Fisioterapeuta

No hay nada mejor que un masaje relajante, sobre todo si por cuenta de las manos de una diosa

Miguel estaba nervioso y excitado, como siempre. Cuando ella le hizo pasar, él no pudo evitar un repaso a la preciosa anatomía de la mujer. Sus miradas se cruzaron y la sonrisa de ella le encandiló.

“Noa Cobo”, así se rezaba el cartelito sobre su pecho. Una mujer de ojos grandísimos, color miel, boca sensual y unas hermosas tetas que se aprisionaban bajo aquella bata.

-

Desnúdate. Enseguida vuelvo. – ordenó ella.

Al quedarse solo en la consulta, observó todos los diplomas...

Inmóvil

Breve.

-Quieta. No te muevas. Separa las piernas.

Me sujeta las muñecas con fuerza, no puedo ni quiero resistirme. Una de sus manos comienza a palpar sobre mi ropa, se introduce bajo la camiseta e inicia un movimiento ascendente. Tiemblo. Esos dedos me hacen vibrar. Continúa el ascenso. Noto su aliento en mi cuello. Se cuela bajo mi sujetador. Gimo.

-¿Otra vez, Soraya? -exclama el agente, sacando la papelina.

Joder, me voy a arruinar comprando al Johnny tanta coca sólo para que me toque ese hombr...

¡Siéntate bien!

¡La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios...!

Aún siendo niña, sentada en el primer banco de la iglesia, ya te diste cuenta de que a Don Matías se le trababa la lengua cuando se te “olvidaba” mantener las rodillas cerradas. Siempre fuiste muy espabilada para estas cosas. Seguiste investigando la materia durante tu adolescencia y comprobaste el poder que sobre los hombres ejerce un cruce de piernas, sobre todo cuando se deshace. Sharon Stone te pareció una aficionada invadiendo un territorio que tú ya dominabas cuando le mostró a Michael Douglas lo que...

Desordenados

Amantes que se reencuentran.

El vidrio de  una vidriera le devolvió su imagen, nada mal para una cuarentona se dice a sí misma. Gorro de lana hasta las orejas que escondía sus rulos castaños, minifalda verde y sus preciadas botas altas. Era martes, hacia frio, pero había sol.

Es difícil explicar pero esa imagen le trajo a M a su cabeza. Quizás el invierno le recordaba a él. Hacía  meses no lo veía.

Casi instintivamente sacó el teléfono y mandó un mensaje.

-        Tenemos sexo?.  escribió sin prejuicios y lo envió.

...

La obsesión de Diana

La obsesión que tiene Diana por el hombre que la violó, la lleva a masturbarse, recordando aquella noche, teniendo un intenso orgasmo, sin imaginar que la espiaban.

Después de aquella noche, la vida de esas tres mujeres había cambiado radicalmente. Gaby era un poco más madura para su edad; si antes expresaba lo que pensaba, ahora lo hacía con más ganas, y más cuando se trataba sobre el sexo, claro, no tocaba ese tema frente a su padre, pero atrás de él, nadie le paraba la lengua. Estela era otro rollo; desde ese día, ella se había declarado abierta y sexualmente caliente, a pesar de estar casada, la masturbación no le bastaba, y tenía diversos amantes. Y Diana… Diana e...

El Cuerpo

La luz intensa y blanca no disminuye un ápice tu belleza. Me acerco a tu cuerpo desnudo y acaricio tu largo cabello castaño y liso que aun huele a flores muertas.

La luz intensa y blanca no disminuye un ápice tu belleza. Me acerco a tu cuerpo desnudo y acaricio tu largo cabello castaño y liso que aun huele a flores muertas. Con mis manos acaricio tus párpados y tus largas pestañas negras y rizadas, tus pómulos y tu nariz un pelín torcida a la derecha.

Recorro con mis dedos tus labios gruesos aun pintados de rojo. Siento un intenso deseo de besarlos, pero me contengo y sigo avanzando con mis manos por tu cuerpo desnudo. Mis manos enguantadas resbalan por tu...

Subterfugio

Una noche, ya de retirada, me depararía una sorpresa.

Quizás fuera el alcohol lo que impedía que me envolviera la sopresa. El alcohol y la noche, que me habían puesto allí, delante de aquella belleza conocida. Aquella chica, sola, en la calle, en aquel portal, durmiendo, desgastada y derrotada por una noche de excesos. Yo la conocía. La conocía todo lo que se puede conocer a alguien, hoy en día, sin conocerla personalmente.

Me senté a su lado. Mi anónimo trasero sobre el frío escalón, al lado de su culo de instagram.

Abrió los ojos, me vió, pero no...

Descenso

Cuando el recuerdo nos arrastra...

Bajo los escalones con cuidado; son más pequeños de lo que recordaba. Lo hago con una mano precavida en la barandilla y con la otra intentando retener a la niña que fui y que, revivida por este lugar, quiere arrastrarme a la nostalgia. Está feliz de volver aquí, a sus recuerdos; a su colegio.

La última vez que estuve fue… ayer, hace casi diez años, como alumna. En unas semanas lo haré como profesora novata. El conserje me estaba enseñando el edificio, ahora vacío, pero cuando le he dicho que estud...

Mía (Ejercicio)

Versión libre sobre un relato de Machi, con su autorización.

Está muy cambiada, el pánico  se ha apoderado de su mirada, pero hay una fuerza en ellos que te tiene atónito. Tiene miedo de ti, pero ya no hay sumisión en sus ojos. Estos, rebosantes de terror, te observan como si fueras un pobre hombre. Por primera vez en tu vida sabes que ha dejado de ser tuya. Ciego de rabia, coges un cuchillo que encuentras y clavas una y otra vez el arma en su estómago. A la primera puñalada siguen veinte más, todas acompañadas del mismo grito ahogado: “¡Eres mía!¡Siempre serás mía!”...

Tengo hambre.

¿Resumen de un microrrelato? Jo, eso tiene que ser el sumun de los resúmenes y yo me veo incapaz.  Así que aquí os dejo, sin más, estas cuatrocientas ochenta y tantas palabrejas.

-¿Qué haces? ¿Ya te estas poniendo un cubata?- Preguntas entrando de sopetón en la cocina, como si me sorprendieses en alguna ilegalidad.

-¿Desde cuándo una tónica es un cubata?-Contesto impertérrito, sin apartar la vista de los cubitos de hielo que ascienden por el vaso conforme aumenta el nivel del líquido vertido.

-Sí, ya, ahora disimulas. Tengo hambre, hazme algo.

-¡Ja, vas lista! No haberte dejado la cena sin probar.

-Antes no tenía hambre, ahora sí. Hazme unos fideos instantáne...