Mi ruborizante experiencia fetichista
Un día Cecilia cumplió una de mis más secretas fantasías.
Mi ruborizante experiencia fetichista
Era una mujer arrebatadoramente guapa y elegante. Me privaban sus ojos achinados, su tez tirando a bronceada, su pelo largo y sedoso, castaño con mechas rubias. Siempre llebava minifaldas o pantalones ajustados y unas botas en las que siempre había soñado montarme.
Mi vecina Cecilia era así. Verla sentada en un banco del parque de la urbanización, con las piernas cruzadas, leyendo al sol, mientras su sobrino jugaba siempre cerca de ella era un espectácu...