El regreso de Imbécil

Imbécil vuelve de su trabajo en Canarias, ¿qué le tendrá reservado Mariposa después de un largo mes separados?

Apenas podía creerlo, me sentía tan estúpidamente feliz que sentía ganas de gritar y bailar, no podía dejar de sonreír, ¡por fin iba a ver de nuevo a mi ama! El asqueroso mes de trabajo a destajo lejos de ella por fin había terminado, y estábamos en el avión que nos llevaba de regreso desde las islas Canarias, y además con un poco de adelanto. Supuestamente, tendríamos que haber tomado un vuelo de madrugada, pero finalmente cogimos el de medianoche. No me importaba no dormir, todo lo que implicase ver...

Estudiar puede ser un delito, 2

Salieri y Gloria juegan el uno con el otro hasta que al fin aquél se descubre y se lanza a hacer lo que nunca creyó posible.

Ese mismo miércoles, Salieri entró sigilosamente en la biblioteca de la universidad. Como era la hora del almuerzo estaba casi vacía, apenas había un par de estudiantes, y, muy cerca de la estantería de arte gráfico, dos niños sentados, como de unos doce y siete años más o menos, leían ávidamente tebeos. La escena le llamó la atención, porque, ¿qué hacían dos niños en una biblioteca universitaria? Y además, el pequeño, el que debía tener unos siete u ocho años, se notaba que era de los dos, el que lle...

Estudiar puede ser un delito, 1

Un singular detective, Salieri, le propone a una estudiante una beca, pero para obtenerla, deberá pasar un examen previo, para el que debe prepararse y disponer de tiempo de estudio...

Una cama deshecha. Eso es lo que parecería si uno quisiera compararlo a algo, si uno quisiera hacer su retrato de un solo trazo: una cama deshecha que hablaba y se movía como un hombre. Por lo demás, aunque fuese desastrado y fuese bajito con una voz muy fea, el detective Salieri era muy amable. La primera vez que Gloria lo vio, le tomó por uno de esos profesores despistados que poblaban la universidad, sobre todo las ramas de Ciencias, lo último que hubiera podido pensar de aquél hombrecito de gabard...

Indecisión

Mati sabe que Daniel quiere casarse con ella, pero ella tiene un terrible miedo al matrimonio, ¿cederá?

-Mati… ha sido una broma. No te voy a obligar a que te cases conmigo. Pero sí tengo que admitir que me harías feliz si consintieras.

Daniel se envolvía el cuerpo con la toalla mientras su novia, igualmente envuelta, se cepillaba el pelo. Se había valido de una treta muy poco ética para hacerla decir "sí" a su petición de que se casaran de una vez, pero él mismo sabía que, dicho mientras la penetraba, un "sí" no valía nada y no iba a tomarlo como "palabra pronunciada, palabra otorgada"… pero Mati...

Hoy te enseño yo

Irina no sabe patinar, y será Oli quien la enseñe, pero ella tiene un secreto que preocupa a su marido, ¿qué será?

-Vamos… despacito, si es muy fácil, mira, ya casi podrías ir sola

-¡No aceleres! Despacio, despacio…. ¿de qué te ríes? – Irina miraba la pista de hielo con aprensión, temblando de arriba abajo, y agarrada a mis brazos con tanta fuerza que me hacía daño, pero no me reía de ella, palabra.

-Es que me hace gracia la situación… Nunca se me ocurrió pensar que habría algo que yo supiera hacer y tú no. Me enseñaste a hacer el amor, a bailar, y hasta a jugar al póker… siempre pensé que sabiendo ba...

Me siento solo, Mariposa.

Por motivos de trabajo, Imbécil estará un mes separado de su ama, y éste le impone severas penitencias... que puede aliviar si se atreve a llevar a cabo un trabajito especial.

No estaba cansado. No estaba agotado. No estaba extenuado, rendido y casi muerto… estaba lo siguiente. Y además de todo eso, deprimido, harto y triste, pensé mientras abría la puerta de la habitación del hotel. No conocía las islas Canarias, pero estar allí en aquéllas circunstancias, era lo mismo que no conocerlas y encima un pretexto perfecto para odiarlas pese a las ganas que en realidad tenía de visitarlas. Me llamo Miguel, trabajo para un banco, y me habían enviado a una gestión de fusión de emp...

¡Te cacé, Conejito!

Virgo es sorprendido por Coral mientras recoge la ropa sucia.

Toc, toc – Lavandería… gracias. – Virgo, muy sonriente, recorría el pasillo del segundo piso, llenando con las bolsas de las inquilinas el barreño de la ropa sucia. Era viernes por la tarde y las bolsas eran algo mayores porque era el día que la mayor parte de las estudiantes de la residencia universitaria aprovechaban para hacer la colada grande, cambiar las sábanas… Como casi todos los viernes, le tocaría quedarse hasta un poco más tarde, hasta que todas las prendas estuvieran lavándose. Podía dejar...

Os presento a Dulce

Beto presenta a su novia a Oli, su primo favorito, pero, ¿cómo reaccionará éste, que todavía le guarda rencor a su primera mujer?

Reconozco que estaba un poco nervioso. Desde luego, no quería romperle el corazón… pero tampoco deseaba que otra persona volviera a hacerle lo propio, antes que lo lastimase otra mujer, prefería lastimarlo yo, pero deseaba sinceramente que no fuera así. Mi primo Beto me había pedido quedar a pasar un par de días con nosotros para presentarnos a su novia, una mujer llamada Dulce a quien yo, no conocía de nada. Soy Oli, bibliotecario de profesión, casado con la mejor chica del mundo, Irina, y en plena…...

Mala, egoísta, promiscua.... y la quiero.

Oooh, conejito, eso es lo más bonito que me han dicho nunca, ¿todo lo tienes tan dulce como esa lengua...?

Virgo había pasado muchos momentos embarazosos en su vida, recordó el joven lavandero de la universidad mientras cargaba con el pesado barreño lleno de bolsas de ropa sucia para meter en las lavadoras. Se le había escapado el pis cuando tenía seis años el día de las notas, delante de medio colegio. Se le habían roto los pantalones el día de la boda de una prima suya, cuando él tenía ocho años y era el niño que llevaba los anillos. Le había venido una erección espontánea justo un día que le preguntaron...

De la nieve al fuego

Arnela sólo accede a hablar con Rino teniendo de por medio una puerta de cristal, pero la excitación será superior a ambos, y lo que era una barrera, se convertirá en juguete.

Joder, tengo los cojones pelaos de frío. La nieve será la hostia de bonita para ponerla en postales y mirarla desde casita, pero cuando estás debajo de ella, me cago en diez… Si esto me lo dicen a mí hace cuatro meses, me río en la cara del que sea, aunque fuese San Pedro que hubiese bajado del Cielo sólo para eso. Golpeo el suelo con las botas, intentando que me corra algo de sangre por los pies, porque apenas siento los dedos, y decido ponerme a dar paseos. Sé que así llamaré más la atención, pero e...