Mi primera experiencia

Mi vecina de 37 años me inició en el sexo

Yo tenía unos quince o dieciséis años y como expliqué en el relato de la profe de mates estaba estudiando bachillerato. Estaba tan salido que me pajeaba a diario varias veces. Las chicas de los calendarios de mi padre las conocía una a una y en mis fantasías había follado con todas. Pero la realidad superaba a la ficción. Una tarde mi madre tenía que salir de casa y no dejó que me quedara solo en el piso por más que le insistí. La última vez había hecho un destrozo con la lavadora y quiso que me quedara en...

Manos

Ahí están otra vez.

Ahí están otra vez. Sus manos. Despojándome de la sábana, la única prenda que me cubre. Acariciando mi miembro que las esperaba, duro y palpitante. Solo para ella. Me acaricia y jadeo. Sé lo que

ocurrirá

después y mi pene salta, expectante y ansioso. Su lengua, húmeda, me recorre, lentamente, saboreándome. Me agarro a las sábanas al sentir su boca engullir prácticamente la totalidad del tronco. Me escucho gemir.

Un sudor frío recorre mi espalda pero extiendo la mano para alcanzar el interruptor...

El toro por los cuernos

Un marido ávido de nuevas experiencias cuenta con su esposa para llevar a la realidad una fantasía sexual. ¿Será como espera?

Tenía que sucederme algo así. Delante de mí contemplaba la materialización de una de mis fantasías sexuales, algo que jamás hubiese soñado realizar en la vida verdadera, cuando me asaltaron unas tremendas dudas de carácter existencial. ¿Por qué en aquel preciso instante? Mi pene alicaído parecía querer pensar en las mismas cuestiones que me preocupaban a mí. Venga -me dije para animarme- , este tipo de experiencias solo se viven una vez. Pero pasaban los minutos y allí de pie seguía yo, como un pa...

Un hombre malo

Lo que queremos no siempre es lo que necesitamos.

Ella quería un hombre malo. Así, como suena. Un hombre insoportable, insaciable, neurótico. Tan horrible como ella. Un tipo con fantasmas del pasado y esqueletos en el armario que la pegara, que la vejara, que se riera. Que le dijera las mismas cosas terribles que mamá, que la sermoneara como papá. Que la ridiculizara como en la escuela. Que la humillara, pero a diario. Que sus maldades fueran -a ser posible- constantes. Que la pisara, arañara y mordiera veinte veces al día. Mejor treinta.

Que la odia...

El hombre que me excita

Una noche después del trabajo, me masturbo, sabiendo de sobra que alguien muy cercano a mí, me observa detrás de la puerta.

Salí al pasillo que me llevaría a ti, ¡pero no!, esto no puede ser, no puede pasar nada entre nosotros, me eres demasiado joven... y yo, yo soy una mujer madura que tiene 43, me regreso a mi habitación, y en mi calentura, no me percato de que solo entrecierro la puerta, y me sitúo a un lado de mi cama

Sin dejar de pensar en tu verga, desabotono mi blusa, y la deslizo lentamente por mis brazos, sintiendo la caricia de la tela, lo que me excita aún más. Me quité la falda, quedando solo con mi tanga, mi...

Soñé contigo

El cómo hemos llegado a esta situación carece de importancia, el por qué ya lo olvidé, solo nos queda disfrutarla.

Estás en la cama, desnuda, atada y con los ojos vendados, tal y como hemos imaginado tantísimas veces, es algo que deseábamos.

La habitación iluminada por velas, apenas una en cada esquina, más que suficiente para que el cuarto esté inundado del olor que tanto nos excita.

Mis manos tiemblan, deseosas de recorrer cada una de tus curvas, con caricias suaves, sigilosas, que apenas sientas, y que no sepas de dónde vengan. Pero debemos esperar.

Es algo que habíamos acordado, hace ya mucho tiemp...

Valentina

Valentina se acerca con el guardapolvos de siempre ceñido entorno a su busto amplio y maternal y recoge mi abrigo con una amplia sonrisa

—Hola Valentina.

Valentina se acerca con el guardapolvos de siempre ceñido entorno a su busto amplio y maternal y recoge mi abrigo con una amplia sonrisa. Su rostro anguloso y  su pelo negro y crespo, hacen de ella una mujer atractiva, pero no hermosa. Sin embargo mis ojos se ven atraídos inmediatamente por esas manos de dedos largos y suaves y uñas perfectamente arregladas y pintadas de color azul petróleo.

—Esta vez vienes un poco tarde. —Dice pasando su mano suave por mi rasposa mejilla.

...

Pulsión maternal

¿Crees en los milagros?

Carmen, completamente desnuda y colmada de fe, agitaba sus caderas como una intrépida amazona sobre la herramienta del hombre que yacía debajo y la henchía por dentro; aquel hombre que iba a hacer posible el ansiado milagro de la concepción. Las penetraciones eran veloces, regulares y profundas, bien profundas. Su mente, agitada como su cuerpo, se debatía entre llegar al final de aquello y que aquello no finalizara jamás. Cuando Carmen advirtió que el hombre tensaba su cuerpo como tensa su arco el cazador,...

Miradas X. Reto superado

Microrelato. La mirada sobre los pechos de una mujer que sale del baño.

La puerta del baño masculino cerrado, un tío meando que ya se retrasa más de lo que mi vejiga va a poder soportar. La puerta del aseo femenino también cerrada y ni una chica haciendo cola que al menos que entretenga la espera. Maldita suerte la mía. Había visto ir hacia el baño a una mujer que desde hacía rato había despertado mi interés. Estaba sentada con su pareja, su marido intuyo, y mantenía una pelea constante con la tela de su vestido para que sus muslos no quedasen expuestos. Su pareja parecía empeñ...

Miradas: El trasero de la camarera

Microrelato que cuenta la visión de una camarera y la reacción que provoca

Sus pechos debieron sentir la humedad del deseo de las miradas que se concentraron en ellos. La ausencia de contención de la joven no permitía actitudes tibias y mucho menos relajadas. El grupo de amigos se tensó para sostener aquella profusión humana, femenina. Sonrisas nerviosas, miradas asombradas, tripas cuarentonas reprimidas violentamente. Pero la tentación pasó de largo y las miradas concentraron en la redondez lunar del trasero firme, de la falda ajustada, milimétrica; de las piernas ciclópeas, marm...