Pasion pampeana

Un italiano joven pero cínico y un encuentro pasional e inesperado.

A mi me mandaron a las pampas argentinas como un castigo. Y así lo tomé. Eso ocurrió en 1980, y por ese entonces, yo trabajaba en Turín, Italia, para una publicación en decadencia y hoy desaparecida. "La Voz del Piamonte"

Todo comenzó, cuando me negué a dejarme chupar la pija por el director de la revista, un viejo baboso y repugnante, llamado Giusseppe Mangia Cavallo, una "loca" a la antigua, que perseguía a cuanto periodista joven se le ponía delante. Yo fui uno de sus perseguidos y como le d...

Rubio de ojos verdes

Conoció el abuso, la miseria y el desamor, pero esa noche, en una esquina cualquiera, enontró a un osito aarmado, miope y muy caliente.

Sábado a la noche. 2,45 a.m. El chico que se esconde en el rincón de la disco gay, hace meses que no tiene trabajo, años que es más pobre, que una laucha pobre. Toda una vida que no es feliz. Ya no recuerda desde cuándo sobrevive gracias a la bondad intermitente de su madre viuda y pensionada, algunos trabajitos menores, y un plan social ínfimo, que apenas le permiten trasladarse en su búsqueda infructuosa de un empleo, o ingresar a Internet donde algunas las noches durante un rato largo, entra a un...

Primavera en otoño

Estaba semi retirado. Hasta que conoció a un macho llamado Pipi, y ya no lo quiso soltar.

Cuando Margarita, mí única hija, vino aquella tarde a decirme que se casaba, me pareció que mi misión en la vida se había acabado. La felicité, nos abrazamos, lloramos un poco de emoción pero al rato salí al patio, y me quedé callado, como si el silencio pudiera ahuyentar mi tristeza.

Me casé a los diecinueve años con Isabel, ella esperaba un hijo, y yo sentía que ese ser humano inocente nacido de un corto noviazgo, tenía que venir al mundo en el seno de una familia. Por eso nos casamos, alquil...

Cuatro años y un día

Empezó en un baño público, con un chico mirándole la verga. Y el tan machito tan reprimido, en esa mirada encontró lo que buscaba.

  1. Está durmiendo en mi cama. El pelo largo y lacio le besa la frente y acaricia esos ojos dulces que tanto he besado. Quisiera despertarlo, pero duerme tan plácido, tan profundamente, que procuro no moverme. No deseo que se sobresalte. No quisiera que nada perturbe su sueño. Ni mis ganas de abrazarlo, de recorrer con mis manos su cuerpo desnudo, ni el deseo casi incontenible de hacerle el amor para recuperar el tiempo perdido.

Duerme pacíficamente, boca arriba y parece, más que nunca, un a...

Casado con dudas

Un casado en camino a no serlo, un hetero a punto de perder el invicto.Un fantasma en el ropero y un vecino sexy que le quita las dudas.

Te perdono, le dije. Ella tenía lágrimas en los ojos. Pero ya no me conmovían. Mi perdón era sólo de palabra, de la boca para afuera, no era un perdón sentido, simplemente era una cuestión de conveniencia social. Una salida provisoria. Yo quería evitarme el bochorno de que se supiera en el pueblo, que ella me había engañado con otro hombre No quería que me señalaran. Ahí va el cornudo….

Te perdono, no llores le dije, pero ella siguió llorando. Es una buena actriz. Tan buena actriz, como hija de...

Nunca digas nunca

Cuando el sexo y el amor no se apagan ni con la distancia ni con el paso del tiempo, y cuando nunca deja de ser algo definitivo.

Hay un tango de Carlos Gardel, que se llama "Volver". Y mientras el avión de Iberia descendía lentamente sobre el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, yo, como dice ese tango, adivinaba el parpadeo de las luces que a lo lejos iban marcando mi retorno. Volvía a Buenos Aires sólo por unos días, contra mi voluntad. Me había dicho a mi mismo que nunca más volvería. No sé que pudo más si el pedido muy firme casi una órden de mi padre, o el ruego de mi madre: volví porque mi padrino se estaba muriendo. Cinc...

El cadete de farmacia

Llovia y hacía frio, pero esa noche aquel cadete de farmacia perdería su virginidad y dejaría de soñar despierto

Farmacia, iglesia de los desesperados…. Pablo Neruda.

Yo tenía 18 años, acné juvenil, madre viuda, tres hermanitos más chicos, y unas ganas locas de coger. Coger con un macho. Si, ya sé que ustedes dirán que eso de vivir caliente todo el día, les pasa a todos los adolescentes de esa edad. Que querer coger con otro macho, también le pasa a muchos chicos gay. Puede ser que todo eso sea cierto, pero yo siempre tuve la impresión que nadie era tan calentón, tan pajero como yo: veía una foto cualquie...

Calor y calentura

Un almuerzo, un dia de mucho calor, un abogado con anillo de compromiso y un cliente caliente. Una pasión que se desborda en un lugar oscuro.

Caminé como diez o más cuadras desde el estacionamiento hasta el restaurante donde él me esperaba, y en ese trayecto que estúpidamente hice a pie, me derretía de calor. Era el noviembre más caluroso del siglo y aunque me iba a encontrar con un abogado, me vestí con unos jeans limpios pero gastados y una camisa sport con los primeros botones desprendidos.

La cita era para hablar de algunas cuestiones vinculadas con la sucesión de mi padre, y mis hermanas me habían enviado como su representante, e...

Lo encontré en la calle

Encontrarse con un ex y descubrir en la cama algo mas que la infidelidad.

Lo encontré en la calle, en pleno centro de la ciudad. Primero no lo reconocí y ya pasaba de largo, cuando me di cuenta, me volví y lo saludé. Se asombró al verme. Habían pasado cinco años o algo así. Pareció alegrarse. Nos abrazamos. Me dijo que parecía mas joven, lo que me halagó el ego de un modo extraordinario.

El parecía más fuerte, más musculoso, había ganado unos kilogramos pero no de grasa, su físico era el de un atleta o al menos el de alguien que visita a diario un gimnasio y se desviv...

Fuego en la red

Dos jugadores de fútbol, uno en decadencia otro en ascenso y una historia de sexo inesperada.

Nunca me había llevado bien con el Cholo Tapia: jugábamos juntos hacia dos temporadas para el mismo club de fútbol de segunda división, un equipo modesto y con un plantel muy reducido de jugadores, pero no pertenecíamos al mismo grupo: el tenía sus amigos, el Pata, Arturo y el Pichi Zamudio, y yo no tenía ningún amigo. Ellos eran los ganadores, los sociables y exitosos entre las mujeres. Todas las putitas de Villa Camerún, jóvenes, medianas y viejas, andaban trás ellos y a mi no me importaba, porque s...