Memorias de una azafata (3)

"Cuando comencé a trabajar en esto, nunca imaginé las cosas que alguna vez me tocarían vivir." En este tercer capítulo, nuestra memoriosa amiga rememora a su vez a otra compañera.

"Cuando comencé a trabajar en esto, nunca imaginé las cosas que alguna vez me tocarían vivir." En este tercer capítulo, nuestra memoriosa amiga rememora a su vez a otra compañera.

MEMORIAS DE UNA AZAFATA (3)

El tercer texto que elijo darles a conocer de la colección que me había confiado mi querida amiga pertenece a un viejo recorte de una hoja mimeografiada, con unos párrafos manuscritos en tinta. Al preguntarle sobre ellos me explicó un poco más.

-Ah... ese recorte... lo guardé para...

Memorias de una azafata (1)

Aquella mata de pelos parecía un campo de trigo de Cornualles ondulándose bajo la suave brisa del verano. Varió después de dirección y envió el aire caliente directamente entre mis piernas.

Aquella mata de pelos parecía un campo de trigo de Cornualles ondulándose bajo la suave brisa del verano. Varió después de dirección y envió el aire caliente directamente entre mis piernas.

MEMORIAS DE UNA AZAFATA (1)

Esta serie de relatos amerita una breve introducción. Hace unos cuantos años apareció y se quedó a vivir en mi barrio en el pueblo una mujer de unos setenta años. Había enviudado recientemente de un estanciero de la zona y decidido quedarse con la tranquilidad bucólica del pai...

Memorias de una azafata (2)

La dama vestía de negro, cubierta sólo por una túnica semitransparente, (...). Con aire majestuoso, acompañada por un creciente tableteo de timbales, se recostó de a poco sobre un gran canapé de terciopelo negro.

La dama vestía de negro, cubierta sólo por una túnica semitransparente, (...). Con aire majestuoso, acompañada por un creciente tableteo de timbales, se recostó de a poco sobre un gran canapé de terciopelo negro.

MEMORIAS DE UNA AZAFATA (2)

En este segundo relato de las memorias de mi amiga trotamundos ella recuerda una anécdota de la época en que residió en la Ciudad Luz, mientras volaba entre París y Nueva York, trabajando para la Air France, y residía en un coqueto edificio céntrico, en...

Caprichos: Otras plumas (3)

"Alguien gritó a los chicanos de las plataformas que reanudasen su trabajo. La fila de rostros se transformó rápidamente en un mar de espaldas vueltas. Continuó el incesante proceso de acuchillar, cortar, destripar y limpiar." Tercer capricho, esta vez no tan breve, ni poético... y mucho menos erótico...

"Alguien gritó a los chicanos de las plataformas que reanudasen su trabajo. La fila de rostros se transformó rápidamente en un mar de espaldas vueltas. Continuó el incesante proceso de acuchillar, cortar, destripar y limpiar." Tercer capricho, esta vez no tan breve, ni poético... y mucho menos erótico...

Caprichos: Otras plumas III*

Fragmento de "EL AMO DEL CORRAL"

Una novela de Tristan Egolf.

"John pisó por primera vez Sodderbrook en el apogeo de la estación vacacional, cruzó e...

Caprichos: Otras plumas (1)

"La mujer de blanco se le acercó cada vez más, casi hasta rozarlo con el rostro; él advirtió que era muy hermosa, aunque sus ojos eran temibles." Este relato inaugura una serie de textos no eróticos, breves y poéticos. Un capricho, bah...

"La mujer de blanco se le acercó cada vez más, casi hasta rozarlo con el rostro; él advirtió que era muy hermosa, aunque sus ojos eran temibles." Este relato inaugura una serie de textos no eróticos, breves y poéticos. Un capricho, bah...

Caprichos: Otras plumas I*

YUKI-ONNA

por Lafcadio Hearn

En una aldea de la provincia de Musashi, vivían dos leñadores: Mosaku y Minokichi. En la época a que aludo, Mosaku era un anciano, y Minokichi, su aprendiz, un joven de dieciocho años. Tod...

