Mi ruborizante experiencia fetichista

Un día Cecilia cumplió una de mis más secretas fantasías.

Mi ruborizante experiencia fetichista

Era una mujer arrebatadoramente guapa y elegante. Me privaban sus ojos achinados, su tez tirando a bronceada, su pelo largo y sedoso, castaño con mechas rubias. Siempre llebava minifaldas o pantalones ajustados y unas botas en las que siempre había soñado montarme.

Mi vecina Cecilia era así. Verla sentada en un banco del parque de la urbanización, con las piernas cruzadas, leyendo al sol, mientras su sobrino jugaba siempre cerca de ella era un espectácu...

Pies de mi novia por otras chicas

Pese a mi debilidad por pies de mi novia, permito que otras chicas le toquen sus pies al excitarme.

Bueno este es un relatos que os voy a contar sobre mi novia, en la que está involucrada también otra amiga suya.

Para empezar tengo que decir que soy fetichista de pies, tengo 27 años, en la red siempre me ha gustado ver material de pies entre chicas; pues no me excita ver otro chico adorando pies de otra chica sin que sea yo jeje. De este tema fetichista, con las anteriores novias que he tenido nunca les he escondido esta debilidad, más que nada porque de esta manera he podido disfrutar en mucha...

Los pies de mi novia por otras (2)

Continuación del relato 1

Siguiendo con el relato anterior, tras el ataque de cosquillas que le había hecho Maria José a mi novia, está quedo vencida, tumbada a lo largo del sofá.

Maria José la miraba riéndose, mientras Elisa bromeaba poniendo cara de pocos amigos. "No me mires más así o empiezo otra vez, eh¡¡" (dijo Maria José). Mi novia con cara aun sería le contesto "Como lo intentes te echo de mi casa". Maria José se asustó un poco con la contestación de Elisa y le retiró la mirada poniéndose un poco nerviosa. Se hizo...

Me comía sus pies mientras me masturbaba

En una cena le conte mi fantasía fetichista a una amiga y conseguí tener sus pies para mí.

Me llamo Luis. Actualmente vivo con mi pareja. Llevo una vida sexual buena,

aunque eso no fue suficiente para que me pasara lo que relato a continuación.

Soy un fetichista de los pies y zapatos de tacón, mejor aun si son sandalias de verano. Pero no cuento con mi pareja para dar rienda suelta a esta fantasía, supongo que porque no hay feeling en este tema.

Trabajo en una empresa de servicios donde me relaciono con mis clientes, digamos que de una forma bastante personal interesándome po...

Pies de pizzero a domicilio 1

Una fantasía fetichista. ¿Cómo sería poder descalzar sin su consentimiento los pies de un chico guapo y heterosexual? ¿Y poder hacer con sus pies lo que uno quiera? ¡Fuera zapatillas de deporte y calcetines!

-Ahá, de acuerdo. Una pizza de salami, con doble de queso y con la salsa especial de la casa, tamaño grande. La tendrá en 20 minutos- decía Aniol Vila al lado de la barra de la pizzería, mascando chicle y hablando con cierta desgana por el auricular del teléfono.

Aniol era un chico que había cumplido los 18 años aquel mismo mes. Era alto, de metro ochenta y cuatro de estatura, y de complexión más bien delgada. Aún así, tenía la robustez justa masculina, con las muñecas bastante gruesas y fuertes...

Pies de pizzero a domicilio 2

Una fantasía fetichista. ¿Cómo sería poder descalzar sin su consentimiento los pies de un chico guapo y heterosexual? ¿Y poder hacer con sus pies lo que uno quiera? ¡Fuera zapatillas de deporte y calcetines!

Anaís parpadeó mientras las lágrimas caían por sus mejillas hacia la mordaza. Aniol no había dejado de mirarme fijamente con sus ojos verdes. Aunque quería mostrar fiereza y odio, también pude vislumbrar que el chico seguía tratando de disimular con todas sus fuerzas el nerviosismo y el temor que lo invadían. De hecho, la voz de Aniol salió más temblorosa que nunca cuando exclamó:

-¡No… te atrevas a insultar a Anaís, hijo de puta!

