"Una noche de invierno"

La fondue en el restaurante del hotel me ha dejado a reventar. Necesito pasear un poco antes de volver a la soledad del dormitorio.

Joder, qué frío. La fuerte ventisca hace que esa sensación de congelación inminente se incremente. Camino una manzana contra el viento, pero a la que tengo ocasión de girar la esquina consigo esquivarlo. No hace menos frío, pero al menos no me aguijonean la cara cristales de hielo. Veo la luz roja de un local. Entro.

Como intu...

Marta y Raquel sambeaban, cada una tres minúsculos triángulos de tela –dos en los pezones, al aire cachos de areolas, el tercero en el sexo-,sujetos con cordoncillos. Bailaban –remolino de caderas, ir y venir de pelvis- bajo palmeras y sol caliente.

En la piscina, el agua a la cintura, bebías piña colada y besabas los pechos de Gabriela. Raquel y Marta seguían sambeando. Gabriela se chapuzó, tomó tu sexo entre los labios y lo succionó estremeciendo el agua y tus entrañas. El zumbido mató l...

Aún temblaba cuando sacó la cámara digital del cajón de su armario. Pues temblando así, pensó, no iba a poder hacer nada. Había que tranquilizarse. Imaginarse que estaba en un lago. Un lago de aguas muy azules rodeado de pinos y abetos, que… ¡Que se follen al lago!. Cogió la cámara con tembleque y todo y se dirigió al cuarto de su hermana.

Una respiración profunda y serena le recibió. Dormía. Menos mal. Terriblemente nervioso se acercó hacia las cortinas y las descorrió un poco. Afortunadamente...

Trinan los pájaros. Lo hacen con intensidad, tanta que parecen retorcer mis tímpanos mientras me desperezo, sintiendo que no solo pesan mis brazos, también lo hacen mis piernas y hasta mi alma. La sangre reseca convierte en tirante, la áspera piel de mis codos, colorea mis rodillas y la visión.

Hace frío, mi desnudez se rebela ante la brisa del amanecer. Las hojas secas se acumulan a mi alrededor y los rayos del sol se cuelan curiosos entre las ramas de los primeros árboles desnudos. A mi lado s...

Te imagino como siempre te imagino, preciosa, morena, vergonzosa, tan liviana, tus sandalias esas, las de siempre, las de tiras, cortita falda, gris y raya, y la blusa, la que muestra el ombliguito, la que perdió las mangas.

Permaneces en pié, junto a mi, tan callada, excitada, yo sentado, él enfrente, elegante, impertinente en la mirada, otro ajeno, pasajero pasajero, pelo cano, barba rala, buena percha, buena gana.

Hay silencio, es expectante, solo bebe, yo le sigo, sin hablarnos, no hab...

-----Mensaje original-----

De: Sandra Pinar [mailto:sandrax_1971@hotmail.com] Enviado el: martes, 10 de mayo de 2005 09:37 Para: maxmario34@hotmail.com Asunto: No vuelvas...

...a irte sin despedirte. Vale que no podemos arriesgarnos, vale que mejor no llegar juntos a la oficina, pero joder Mario!, no te vayas sin despedirte, coño. Al menos no después de una noche como la pasada. He vuelto a llegar tarde, menos mal que tengo enchufe...

¿Te he dicho que cada día te d...

"Tu me miras, yo te miro, tu sonríes, no te veo, tu senil, yo pueril", recuerdos de esas vacaciones en la Isla de la Toja, cuando el alboroto de los niños, tus hijos, mis amigos, anunciaba tu regreso.

Yo me adelantaba, como siempre, ¡niña donde vas!, me grita mi madre desde el cobijo de la sombrilla, pero corría a preparar los encuentros, las casuales apariciones al otro lado del jardín, hasta tu regreso cansado de tanta playa, tanto niño, tanto bártulo.

Cuando te veo, moreno, canoso, casi...

Desconocido me poseyó en la playa de mis fantasías

Ese día yo estaba muy ansiosa, y caminando me dirigí a la playa. Aquella hermosa playa que siempre me arrullaba, la misma donde tantas veces deje mi imaginación volar. Jamás pensé que todas mis fantasías, allí se harían realidad. Era ya avanzada la tarde, me había puesto un juvenil vestido primaveral, que a la menor ráfaga del viento dejaba mis piernas al descubierto. De pronto, lo vi, alto, atlético, muy moreno, se veía que pasaba muchas horas ...

Fiesta de primavera en el pueblo ¡Cuántas hembras de buen ver y cómo lucen después de los fríos! La temperatura sube dentro de la carpa. La de los mirones como yo, también. Hay lolitas, amigas de siempre y hembras inalcanzables.

Alba es un mito inalcanzable. Baila sola cerca de mí. Trempo solo con verla. Larga cabellera rubia, blusa escotada que transparenta un sujetador que cubre sus pechos prietos. Luce falda corta y largas piernas de piel ya bronceada.

Parece ajena a todo. Tanto, que no...

Con los codos sobre la mesa y sin ningún entusiasmo, miré el líquido blancuzco del plato. Tanteé con la cuchara los fideos y los tropezones de carne y verdura, sin decidirme a comer. ¡Qué poco me gustaba aquella porquería!

• ¡Ana, por favor, cómete de una vez la sopa!

• ¿Por qué tenemos que comer siempre la asquerosa sopa?

• ¡Porque no tenemos dinero para caprichos! ¡No me pongas nerviosa y come!

Pero yo no quería y sólo la comí con amenazas y a disgusto. Pero entonces decidí qu...