Mi sirena II
Sigo descubriendo los placeres con esa sirena de pelo rojo como el fuego...
Allí estaba a los pies de mi cama, solo que esta vez todo era distinto; tumbada en toda su espléndida desnudez estaba mi sirena de pelo rojo que ahora se esparcía por mi almohada.
-No te muevas quiero verte –aún no había disfrutado de la visión de su cuerpo enteramente desnudo-
Hasta sus pies me parecieron perfectos, subí la mirada por sus torneadas piernas, sus apretados muslos y llegué al triangulo de rizos rojizos que me subyugaron, al igual que sus caderas redondeadas, seguí por su t...