Por mirar donde no debía, terminó comiendo rabo

Doce hombres con los que follaría sin piedad (1 de 8)

JJ

Camino de Combarro, mi amigo y yo hemos decidido parar en el bar  de una zona de descanso para desayunar. Ha sido bajarnos del coche y ¡Oh sorpresa!, he visto una flota de camiones de la firma “Familia  Garraio  Echevarren”. Sin poderlo remediar,   mi mente empieza a fantasear con la posibilidad de tener sexo con algunos de sus choferes. La verdad es que conduciendo esos gigantes de la carretera, hay algunos ejemplares de macho que no es que estén buenos, ¡es que están que crujen!

La decorac...

Aquí el activo soy yo

Un relato para leer con una sola mano

Este relato está ideado para leer con una sola mano. Ya sabes, una mano al teclado y la otra...

Instrucciones de uso

:

Este texto puede ser leído tanto en un ordenador personal, como en un dispositivo móvil y para un consumo responsable, se aconseja hacerlo en la intimidad.

Pasos a seguir:

1)Asegurarse de vestir ropa cómoda, de la cual te puedas desprender con facilidad.

2) Agenciarse unas toallitas desechables ( convenientemente húmedas).

3) Dejar la habitación con u...

Estrenando un culito muy delicioso

Si había algo que a Javier le ponía más que un buen culo, era uno joven y por desvirgar.

Nota del autor: *Este relato es el segundo de una historia en dos partes. Aunque cada uno se puede entender de manera independiente, dejo el link de la primera por si alguien quiere leerla:

El mirón de las duchas.*

Marzo, 1996

Arturo estuvo sintiendo durante días el regusto del semen de su entrenador en la boca. Un sabor entre agrio y amargo que le recordaba lo tortuoso de su primera experiencia homosexual, más o menos plena. No estab...

El mirón de las duchas

Arturo está obsesionado con la churra de su entrenador, hasta el punto que lo espía cuando se ducha.

Marzo, 1996

Javier siempre había estado obsesionado con el sexo. Desde que tenía uso de razón se había visto atraído por las redondeces de las mujeres: sus pechos, sus nalgas…Todo lo que las hacia distintas del genero masculino llamaba su atención y su curiosidad por saber que escondían debajo de las ropas era mayor cada día.

Su infancia transcurrió durante los años sesenta,  en una España donde la censura de una dictadura en decadencia y una ciudadanía ignorante se dejaba alimentar por  unos d...

Una doble penetración inesperada

Dos pollas para mi culo

¡Este Mariano es gilipollas o se cree que yo lo soy!  Le pregunto si quiere que suba con mi ligue a la habitación que compartimos en el hotel de Vigo y se me queda callado. Ahora va a ir de mocita virginal y tal. Si le gusta más un nabo que a un tonto un lápiz. No sé cómo puede ser tan puta y tan mojigato a la vez. ¡Se creerá que no he visto como mira a Paco! Jo, lo que me importara a mí que se echen un polvo y además si me dejan participar, mejor que mejor. Así, compruebo lo que ha aprendido el muchachito...

Amarrado, cegado y follado hasta la extenuación

Ramón obsequia a Mariano con una sesión de sexo sado.

Nunca me deja de sorprender la multitud de  tonterías que uno hace cuando entra en el laberinto que supone mezclar el amor con el sexo, ¿cuántas barreras interiores bajamos para conseguir que el ser amado permanezca a nuestro lado? Si no, no me explico porque un tío de treinta y siete años como yo, varonil y con un buen físico, atractivo (o por lo menos eso es lo que me dicen) se dejara poner una venda en los ojos por su amante. Quizás en eso tuviera mucho que ver  que Ramón fuera  un metro ochenta de mascu...

Polvo rápido en el baño

Cuando uno lleva los huevos cargados de leche, cualquier sitio es bueno para descargarlos.

Las vacaciones de aquel año se presentaron cortitas de dinero, no había presupuesto para un viaje al extranjero, al no ser que me fuera en plan hippilón con la mochila y tal... Así que decidí quedarme en la playa, que en la vivienda familiar el pernotar es gratuito, y es realmente donde se descansa, no esos palizones de padre y muy señor mío que me suelo pegar deambulando por esos mundos de Dios.

No llevaba ni siete días disfrutando de desayuno, playita, tapita, almuerzo, siesta, más playita... c...

¡Terrible, Terrible!

Una fábula del reino de relaToR

Cuenta la leyenda que, desde tiempos inmemoriales,  en el reino de relaToR existió un gran escenario. Un lugar  donde su rey Magno I, el silencioso,  permitía a juglares aficionados compartir sus  odas con mayor o menor acierto.

Pese a que algunos de las composiciones adolecían de métrica, ritmo y su arpegio musical dejaba mucho que desear,  contaban con el apoyo de  un numeroso público. Un público valoraba su trabajo y le hacía saber mediante estrellas lo mucho o poco que le había gustado  y, en...