que te llevará al orgasmo.

La historia hasta ahora : JJ se liga a un jovencito en unos baños públicos, estando en plena mutua masturbación aparece un tipo casado de unos cuarenta años que se les une a la fiesta.

En pleno trío sexual aparece un cuarto hombre vestido con un mono de trabajo quien, a pesar de la invitación, prefiere permanecer como espectador.

Sin embargo, su tiempo de voyeur es limitado pues entra un tipo trajeado al que impide que huya y a quien somete, primero verbalmente y después físicamente.

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Hombres calientes en unos baños públicos (1 de 2)

El sexo en los baños públicos es algo que a muchos les da morbo. JJ liga con un chico en uno de ellos, pero lo que sucede a continuación sobrepasa las expectativas.

El orín de JJ se derrama   torrencialmente sobre la blanca cerámica y  la satisfacción de vaciar su hinchada vejiga  se pinta en su cara. No ha terminado todavía de evacuar todo el amarillo líquido y  percibe que en el urinario contiguo a él se ha colocado un individuo. Lo mira por el rabillo del ojo y lo que ve no le desagrada por completo: un chaval de veintipocos años, de cabello moreno, guapetón, delgado, no muy alto, con  un pequeño “percing” adornando su labio...  Como si fuera un movimiento reflejo,...

Desvirgado por sus primos gemelos

Pepe vuelve a casa por navidad y sus primos, Ernesto y Fernando, no pierden oportunidad para enseñarle donde está Cuenca.

Érase una vez que se era, un chico llamado Juan José.  Juan José a sus dieciocho años era un chico bastante atractivo, delgado, ni alto ni bajo, moreno pero lo que más llamaba la atención de él eran sus grandes ojos marrones y su sonrisa, su contagiosa sonrisa.

Juan José era de un pueblo de Badajoz aunque desde que tenía catorce años estudiaba BUP (para  que los más  jóvenes me entiendan, el antiguo bachiller) en un internado de la capital del país. Concretamente aquel año, cursaba COU, el último  cur...

Un camión cargado de nabos

Doce hombres con los que follaría sin piedad (8 de 8)

Una de las máximas de mi vida  que llevo más a rajatabla es: “El sexo es solo sexo y a la hora de follar no hay porque complicarse la vida metiendo sentimientos de por medio”. Pero una cosa es evitar darle un estrepitoso sentido romántico al hecho de echar un polvo y otra es lo que hizo Borja, el comercial valenciano, que nada más tragarse todo el biberón de leche calentita de  Bernard, se mosqueó porque  una de las solapas de su chaqueta se le mancharon con unas gotas de esperma y se  largó  con un cabreo...

Cruising entre camiones

Doce hombres con los que follaría sin piedad (7 de 8)

Si por mi mente paseó levemente la idea de  intentar ver si se podía cazar algo, esta murió de inmediato pues la puerta se volvió a abrir de nuevo. El recién llegado era otro de los camioneros, concretamente el polaco más atractivo, aquel a quien yo había bautizado con el nombre de Bernard. Para mi sorpresa, en vez de ponerse en el primer meadero, se colocó en el tercero. Justo en el que estaba al lado de Borja. Como soy muy bueno en matemáticas y sé sumar dos y dos, me di cuenta de que tres eran multitud p...

Mi primera doble penetración

Doce hombres con los que follaría sin piedad (6 de 8)

Escucho a Alain preguntarme si me gustaría que me metieran dos  pollas a la vez igual que han hecho  con JJ y un escalofrío recorre mi espina dorsal. Impulsivamente y dejándole claro que no todo el campo es orégano le respondo:

—¡Ni de coña!

El vasco se me queda mirando de un modo arrogante, escudriñando en mi expresión un atisbo de  debilidad. Tengo la impresión de que mi oposición a sus caprichos, lejos de enojarlo,  lo ha excitado más y le lleva a desear  con más fuerza una doble penetración...

Un ojete la mar de sensible

Doce hombres con los que follaría sin piedad (5 de 8)

Nunca antes me he encontrado sumido en una situación tan excitante como la de ahora, noto como del agujero de mi culo emana un calor bestial pues lo tengo  dilatado a más no poder. Me he arrodillado en el suelo y he sacado el pompis fuera,  como si implorara  con ello que me enculen casi a la desesperada. Estoy tan caliente que, como si rogara que calmaran mis ansias de placer,  mi ano se abre y se cierra en pequeños espasmos. En el momento que  percibo como el tranco de Alain se va internado paulatinamente...

Un nuevo sumiso para los empotradores

Doce hombres con los que follaría sin piedad (4 de 8)

El aliento de Alain me envuelve de una manera abrumadora. Su presencia me tiene, literalmente, acorralado entre su cuerpo y la pared.  Al acariciar su verga con la punta de mis dedos, no puedo evitar que el pulso se me acelere de una forma bestial. Sobrepasado completamente por los acontecimientos, me pregunto de qué manera se han tenido que alinear los astros para que se den todas las insólitas   circunstancias que han propiciado el momento actual.

JJ, mi amigo del alma, y yo íbamos en dirección a Vi...

Once machos con los huevos cargados de leche

Doce hombres con los que follaría sin piedad (3 de 8)

¿El cine porno imita a la vida o viceversa? La verdad es que en este momento no lo tengo muy claro. La escena que tengo ante mí ojos  bien podría ser parte del  rodaje de una peli para adultos,  pero os puedo asegurar que es real cien por cien.  JJ, en pelota picada,  se encuentra tumbado boca arriba sobre un par de mesas en el centro del salón del bar, con los brazos en cruz y las piernas en forma de uve.   En torno a  él se han situado los camioneros, el personal del local y el comercial,  formando una es...

Un buen atracón de pollas

Doce hombres con los que follaría sin piedad (2 de 8)

Tercer día en las tierras gallegas y las emociones están siendo un no parar.

Hemos parado a desayunar en un bar de una zona de descanso en la autopista, donde nos hemos encontrado con ocho estupendos ejemplares de camioneros en su hora de asueto. El muy atolondrado cabrón de JJ se ha puesto a tontear con uno de los conductores. Me iban a dar las siete cosas cuando lo he visto salir del cuarto de baño con el tío cogiéndole por el cuello del polo, poniéndolo de maricona y diciendo que lo había pillado m...