Las colinas de Komor VI
Dairiné gritó al sentir aquel grueso tronco palpitante avasallar su sexo e intentó cerrar los ojos e imaginar que era Albert el que la follaba.
VI
El sargento Hawkins les despertó aquel día con una sorpresa. Aquella noche entrarían por fin en acción. Al parecer los satélites habían detectado movimientos sospechosos en Sayadan, una pequeña aldea a menos de una hora en coche de la base. La misión consistía en llegar allí, entrar a saco en aquel pueblucho y registrarlo en busca de terroristas y armas.
Ray quedó un poco decepcionado al saber que haría equipo con Oliva, apoyando desde una colina cercana la acción del resto del batallón c...