Caprichos: Otras plumas (2)

"El arte permanece incólume sin que le afecte el vértigo (...) pero el viento solar (...) puede que sea el causante de la locura humana." Un segundo capricho... reitero la consigna: textos no eróticos, breves y poéticos.

"El arte permanece incólume sin que le afecte el vértigo (...) pero el viento solar (...) puede que sea el causante de la locura humana." Un segundo capricho... reitero la consigna: textos no eróticos, breves y poéticos.

Caprichos: Otras plumas II*

VIENTO SOLAR

por Manuel Vicent

Este planeta vuela por el espacio a 30 kilómetros por segundo y a esa misma velocidad van cabalgando juntos los sabios y los idiotas, las víctimas y los verdugos, los niños muertos de hambre y los milita...

Apuntes: Otras plumas (9)

«Jardín de Venus. Cuentos burlescos de Don Félix María Samaniego. Escribiolos en el Seminario de Vergara de Álava por los años de 1780 y tienen burlas de frayles y monjas y mucho chiste y regocijo.»

«Jardín de Venus. Cuentos burlescos de Don Félix María Samaniego. Escribiolos en el Seminario de Vergara de Álava por los años de 1780 y tienen burlas de frayles y monjas y mucho chiste y regocijo.»

Apuntes: Otras plumas IX*

Dedicado al españolísimo Marqués Don Carletto, conspicua pluma de nuestra humilde cofradía y entusiasta degustador de esta arbitraria serie de apuntes.

EL PAÍS DE AFLOJA Y APRIETA

por Don Félix María Samaniego

En lo interior del África buscaba un joven...

La invitación de Juan Alberto

El sol brillante en un cielo turquesa y aquella laguna soñada de aguas cálidas rodeada de suaves ondulaciones de arena desnuda. El sonido de las olas, algo lejano y de algunas aves marinas, únicos testigos de nuestra presencia. ¿Acaso necesitábamos algo más? (A modo de continuación de "Paseos en bici")

El sol brillante en un cielo turquesa y aquella laguna soñada de aguas cálidas rodeada de suaves ondulaciones de arena desnuda. El sonido de las olas, algo lejano y de algunas aves marinas, únicos testigos de nuestra presencia. ¿Acaso necesitábamos algo más?

(A modo de continuación de "Paseos en bici")

LA INVITACIÓN DE JUAN ALBERTO

Comenzaban ya los primeros días cálidos de noviembre y yo esperaba ansioso la llegada del fin de semana. El martes me había encontrado imprevistamente con...

Apuntes: Otras plumas (8)

-¿Cómo se llama tu chica? -preguntó Big Bart. -Rocío de Miel -dijo el Niño. -Y deje de mirarme las tetas, señor -dijo Rocío de Miel- o le voy a sacar la mierda a hostias.

-¿Cómo se llama tu chica? -preguntó Big Bart.

-Rocío de Miel -dijo el Niño.

-Y deje de mirarme las tetas, señor -dijo Rocío de Miel- o le voy a sacar la mierda a hostias.

Apuntes: Otras plumas VIII*

DEJE DE MIRARME LAS TETAS, SEÑOR.

por Charles Bukowski.

Big Bart era el tío más salvaje del Oeste. Tenía la pistola más veloz del Oeste, y se había follado mayor variedad de mujeres que cualquier otro tío en el Oeste. No era aficionado a bañarse, ni a la mierda de toro, ni...

Una aparición inesperada

Mi mente no terminaba de entender que hacía allí esta aparición, totalmente desnuda y caminando despreocupadamente entre las camas ordenadas y vacías del enorme recinto, la cuadra de alojamiento de una base militar.

Mi mente no terminaba de entender que hacía allí esta aparición, totalmente desnuda y caminando despreocupadamente entre las camas ordenadas y vacías del enorme recinto, la cuadra de alojamiento de una base militar.

UNA APARICION INESPERADA

Algún ruido debió despertarme. La luz del sol ya penetraba entre las camas de la cuadra. Como siempre, nadie se ocupaba de mantener las cortinas de lona bien cerradas y así los rayos se filtraban por las hendijas de las ventanas. Todavía soñoliento me s...