Niña Lucía (Kinbaku)

“Noto que a mi chico le gustaría verme atada, y he visto en internet que es una variante del bondage muy… mmm… placentera.”- explicó Niña Lucía...

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Niña Lucía trataba de calmar su respiración. Se tumbó en la cama, abrazada al cuerpo desnudo de Joan, y trató de recuperarse del orgasmo que acababa de gozar mientras follaba con su chico.

“Dios, Joan… Cada día follas mejor. ¿Cómo lo haces?”- suspiró la muchacha, entrelazando sus dedos tras la nuca de su novio.

“No lo sé. Pienso que es cosa tuya.”- respondió él, dándole un tierno piquito en los labios a Niña Lucía.

“Oye,...

Niña Lucía (Luisa)

Cariño, estoy diciendo que si quieres volver a ver eso que has visto, te vestirás de mujer y me acompañarás como una mujer más. Tu carita de niño nos vendrá de perlas para hacerte pasar por chica.

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Niña Lucía esbozó una sonrisa y tuvo que esforzarse en no soltar una carcajada. “Como las abejas a la miel” pensó, cuando vio a Luis por la ventana de su habitación que daba al parque, a las 4 y media, media hora antes de lo acordado. El muchacho acababa de bajar de su moto, que había dejado aparcada a la entrada, y entró en el parque mirando a todos lados, esperando, vanamente, que a Lucía le hubiera reconcomido la misma prisa que él. ...

Niña Lucía (Poesía)

Y no estabas allí para salvar mis muslos de sus dientes, mis pechos de sus garras, mis besos de sus fauces... mi sexo de su sexo.

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“¿Por qué lloras, pequeña?”- dijo el taxista, escrutando a Niña Lucía por el retrovisor.

“Por nada… lléveme a Tirso de Molina.”- sollozó la jovencita, tratando de recomponerse.

“Mira, chiquita… es mejor que te deshagas de ello, no te lo guardes…”- dijo el taxista arrancando.- “Mira, cuando llegues a casa lo escribes todo, simplemente para desahogarte, es una buena terapia… así empezaron muchos poetas.”- Sonrió el hombre repiqueteando con los dedos sobre un librito que...

En mi cenicero

Se consumen versos, sueños, tragos, musas, y el último cigarrillo que me fumé.

Mi cenicero es un reloj de saetas humeantes

Que marca las horas entre el insomnio y la vigilia.

Mi cenicero guarda en su alma

El alma de los versos que quemé,

La podredumbre de los sueños desechados,

Las cenizas de los espejos

Que se hartaron de mentirme.

También bailas tú en mi cenicero,

Desnuda como cada noche en que te pienso,

Descosiendo el humo del aire

Con la aguja ardiente de tus pechos.

Tú, cubierta de sudor como mi copa,

Donde...

Niña Lucía (Luis)

Guapo, listo, rico, fuerte… ¿Mejor que Joan? En ese momento, con la vista resbalando por su piel brillante de sudor, y las piernas abiertas esperando la primera invasión, Niña Lucía lo tuvo claro. Mucho mejor que Joan.

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Cuándo Ángela salió del baño, parecía en problemas para tenerse de pie. Se apoyó en el marco de la puerta de los baños como si le faltara el oxígeno. Tal que si esto último fuera cierto, su respiración seguía acelerada, a pesar del esfuerzo de la joven morena en calmarla. Sus generosos pechos adolescentes iban y venían bajo su camiseta, húmeda de sudor.

Ángela echó un vistazo a la mesa donde había estado sentada. Niña Lucía sonreí...

Niña Lucía (Cuéntame, Ángela)

“Joder… creo que está muy claro… Cuéntame, Ángela. ¿Cómo fue tu mejor polvo?”- Repitió Niña Lucía. “Pero ¿Aquí? ¿Ahora?”- se alarmó Ángela.

Continuación de:

Bajo una sombrilla que les protegía del sol amarillo de la tarde, que calentaba sin quemar, Niña Lucía, Ángela y Joan apuraban unas coca-colas para re-hidratar sus cuerpos agotados, que no cansados, de tanto sexo.

“¿Joan? ¡Ey, Joan!”- gritó un chaval al pasar por al lado de la terraza del bar donde los tres adolescentes charlaban animadamente.

“¡Qué pasa, Luis! ¿Qué “fas” por aquí?”- respondió Joan, levantándose de la silla y saludando a su compañero.

““ná”,...

Niña Lucía (Ángela y Joan)

“Más te vale, cariño… porque te tengo una sorpresa…”- rió Niña Lucía.

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“Más te vale, cariño… porque te tengo una sorpresa…” – rió Niña Lucía.

Joan, que ya tenía su móvil en la mano, frenó en seco.

“¿A qué te refieres?”- preguntó el muchacho, volviéndose hacia la joven que, acostada en la cama, reía sonoramente.

“¿A qué crees que me puedo referir?”

“Dios… espero que no tenga nada que ver con el final de la historia.”

Niña Lucía rió, se levantó y fue hacia Joan. Aún no estaba ...

Las olas tienen nombre

En el horizonte, las olas tienen nombre.

Escribiré un poema sobre el alba,

tintaré de nubes el cielo

y derramaré cien gotas de mar

por los acentos que me faltan.

Vendrán barcos repletos de leyes

sin saber de versos ni de auroras

ni de hogueras en la orilla ni de besos en la lengua,

a quitarme mi lápiz de agua

e intentar describir la poesía.

Llegarán las olas como tiros

de una pistola ronca y viuda

y heridos de muerte, los bufones,

caerán sangrando sobre la arena.

En el h...

Niña Lucía (Cúentame, Lucía)

El suspiro se le escapó a Niña Lucía sin poder y casi ni querer evitarlo. Igual que Misbeth, la princesa de su historia, ella había ido acelerando sus movimientos sobre Joan...

Continuación de: http://www.todorelatos.com/relato/51513/

“¿Cuándo vendrán tus padres?”- preguntó Joan, recibiendo la miríada de chorrillos de agua de la ducha de Niña Lucía después de que ella hubiera puesto el tapón a la bañera para que, mientras, se fuera llenando.

“No vendrán hasta mañana por la noche.”- respondió con travesura la muchacha, mientras enjabonaba la ya otra vez enhiesta polla de Joan con lascivas caricias.

Tras, tímidamente, tratar de esquivar la pequeña mano de L...

La luna ha mentido

Porque me prometió olvidarte...

El mar es de mármol, la luna ha mentido,

no encuentro en el agua el nido de dos alondras.

La noche no me abraza, la luna ha mentido,

no hay novelas escondidas al caer de las estrellas.

A los libros de poemas llega el otoño,

sólo en la luna es primavera

pero no hay flores en su sonrisa,

sólo sombras.  Y mentiras.

El cielo no es de seda, la luna ha mentido,

no me arropa la mañana y tengo frío.

El olvido no está en vela, la luna ha mentido,

...