El comienzo de un negocio (02)

Mi pequeño negocio se va ampliando y asentando gracias sobre todo a la gordita casada.

Durante una semana me despreocupé de los progresos como puta de mi vecina porque confié en la labor de Dorinda y además estaba ocupada en la captación de otra puta para mi incipiente negocio de burdel de calidad.

Había localizado una puta callejera en La Rambla que era muy atractiva. Asiática, de unos 20 años, y no parecía tener chulo porque, pese a su seductora figura, no conseguía mucha clientela ya que sus competidoras la marginaban a lugares poco estratégicos en la calle.

Era la segunda...

El comienzo de un negocio

Yo esperaba ascender de categoría social y montar mi propio negocio. Mi vecina de enfrente, ama de casa con niños, me facilitó el comienzo de mi aspiración.

Me mudé a aquel piso porque el alquiler era un chollo, céntrico para el ejercicio de mi profesión, fácil de mantener y, requisito indispensable, no tenía portero. De todas formas, antes de seis meses todos los vecinos conocían en qué trabajaba y no me dirigían la palabra, excepto la vecina de mi mismo rellano de la escalera que me saludaba amablemente. Quizá con un ligero tono de adulación.

Un buen día, a eso de la hora de comer, llamaron a la puerta y era ella.

  • Buenos días.

  • Hola...

Por culpa de la berenjena

Nunca pude imaginar que masturbarme con una berenjena cambiase mi vida tan radicalmente.

Hace falta tener mala suerte como la mía. Después de dejar a mi niño en la guardería pasé por el mercado a comprar. En la verdulería me llevé entre otras cosas una berenjena bien grande. Con la compra a cuestas volví a casa donde esperaba tener un buen polvo porque tocaba pulido de los suelos del portal y la escalera y el maquinista era uno de mis "recursos humanos" para compensar el tedio sexual al que me sometía mi marido.

Pero el portero, otro de mis "recursos humanos", me advirtió que hoy no...

La cerda

La veterinaria de mi cerdita rolliza me convence de que me haga cargo de ella y la saque de la casa de su marido.

  • Dame tus morritos que te los coma, Nati, te tengo que dar la enhorabuena. Los análisis de tu cerda son perfectos. Ya me lo esperaba sin más que hacerle el examen físico. Pero se confirma con los datos de laboratorio. Si en vez de cerda fuese cerdo estaría en el punto para la matanza. Desde luego tu trabajo ha sido magnífico. Nadie hubiera dicho que la piltrafa que me trajiste hace un año se convertiría en este lujoso ejemplar de gorrina.

  • Qué alivio, Mara, no estaba segura de no haberme pasado...

Lucía (2)

Me resultó sorprendente a lo que estaba dispuesta mi madura amante, a quien creí, hace un tiempo, irrecuperable para el sexo.

Como una experta, Lucía ejecutó en el recto de Marta las mismas maniobras que en el coño. Marta estiraba de la cadena de sus pezones con una mano u de la de la argolla del clítoris con la otra. La deformación de los delicados órganos era bestial. Al entrar en el orgasmo se soltó las cadenas y quedó en el sofá en posición fetal respirando agitadamente. Lucía, no sabiendo que más hacer se dedico a lamer los fluidos que arrojaba aquel provecto chocho al que la lúbrica vieja facilitó el acceso abriendo in...

Lucía (1)

Hoy me arriesgaría a que mi madura amante se convirtiese en una puta o, por el contrario, la perdiese.

Arriesgué a que Lucía ya estaba a punto de caer y no fallé. El hecho de que admitiese depilarse el pubis a petición mía me indicó que, o ya no tenía relaciones sexuales con su marido o le daba igual, pero el hecho indicaba que estaba madura para iniciarla.

No era solamente el depilado de sus genitales. Ya se peinaba como le dije, se lacaba las uñas con mi color preferido y cada vez con más frecuencia se presentaba sin ropa interior. A todas las últimas citas acudió con las bolas chinas dentro de...

Dora (2)

El final de aquella orgía no me parecía augurar un decente futuro para Dora. ¿O acaso yo lo envidiaba?. ¿Quería yo un futuro decente?.

Pedimos tregua para ducharnos y descansar. Leo nos liberó de las pesas de los pezones y a ella de las pinzas y la destaponó los agujeros. Nos duchamos las dos juntas comentando lo bien que lo estábamos pasando y yo le expresé mi sorpresa por lo depravada que se estaba revelando.

  • Ya te dije que estaba salida como en mi vida. Quiero sexo fuerte. Lo necesito.

  • Está bien Dora. Leo aún nos va a dar de si bastante. ¿Has visto? . Media hora taladrándome el culo y no se ha corrido.

Después...

Dora (1)

Eloisa no podía creer que su amiga y amante Dora, amantísima esposa y madre, se hubiese desquiciado de lujuria por su nuevo embarazo.

Me llamó por teléfono mi amiga y amante Dora muy agitada y queriendo hablar conmigo de inmediato.

Como mi marido estaba en casa y Dora se pasa horas hablando cuando pilla un teléfono, decidí citarla en una cafetería. No fuera a ser que mi marido cogiese el supletorio y escuchase la conversación.

  • Hola. Quiero que me lleves donde ese amante viejo que tienes para que me destroce todos los agujeros.

  • Calma. ¿qué ocurre?.

  • El cabrón de mi marido. Que dice que no le apetece follarm...

Un día de mi vida (2 y Fin)

Si no fuese por estas tareas "adicionales", no soportaría la rutina de mi trabajo.

. . . .

Con la copa en una mano comencé otra vez a bailar excitantemente, acariciándome yo misma y balanceando mis tetazas, cosa que, bien se, anima a cualquiera.

Para cuando dejé la copa y comencé a acariciarme yo misma acercándome y retirándome de ellos para provocarles, oímos como Ferrán se corría ruidosamente dentro de la boca de Inés que, impávida, se tragó el semen como si fuera algo cotidiano con un desconocido. Entonces me di cuenta de que mi jefe no había utilizado condón con ella...

Julia

Cruel venganza de una mujer abandonada.

Aquella vecina me lo reveló sutilmente en el portal, pero yo ya sabía que era cierto. Mi esposa, preñada de ocho meses estaba haciendo de puta callejera.

Y sabía quien era la culpable. Tomé el cuchillo más grande de la cocina y, ciego de rabia, me dirigí al polígono industrial donde estaba radicada la industria de aquella hija de puta.

Localicé la nave y entré en ella. Vacía, como era de esperar. Sabía que aquella mujer no se dedicaba a ningún negocio limpio.

Comencé a buscar en los l...