Las colinas de Komor XXVII

Al entrar en la estancia se encontró con una docena de miradas que oscilaban entre el escepticismo y la hostilidad. No tenía ni idea de para qué le habían mandado llamar, pero cuando vio el rostro arrugado y serio de Aselas supo que era por algo grave.

XXVII

Ray colgó el teléfono y entró en la tienda. Le contó las nuevas noticias a Oliva que al contrario de lo que esperaba no mostró ningún signo de contrariedad, incluso le pareció ver un destello de alegría en los ojos.

No terminaba de conocer a aquella mujer. Cada vez le parecía más la típica persona a la que le gustaría ver incendiarse el mundo entero solo por la curiosidad de saber que pasaría luego. Definitivamente jamás la dejaría al cuidado del maletín nuclear.

*Mientras había...

Las colinas de Komor XXVI

Neelam tembló ligeramente y simuló seguir hablando con su vecina de mesa. No había esperado suscitar tanta atención por parte del gobernador y ni se les había ocurrido idear una historia.

XXVI

Aquella mañana no tuvo mucha prisa por levantarse. Monique se había pasado toda la noche de guardia y pasaría la mañana durmiendo, así que Ray no salió de la tienda hasta bien avanzada la mañana.

La tormenta había pasado dejando el ambiente limpio y fresco. Por una vez el viento que venía por el valle no era capaz de levantar el polvo compactado por la humedad. Todos parecían haberlo notado y paseaban por el campamento con una especie de sonrisa de alivio marcada en la cara.

Más a...

Las colinas de Komor XXV

Con un suspiro se tocó el lugar donde la oreja de Albert había reposado, justo sobre su pecho izquierdo. Una oleada de deseo la invadió con todos aquellos recuerdos. Aquel desconocido que había comprado en un mercado de esclavos le había salvado la vida y ahora lo tenía a su lado, desnudo.

XXV

Durmió profundamente durante el resto de la tarde y solo el hambre lo despertó. Abrió una lata de carne y la comió con la ayuda de su cuchillo de combate en apenas tres minutos. Cuando terminó eructó satisfecho y se dispuso a hacer guardia, pero Oliva le preguntó si podía hacer ella la primera guardia.

Ray no puso inconvenientes y salió para disfrutar de la puesta de sol. Al salir de la tienda comprobó que aquel día no iba a tener un gran espectáculo. El cielo estaba cubierto de unas nubes p...

Una escapada diferente; llena de morbo y ...

Vas besando mi cuello, mi pecho y vas bajando hasta mi polla de nuevo, comienzas a chuparme con tu lengua la punta húmeda y degustas su sabor, sigues todo el largo mientras subes la mirada y me sonríes, y me empiezas a hacer una manada de las ricas ricas, sabes bien como me gusta, sabes hacerme disfrutar con esa boca y ponérmela bien grande y gorda... estoy muy muy cachondo y quiero follarte ya, te subo hasta que juntamos nuestros labios y nuestras lenguas se enlazan... ufff como sabes lo que a mí más morbo me da... Meto tres dedos en tu coño y juego con tus tetas...

Como bien sabes Jennifer; soy una caja de sorpresas.

Después de a ver pasado casi un año trabajando en Australia, necesitas un par de meses para estar tranquila y reubicarte.

Has visto que el piso Lo hemos encontrado rápido y este es mucho más amplio y luminoso que el anterior.

Ya te dije que no te agobies, hazme caso, delega en mí estas cosas, que esto ya te dije que lo tenía todo organizado desde que me confirmaste la fecha de regreso.

Es jueves, y la verdad que está saliendo un me...

Las colinas de Komor XXIV

Cada noche se acostaba fantaseando con que aquel hombre interrumpiese sus sueños tumbándose sobre ella y haciéndola el amor. Cada noche se imaginaba agarrándose a su cuerpo musculoso con brazos y piernas mientras él empujaba en su interior arrasándola de placer.

XXIV

Aquella mañana no pudo salir a correr con Monique. A pesar de que deseaba verla de nuevo más que nada, le esperaba una mañana ajetreada. Tenía que llamar al sargento y ponerle al corriente de lo ocurrido la noche anterior así como hacer todo el papeleo. Se le ocurrió pedirle a Oliva que la acompañara, pero finalmente lo desechó temiendo que fuese peor el remedio que la enfermedad.