Los pies de Aniol, calzados con aquellas zapatillas de depo...

Pies de pizzero a domicilio 4

Una fantasía fetichista. ¿Cómo sería poder descalzar sin su consentimiento los pies de un chico guapo y heterosexual? ¿Y poder hacer con sus pies lo que uno quiera? ¡Fuera zapatillas de deporte y calcetines!

Anaís parecía que se ahogaba ahora bajo la mordaza, ya que de sus ojos volvían a salir lágrimas y de su garganta gemidos lastimosos por ver, seguro, sobre todo el calvario que estaba pasando su novio Aniol. Yo todavía sujetaba el tobillo derecho de Aniol, con menos fuerza, y le miraba la planta del pie: larga, varonil y olorosa. Aniol tragó saliva, con una mirada al vacío llena de desánimo por unos instantes. Después, los ojos verdes de Aniol, reflejando un odio desmesurado, se clavaron en mí mientras...

Pies de pizzero a domicilio 5 (final)

Una fantasía fetichista. ¿Cómo sería poder descalzar sin su consentimiento los pies de un chico guapo y heterosexual? ¿Y poder hacer con sus pies lo que uno quiera? ¡Fuera zapatillas de deporte y calcetines!

Mi boca y mi lengua llegaron ya para entonces a la planta del pie derecho de Aniol, habiendo engullido el hilo de queso. Y por eso, mi lengua se adentró en un mundo de placeres gustativos al empezar a lamer la planta del pie derecho de Aniol, desde el talón hasta los dedos de ese pie. Y claro está: no me olvidé de limpiar también con la lengua el espacio de entre dedos del pie derecho y desnudo de Aniol, donde se había quedado atrapado algún trozo de cebolla o algún rastro de salsa y de queso mozzarel...

Pies de pizzero a domicilio 3

Una fantasía fetichista. ¿Cómo sería poder descalzar sin su consentimiento los pies de un chico guapo y heterosexual? ¿Y poder hacer con sus pies lo que uno quiera? ¡Fuera zapatillas de deporte y calcetines!

Eché una carcajada y miré cómplice a Nacho. Luego le solté en voz alta para que Aniol me oyera claramente:

-Nacho…, ten preparado el gatillo de la pistola para Anaís. Ya ves, Aniol cree que he acabado con él y no es así ni mucho menos.

Aniol movió nervioso e instintivamente su pie izquierdo en calcetín hacia atrás. El dedo gordo de este pie de Aniol también hizo un ligero movimiento bajo el calcetín. Yo me había quedado pasmado mirándolo…, mirando esos pies de Aniol en calcetines. No podía...

Saldo en Rojo (1)

A Adriana ya la conocía hace algún tiempo. Ella jugaba tenis conmigo hace un par de años, en la misma clase. Nos hicimos amigas, y después de una pelea con su novio, la curiosidad la venció y nos besamos. No fue más. Ok... tal vez unas caricias, pero eso fue todo. Eso hace unos 4 meses. Volvió con su novio, y se fue de vacaciones. Llevaba 2 meses sin verla.

A Adriana ya la conocía hace algún tiempo. Ella jugaba tenis conmigo hace un par de años, en la misma clase. Nos hicimos amigas, y después de una pelea con su novio, la curiosidad la venció y nos besamos. No fue más. Ok... tal vez unas caricias, pero eso fue todo. Eso hace unos 4 meses. Volvió con su novio, y se fue de vacaciones. Llevaba 2 meses sin verla.

Llegué a las 7:15 AM a la cancha de tenis. Quince minutos tarde, y viviendo a tan solo 5 cuadras de allí. Qué descarada! Así soy yo. Quien ha...