50 centímetros

50 centímetros puede ser mucha distancia.

Ella apareció marcando huella en su estómago. Dejó tras de si un raro aroma dulce y él no pudo hacer nada. Ella se mueve por la nieve como el viento, asciende por la ladera como el aire caliente. Su cara lleva el sello de lo imposible y su corazón de acero no le deja paso. En sus ojos brilla la luna de cada noche de jueves, iluminando el gris del asfalto con su pequeño cuerpo. Algunos kilogramos de magnetismo femenino que le arrastran sin remedio. Ella escribió en su alma la frase perfecta que hizo qu...

Celos - por Scherezade

Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.

Desde el día que Paca vino a trabajar con nosotros supe que me iba a crear problemas. Lo sabía, pero la necesitaba demasiado para negarle el trabajo. Teníamos un bar, no muy grande, solo ocho mesas, pero servíamos comidas y generalmente siempre estaba lleno. Yo me ocupaba de la cocina, y un par de camareras en turnos partidos, junto con Carlos, mi marido, se encargaban de servir a los clientes. Ya desde el primer día Paca comenzó a coquetear descaradamente con mi marido. La puerta de la cocina tenía u...

25 líneas dulcemente apasionadas - por Alesandra

Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.

Eres preciosa, tienes luz en el rostro, una mirada encendida, que dilata mis pupilas con el objeto de que quepas por el ancho de su diámetro hasta absorberte. Boca carnosa, ojos azabache, y suntuosas formas.

Suave, aterciopelada, con una pelusilla por los brazos que al rozarla se convierte en blanditas espinas que me producen escalofríos. Como la piel de tus senos fina, delicada, blanquecina. El tacto punzante de tus pezones se clava en mi entrepierna hasta que salta como un resorte.

Hueles...

Hay que compartir - por Espir4l

Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.

¿Sonia?

Hola Rebe,...aaaaandaaaaa, si estás viva....

No seas capulla. Sonia, tía... ¿estás sentada?

Jajajaja... no me digas!! Jajajaja... ¡¿¿te lo tiraste??!

¿Qué si me lo tiré? Tía, ¡qué fuerte!

Cuenta, cuenta...

Ufff...

No seas cerda, tía, cuenta, joder! Cómo fue?

Fue la hostia. Está que te muuuueres. Qué pollón tiene. Cómo se mueve. Me moría Sonia, me moríiiiia de gustooo...

¿Sí? Joder tía. Yo sí que me muero; ¡de envidia!

Imagínate: Nos subim...

Trescientas palabras - por Trazada30

Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.

¿Trescientas palabras para un microrelato? Sobran muchísimas. El microrelato no es plato en que servir historias, ni cuento o novela en telegrama. No narra. Sugiere o sorprende. Es –aroma, sabor o sonrisa- cuanto más corto, más redondo. La ilusión del microrelato es ser haikai: esbozar una idea, colgar de ella farolillos de colores y dejar, en quién lo lea, un poso, una sensación, un no sé qué. Se puede escribir:

"Recuerdo la primera vez que acaricié los pechos de una muchacha. Latían, páj...

Despertar - por Espir4l

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Idas y venidas de un letargo placentero al que me abandono voluntariamente hasta que todo mi cuerpo vuelve a ser mío. Apenas entra luz en la habitación. El olor a café y pan tostado invaden mis sentidos. Estiro un brazo para alcanzar tu espalda desnuda bajo las sábanas. Lo estiro más, y sube y baja y se desplaza en círculos buscándote y extrañándote.

Sin dudarlo aparto las sábanas que cubren mi cuerpo desnudo y pongo los pies en la madera templada, crujiente y escandalosa. Me doy cuenta de que d...

Una noche de otoño - por Dani

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"Una noche de otoño"

Acabamos de cenar. Llueve torrencialmente y quedo casi empapado en el corto trayecto entre el portal de la casa de mis amigos y mi coche.

Pongo el motor en marcha y un cd. Me aparto unas gotas de lluvia de los ojos. Las calles estan vacías. Enfilo la avenida de las afueras y entonces la veo. Parece joven. Resiste las embestidas de la lluvia y el viento bajo un paraguas. Me hace señas para que me detenga. Que no me diga que en la curva siguiente se mató ella, porque es...

Esa sonrisa divertida - por Trazada30

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Esa sonrisa divertida

Antes nunca me llamaron la atención tus pechos desnudos. Ahora sí. Me turban esos pechos redondos, morenos, de pezones-fresón. Los miro y te deseo. Luego mi mirada abraza tu cintura, resbala por tu vientre, se te trenza en los vellos negrísimos del pubis. Se hincha mi verga. Crece. Se yergue. Palpita.

Haces un mohín de labios carnosos sugiriendo besos:

"Adán ¿te apetece otro pedacito?"

Me tiendes la fruta. Le doy un nuevo mordisco y me electriza el de...

Mi obra de arte - por Lydia

Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.

No te enfades conmigo cariño, ya se que soy una pesada, pero sabes cuanto me gusta meter mi mano en tu bragueta y sentir entre mis dedos como crece tu "cosita" y se convierte en mi "obra de arte".

Se que te molesta, estas viendo la tele, no es el mejor momento, pero precisamente por eso tiene tanto valor para mi. Percibirla dormida, esperando que mis dedos juguetones la despierten, quiero que crezca, lentamente, hasta sentir como su dureza y su tamaño se aumentan y buscan una salida de tu pantal...

La mujer de las pulseras - por Yuste

Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.

Estaba tan nervioso que cuando sonó desde el otro lado de la tapia la voz de mi primo llamándome salí corriendo hacia él. Aquel descampado no era un lugar seguro. Y tampoco decente. Y menos para dos chiquillos de nuestra edad.

"Te presento a la María, ella ya sabe lo que te tiene que hacer". No dijo más. Me dio un golpe en el hombro y se fue dejándome solo con ella.

La tal María era una chica de unos veinte años, morena, bajita y vestida de negro de la cabeza a los pies. Era guapa, no de l...