Las colinas de Komor VI

Dairiné gritó al sentir aquel grueso tronco palpitante avasallar su sexo e intentó cerrar los ojos e imaginar que era Albert el que la follaba.

VI

El sargento Hawkins les despertó aquel día con una sorpresa. Aquella noche entrarían por fin en acción. Al parecer los satélites habían detectado movimientos sospechosos en Sayadan, una pequeña aldea a menos de una hora en coche de la base. La misión consistía en llegar allí, entrar a saco en aquel pueblucho y registrarlo en busca de terroristas y armas.

Ray quedó un poco decepcionado al saber que haría equipo con Oliva, apoyando desde una colina cercana la acción del resto del batallón c...

Las colinas de Komor V

En aquel momento no pensaba en lo que pasaría si los descubrían, solo pensaba en el placer y en el amor que sentía cuando aquel humano estaba cerca de ella, cuando podía sentir el calor de su miembro en su interior.

V

*Como todo soldado, la mayor parte del tiempo lo dedicaban a esperar. Cada uno en aquel grupo esperaba cosas distintas, Scott, al igual que Ray, esperaba tener acción, sentir la adrenalina bombeando por su cuerpo, los proyectiles volando a su alrededor sin rozarle, haciéndole sentirse vivo e invencible; otros como Bird y Kelly lo único que esperaban era que su turno en aquel agujero pasase lo más rápida y cómodamente posible para poder volver a su base en Estados Unidos donde  sus familias espera...

Cambio de vida (Prólogo)

Un chico de 18 años y su familia se mudan a una nueva urbanización, en la que uno de los vecinos, un apuesto joven de 20 años, les cambiará la vida por completo. La historia se narra tanto desde el punto de vista del chico como desde el del vecino.

(Narra Martín)

Hola, me llamo Martín y esta historia sucedió cuando tenía 18 años. Mi familia estaba pasando por apuros económicos y eso, junto a otros factores, provocó que nos mudáramos de nuestro chalet en la playa a un apartamento en un edificio de alto standing en un pueblo del interior del país. Como podéis comprobar, lo cierto es que nuestra calidad de vida no empeoró demasiado. Sin embargo, nuestras vidas en sí mismas sí que iban a cambiar drásticamente. Sobre todo la mía, que además tendría q...

Las colinas de Komor IV

Durante unos instantes se quedaron congelados mirándose el uno al otro. Albert fue el que rompió aquellos segundos de encantamiento y apartando la melena recorrió una de sus puntiagudas orejas con el dedo.

IV

El resto del equipo no llegó hasta tres horas después y les pilló tumbados apaciblemente, cada uno en su camastro. Oliva no pudo contenerse, se rio de ellos y sin ningún recato les soltó que hasta habían tenido tiempo de echar dos polvos.

Ray a punto había estado de caerse de la cama, pero ninguno de los compañeros aparentó tomárselo en serio, tirándole camisetas sudadas y calcetines sucios mientras Ray no podía evitar soltar un suspiro de alivio.

*El día siguiente resultó ser bast...

Las colinas de Komor III

De rasgos finos y tez oscura, sumamente esbelta y casi tan alta como él, el pelo plateado, extremadamente fino y abundante y los extremos puntiagudos de las orejas le revelaron que probablemente sería una curandera elfa.

III

Había que reconocer que Oliva tenía razón. Después de una mañana de marchas y ejercicios el sargento les había preparado una sorpresa para la tarde. Aprovechando que la cosa estaba bastante tranquila por los alrededores de la base, iba a mandar a dos equipos de tirador y observador a las montañas que había al norte para realizar un simulacro de ataque.

*Deberían tomar posiciones por separado para vigilar un cruce de caminos e interceptar un vehículo del que les había dado su descripción....

Las colinas de Komor II

La barcaza, a no más de una milla de distancia, dobló un cabo y desapareció de su vista. Baracca no se puso nerviosa y gritó un par de órdenes para mantener la velocidad del barco. Ya podían oler todos la presa.

II

El valor no tenía nada que ver. Cuando el cabo Hawkins entró en el pabellón pegando alaridos, los ocho saltaron de los catres como gatos sorprendidos por un jauría de perros furiosos. Tras unos pocos segundos de desconcierto, se pusieron firmes a los pies de sus respectivos catres tal como habían salido o caído de la cama, mientras el sargento les insultaba y les describía como una panda de patéticas huerfanitas que no durarían ni tres minutos con aquellos jodidos afganos.

*Tras darles do...

Las colinas de Komor I

"Las Colinas de Komor, es la segunda parte de Las Crónicas del Mar del Cetro, continuación del aclamado éxito de Joey Smart La Princesa Blanca... Joey Smart escribió su primera novela al terminar el instituto y actualmente vive en Utah, con sus dos esposas Amber y Judith y su hijo Jack.

Prólogo

Si hubiese podido imaginar un paisaje más distinto que las suaves colinas herbosas del rancho de sus padres en Montana, probablemente se parecería mucho a aquella llanura pedregosa, rodeada de montañas escabrosas y áridas. En cuanto bajó del avión, una vaharada de aire caliente, que apestaba a combustible, lo envolvió. Raymond se apresuró a coger su petate y dando la espalda al viento y al polvo que traía con él se dirigió a la terminal del Aeropuerto de Bagram.

*Aquella base aérea e...

Los terribles y sádicos piratas de Berbería (Cap 5

Un alto en el relato para explicar con cierto detalle cómo era la vida de una mujer desde el tragico momento en que es capturada y vendida a un traficante de esclavas, que las somete a todo tipo de vejaciones para enriquecerse vendiendo este tipo de mercancía ya "pulida" a base de varazos.

Capitulo 5.- Los durísimos tratos a los que sometían a las cautivas

Los traficantes de esclavas de renombre se especializaron en poseer y entrenar solamente un número relativamente pequeño de chicas, pero de alta calidad… Por ello compraban mujeres europeas bellas y aristocráticas, bien educadas, para que su humillación y degradación creara en sus Amos mayor satisfacción por el odió que se les tenía al ser consideradas infieles cristianas… Eran duramente disciplinadas antes de venderlas a ricos co...

Doce noches, dos mujeres y una isla desierta 8

Tras tantos años sola, la francesa necesitaba explorar los límites de su sexualidad y un malentendido hace que crea que lo correcto cuando se conoce a otra mujer, es saludarla comiéndole el coño. Descojonado, decido que conozca a mis compañera pensando en la cara que van a poner cuando lo intente

Capítulo 10

La voracidad de esa mujer descubriendo su sexualidad me dejó agotado. Durante dos horas Iv me exigió que la amara buscando reponer los años que había perdido en esa isla sin mostrar ningún síntoma de cansancio.

―Necesito descansar― tuve que rogar en un momento dado al ver que la francesa no cejaba en su empeño de usarme para investigar esas sensaciones que había visto florecer a mi lado.

―Con tus amiguitas estuviste toda la noche― protestó un tanto celosa.

Riendo, cont...

Susana y la azotea

En esta ocasión contaré lo que ocurrió en las vacaciones de la playa, durante los días siguientes a la nueva actitud de mi mujer Susana frente al sexo.

Después de la primera noche de cambio sexual, pasaron varios días en los que nos centramos en la monotonía de las vacaciones en la playa (a mi nunca me han gustado, la verdad). Por la mañana playa, a mediodía comida, siesta y después por la tarde piscina de la urbanización que, por cierto, siempre estaba vacía.

No volvimos a hablar de la noche de sexo que tuvimos, salvo al día siguiente, en el que comentamos un poco por encima la jugada y capté que a mi mujer le había gustado, por sus comentarios y su...