Cuando el amor se consuma

El amor se hace piel y los cuerpos se funden en la pequeña muerte del orgasmo.

CUANDO EL AMOR SE CONSUMA

Mi cama que fue nieve, se hizo arena.

Entibiaste mis sábanas, mi sexo y mis tristezas

Había multitudes detrás, pero eramos sólo dos

Tu piel en mi piel, tu boca en mi lengua

Tus manos dibujando colores sobre colores

En mi cuerpo desnudo, en mi alma castigada.

¡Qué maravilla el vaivén, que locura preciosa!

¡Qué belleza tu pelo en mi almohada y tu aroma!

¡Qué dulces tus manos, recorriendo mi espesura!

Arrancando gemidos, domi...

Un cambio de costumbres

Casado con hijos,una vida que parecía muy "normal". Hasta que un día, conoció a un hombre que le devolvió las ganas de vivir.

Por las noches, caminaba perdido por las calles. No siempre, pero algunas veces, elegía las calles más concurridas. Las avenidas y trnsversales céntricas. Luces de neón. Gritos. Bocinazos. Humo. Smog. Multitudes.

El ruído de autos y de la gente, por momentos me enfurecía y en otros era una distracción para mi. Quería aturdirme. Las luces del alumbrado público, las marquesinas, los escaparates de los comercios, y los focos de los autos, me cegaban por momentos, y vagabundeaba sin rumbo fijo. Sin...

Recién cogido

Un estudiante reprimido y el encuentro del sexo con el hermano de su mejor amiga. También el amor y otras muchas cosas más...

Al amor de mi vida.

Todavía no lo puedo creer. Me miro al espejo y parezco el mismo de siempre. El pelo rubio cortado al ras, los ojos verdes algo separados, la nariz chica, la boca carnosa, el cuello largo. La cara de un muchacho común de 18 años. En mi opinión demasiado común. Sigo teniendo las mismas orejas, la misma nariz imperfecta, el mismo pecho lampiño, los mismos brazos algo musculosos, la misma piel lisa. Mantengo el mismo nombre y apellido y el mismo lunar, cerca del culo. Pero no soy...

Godofredo, el guardia

Aquel guardia de seguridad de su edificio lo calentaba enormemente. Maduro, corpulento, fuerte,aquel macho en uniforme despertaba sus deseos mas ardientes.

El hombre era muy atractivo. Tirando a robusto, alto, corpulento, espaldas anchas, cabello algo ondeado al que salpicaban en las sienes y en la nuca, algunas canas que le sentaban muy bien a su pelo castaño, bigotes poblados (¿pincharían al besar?). Piernas gruesas, vientre incipiente, culo bien gordo y marcado por su ropa de seguridad de mi edificio. Era el guarda nocturno que custodiaba las instalaciones de la torre de departamentos donde yo vivía. Estaba para comérselo. Claro que si el hombre era b...

Cogiendo en la piscina

Un heterosexual muy macho descubre por azar en una piscina a un chico gay que le rompe todos los esquemas.

Hace unos cinco años el médico me diagnosticó asma bronquial y alli mi historia cambió. Antes llevaba una existencia despreocupada, vivía de noche, bebía en cantidad, de noche y de día, cogía con cuanta mujer se me pusiera adelante. Comía la peor comida chatarra, me desabrigaba con frecuencia, me gustaba caminar en pelotas por el jardín, o sea todo me venía bien. Fue asi como terminé en el hospital y allí me dijeron que lo mio era de cuidado y que tendría que llevar una vida mas ordenada.

Lejos...

Sexo en el cementerio

Un ex seminarista, repartiendo volantes en una Catedral, y un joven marginal que lo conmueve, y con quien termina cogiendo en un cementerio.

Yo estaba parado en la puerta que daba a la plaza de la Catedral de Cañada del Diablo, mi pueblo natal, repartiendo volantes para una fiesta patronal, en la que con motivo del aniversario de la canonización del santo patrón, San Javier del Pedazo, se anunciaba una comilona para recaudar fondos para los inundados del Río del Infierno, ese ancho cauce que baña con sus bellas aguas contaminadas con plomo a nuestro pueblo. Parado en mis pies planos y zapatos nuevos que apretaban mis callos plantales y jua...

Noche de viernes.

Dos hombres solos, casi dos extraños, y el deseo brutal del uno por el otro. Pasión y sexo en una noche de viernes.

NOCHE DE VIERNES

Esos labios, esa boca. Esos ojos que brillan, ese cuerpo, esos muslos gruesos y musculosos que me hacen doler de ganas. Si claro, esa verga y cómo la usa….

Lo quiero tanto que como dice Montaner, el cuerpo me duele. Y no me puedo aguantar.

En mi vida sin demasiadas alegrías, las cenas de los viernes con mi amigo Ricardo Aguirre, se convirtieron en una costumbre que yo siempre esperaba con gusto. No ibamos a restaurantes caros. Para comer bien en Buenos Aires, no es n...

Aquella tarde en el baño

Tiene 19 años, está casi solo en la vida, es virgen pero lleva en su cuerpo un cartel que parece decir "soy fácil, cogeme si querés".

AQUELLA TARDE EN EL BAÑO

Yo era un muchacho solitario y retraído. Mis padres se habían separado cuando yo era chico y con mi madre nos fuimos a vivir a la casa de mis abuelos y mis tres tías solteras, o viudas, o solas, de eso no se hablaba, en una ciudad de provincia. La casa era grande, pero venida a menos, con un lindo jardín y vista a las montañas. Yo salía todos los días a ese jardín, a mirar los aviones que a veces pasaban, esperando el regreso de mi padre.

Volverá en un avión col...

El médico me lo recomendó

En el gym aquel bisexual encontraria mucho sexo, calentura y excitación, y hasta a un rapado cachondo y sensual.

EL MEDICO ME LO RECOMENDO

El médico me lo recomendó. Me dijo, Fernando, Ud necesita hacer ejercicio. Vive de modo muy sedentario y eso lo predispone a enfermedades cardiovasculares y a la obesidad. Hágame caso, regístrese en un gym. Y yo obediente como pocos, busqué un buen gimnasio cerca de mi casa y me anoté.

Soy oftalmólogo con una buena práctica. Tengo una linda casa, un auto nuevo, dos consultorios, un buen trabajo en un sanatorio importante. Gano bien. Soy miembro de varias sociedades...

Que calentura Eugenio

El relato zafado, caliente y desopilante del encuentro entre un "viudo" alegre, y un "oso" bien gay y bien osado.

QUE CALENTURA EUGENIO.

¡¡¡Qué calentura Eugenio!!!. Yo que tomo remedios para todo, pero no hago casi nada para combatir la soledad, y que llevo una vida casta y pura. Pero ahí me ves, caliente como agua hirviendo, y con eso, no te digo cuánto. Si hasta creo que me enamoré de nuevo

No me mires con esa cara de mosquita muerta, vos sabés la sequía sexual que he experimentado desde que enviudé. Si, claro, acaso no soy el viudo o la viuda, no te rías, de Gumersindo Pretérito La Porta, ese queri...