Y asi, a la cama!

No contiene sexo. Solo una descripcion de una vestimenta de compresion extrema.

Esta es una versión de un relato del mismo autor de Arte Vivente.

Mamá entró a la habitación seguida de la doncella. Su hija Susan la miró, pensando en pedirle que por esa noche la dejara ir a dormir sin seguir el duro rito al que la estaba sometiendo desde hacía un tiempo, pero tras ver su expresión firme prefirió no discutir.

-Susan, es hora de que te vistas para ir a la cama.- Dijo simplemente.

Y es que sí, ella tenía que vestirse para ir a dormir, y además le resultaba imposible...

Chochito de lujo

gonzalo tiene unos gustos extraños... pero siempre hay quien sabe satisfacerlos.

Doce centímetros de tacón de aguja soportaban ese impresionante y escultural cuerpo.

Unas larguísimas piernas, perfectas, definidas, femeninas, cubiertas con unos pantys de rejilla negra, hacían las delicias de quien las miraba.

Una minúscula falda de cuero negro, se ajustaba milimétricamente a sus caderas,.

Bajo el top rojo pasión se adivinaba un vientre plano y dejaban adivinar sin pudor unos enormes pechos turgentes, cubiertos por un sujetador de encaje negro que asomaba descaradam...

Fetichismo en el tren

Aquel muchacho me iba a hacer pasar uno de mis mejores viajes de tren...y quizá más.

Fetichismo en el tren (1)

Aquella tarde de Noviembre, fría y poco agradable, volvía a casa después de pasarme el fin de semana en casa de mis abuelos. Cogí el tren en la estación madrileña de Nuevos Ministerios, me coloqué los auriculares de mi i-pod y me senté al final del vagón. Soy una chica morena, pelo liso, ojos color miel, alta (miedo 173) y tengo un cuerpo normalito, aunque mis amigos dicen que de eso nada que soy escultural (iguale s verdad y por eso ligo tanto, pero modestia aparte, yo...

Mi oso de peluche

No sabia que un oso de peluche pudiera dar tanto placer

Nunca pensé en mi vida lo que podía disfrutar con un trozo de tela relleno.

Mi historia por muy rara que os parezca empezó con un día de máximo cabreo. Resulta que se acercaba mi cumpleaños, ya cumplía 27, una edad nada mala, pero si os cuento que mis amigos y amigas estaban a mas de 900 km, que a las únicas personas que tenía cerca era a mi familia, y para colmo me había quedado sin trabajo la mezcla era un coctel molotov puro y duro, vamos que no tenía nada de ganas de celebrar mi cumpleaños y...

Adoradora de pies desconocidos (2)

Sigue mi búsqueda de pies anónimos

Dejé mi anterior relato contando cómo Wanda, la chica de la limpieza, se convirtió en mi cómplice, en mi proveedora de zapatos de sus amigas, dominicanas como ella, chicas de la limpieza, o criadas, o cuidadoras, o como queramos llamarlas, a alguna de las cuales luego conocí.

Mientras, seguía trabajando en el taller de reparación de calzado, y seguí con mi táctica, de adorar los zapatos de mujer que me dejaban, fantaseando con sus propietarias, cuando no las conocía sobre todo.

Y, por supu...

Adoradora de pies desconocidos

De cómo me enamoré de unos pies desconocidos

Cuando leo relatos de fetichismo de pies, siempre, casi de manera indefectible, se trata de lo mismo: hombres o mujeres adorando pies de bellos/bellas hombres y mujeres, unos pies preciosos que cualquiera moriría por adorar. Mi caso no es ese o, para ser más exacto, no fue ese: me convertí en adoradora de pies anónimos a los que sólo en alguna ocasión pude poner cara, pero siempre después de adorarlos. Esta es mi historia.

Soy una joven de 25 años que vivo en Madrid, sola, en un apartamento de m...

Mi nacimiento en la esclavitud (5)

un nuevo amanecer,la primera mañana con Ella

Ya estaba amaneciendo, y yo seguía admirando ese cuerpo, como giraba en la cama, como se estiraba, y sobre todo sus pechos. Había pasado toda la noche con los ojos clavados en ellos, no había podido dormir nada, solo podía mirarlos fijamente recordando su sabor. Ni siquiera podía moverme. Tal y como me había quedado recostada al lado de la mesilla cuando apague la luz, así estaba todavía después de no sé cuantas horas. Mi cuerpo estaba entumecido de estar horas en la misma postura, pero era consciente...

Una particular fijación

Desde joven tengo una particular fijación...

UNA PARTICULAR FIJACIÓN

Desde que soy adolescente tengo una particular fijación, no puedo evitar observar el culo de las mujeres para ver el relieve que, bajo sus faldas, pantalones o mayas, dejan marcadas sus braguitas o sus tangas. Me resulta muy morboso y excitante apreciar como ese relieve me indica (nos indican) como están colocadas y dispuestas sus ropas interiores. Veo pasar a una atractiva chica con vaqueros ceñidos y me percato de que lleva unas braguitas que en ese momento están siendo...

Un calor espantoso

En pleno marzo, una ola de achicharrante calor, enmarca un relato de fetichismo.

A las 5:23 horas de la madrugada, la mujer se despertó cubierta de sudor y destapada, aun cuando era un marzo avanzado y la ventana del dormitorio estaba entreabierta, con la persiana bajada. Encendió la luz de la lámpara de la mesita, lo que provocó un gruñido de protesta por parte del hombre que dormía a su lado, y consultó, con ojos entornados y cubiertos de legañas, la temperatura de la habitación.

Treinta y cuatro grados.

Apoyándose en un codo, se incorporó despacio, teniendo en cuen...

Ardiente burusera

El fetiche por las braguitas usadas al estilo japonés.

Ardiente burusera

Hanna Kanna es una jovencita japonesa de padre japonés y madre latina. Estudia en un establecimiento privado muy conservador y al que acuden, en su mayoría, hijos de familias adineradas de Tokio. Aunque sus padres son profesionales con buenos empleos y ella es hija única, a duras penas pueden costear la educación de Hanna Kanna en ese lugar. Ellos creen que tal esfuerzo merece la pena, pues en Japón en donde uno estudie determina en buena medida cuán grande o pequeño será el...