La sacerdotisa de la vidriera
Señor, he pecado, y temo sé que volveré a hacerlo si tú no lo evitas. Sólo tú puedes conocer lo que ocurre en mi corazón y en mi mente; y sabes que soy un renegado, un traidor, un apóstata...
Señor, he pecado, y temo sé que volveré a hacerlo si tú no lo evitas. Sólo tú puedes conocer lo que ocurre en mi corazón y en mi mente; y sabes que soy un renegado, un traidor, un apóstata... ¿Cómo podría saberlo nadie más? Cada día, te proclamo omnipotente y creador de todas las cosas ante tus fieles, y ellos se santiguan y me escuchan arrobados desde los bancos de la iglesia. Son gentes sencillas y cristianas que creen las palabras que les digo y que yo mismo no creo. También les digo que eres m...