*Al final se decidió y llamó a la doctora, le contó por encima lo que había ocurrido y le pidió que no se a...

Las colinas de Komor XXIII

Cuando terminó de almorzar aquella sensación se diluyó un tanto, pero solo tardó una hora en ver sus temores confirmados. Dos inconfundibles figuras a caballo acercándose desde el camino hicieron que se le encogiese el corazón.

XXIII

Cuando llegó a su campamento, Ray saludó a Oliva que le contestó con un movimiento de la mano sin apartar la mirada de los monitores. Aun quedaban un par de horas para el cambio de guardia y con el aroma de Monique sobre su piel sabía que sería incapaz de conciliar el sueño, así que cogió la novela y continuó leyendo.

Capítulo 27. Reliquias

Neelam

Al despertar tardó unos instantes en darse cuenta de que estaba de nuevo en casa, en una cama de verdad. Se estiró y dese...

Las colinas de Komor XXII

Él se mostraba respetuoso en todo momento, pero intentaba mantener las distancias y aquello la hacía sentirse insegura sobre como terminaría todo aquello. A pesar de ello no había cambiado de opinión y pensaba darle la libertad en cuanto llegasen a Komor.

XXII

La tarde se le estaba haciendo eterna. Oliva se dio cuenta de sus nerviosismo y sospechando la causa había salido a correr para evitarle, pero Ray apenas se daba cuenta de nada, solo miraba al techo de la tienda y al reloj cada cinco minutos.

Monique no le había dicho la hora así que estaba en un mar de dudas. Tras meditarlo largamente decidió acercarse por allí a la puesta del sol y si era demasiado pronto podían beber alguna cerveza mientras le ayudaba a hacer la cena.

Por lo menos...

Ventosa 5. Dentro del jacuzzi.

Este relato real lo pongo en la categoría de "Grandes Relatos" pero realmente pertenece a la categoría "autosatisfación" solo que como es de más de 6000 palabras pues creo tener que ponerlo en la sección apropiada, aunque si desean poner en otra categoría, por parte del autor no hay problema.

Con los calores que trae el verano en el país en el que estamos la verdad es que apetece estar continuamente en remojo o dicho de otra forma, no salir del agua, pero somos humanos y no peces por ello tenemos que hacer vida fuera del agua, aunque a veces desearíamos hacer todo dentro del agua.

Hoy Laura me dijo que se iba a dar un merecido baño en su jacuzzi ya que se lo acababan de instalar hacía dos días y claro con esa palabras siempre apetece incluso que a uno le inviten para darse un gratificado b...

Las colinas de Komor XXI

—Bueno, ¿A qué te dedicabas antes de convertirte en un...? —empezó sin atreverse a terminar la pregunta. —... Esclavo. —la terminó él— Soldado, pirata, amante, esclavo huido... Elige la ocupación que prefieras.

XXI

En quince minutos estuvieron de vuelta. La cola no se había deshecho aunque los más jóvenes y los ancianos había optado por sentarse directamente en el suelo. Dejó la furgoneta aparcada al lado del dispensario y bajando la ventanilla abrió la puerta lo suficiente para poder apoyar los pies sobre el marco de la ventanilla y leer así más cómodamente.

*Monique, entretanto, ya había entrado en el dispensario y estaba atendiendo al primer paciente de la cola cuando él se sumergió de nuevo en...

Las colinas de Komor XX

Casi había llegado el mediodía. La puja estaba a punto de terminar cuando lo sacaron. En ese momento las palabras del viejo Aselas cobraron sentido.

XX

Al día siguiente ya se había establecido una rutina. Oliva parecía haber tomado la decisión de contactar lo menos posible con los "matasanos" como ella se empeñaba en llamarlos, así que hacía la mayor parte de la guardia nocturna y Ray se encargaba de hacer notar su presencia por el día en el campamento.

*Al final todos parecían haber aceptado a Ray y lo trataban con más naturalidad. Incluso los nativos lo miraban con menos desconfianza, sobre todo cuando repartía chocolatinas entre los c...