Academia masturbatoria : Segunda Sesión

Concentré mi vista en esos deliciosos y húmedos labios vaginales de Carmen y Lidia que estaban contrayéndose a causa del gran orgasmo que acababan de tener. Con esa imagen, las tetas de Carmen, el culo en pompa de Lidia, los ruidos vaginales, y jadeosy sabiendo que César no me quitaría el ojo.

Volvía a recorrer la sala y repasé mentalmente todo lo que necesitaba para la sesión de hoy. Veamos…-Me dije- Mesa baja con patas cilíndricas de metal, mesa alta de doble cristal con dos cojines, espejo perfectamente situado junto a algunos almohadones que el que se mira en él puede verse a sí mismo pero detrás de él también puede ser visto y sofá con respaldos firmes y posa brazos amplios….Sí…creo que todo está listo.- Sonreí y pensé – Valeria, tú siempre tan perfeccionista….-¿Pero quién no lo es? Y más cu...

Mi inicio en la masturbación anal

Relato de como me inicie en la busqueda de placer conmigo mismo, experimentando nuevas sensaciones..

Hola, me llamo daniel, tengo 24 años soy estudiante, hetero y fisicamente soy un chico atletico, no estoy musculado, pero si me gusta estar en forma, por lo que practico running y diversos deportes por lo que mi aspecto físico es bueno. Soy moreno, media estatura 1.75 y no soy feo, o eso me dice la gente. Me acababa de dejar con mi novia, con la cual estuve unos 2 años, con la que tenía una gran vida sexual, por lo que me tocó un tiempo de abundancia de masturbaciones.

Mi historia comienza cuando en l...

Tengo metido un cepillo en el coño.

Jamás he mantenido relaciones sexuales, soy virgen por necesidad, pero puta por vocación.

Jamás he mantenido relaciones sexuales, soy virgen por necesidad, pero puta por vocación. Tengo un amigo cercano; él es muy guapo, es alto, delgado, más o menos marcadón, tiene unos ojos enormes de color azul turquesa y unas nalgas de infarto, para mi infortunio no le gusto. Sé que él me quiere porque a pesar de que sabe que me gusta me sigue llamando como cuando todavía no le decía nada. Sé que no le gusto porque no soy guapa. Él ha tenido novias realmente hermosas, mujeres con senos redondos, turgentes, d...

Ensoñación

Dando vida a los sueños.

Dale vida a los sueños que tienes escondidos,

descubrirás que puedes vivir estos momentos

con los ojos abiertos y los miedos dormidos,

con los ojos cerrados y los sueños despierto.

Mario Benedetti

Entraste en mis sueños,

sentí tu presencia

en cada rincón de mi cuerpo;

tus manos caricia,

suave y provocadora,

deleite de senos

desafiando a tu boca,

ávida y presta opresora.

Sentí tu lengua,

tan calie...

Elena o el reencuentro con el pasado.

El paso de los años no ha aclarado los sentimientos de Elena. El reencuentro con la persona más importante de su adolescencia y su evocación en momentos íntimos tal vez le ayuden a despejar dudas.

El tibio sol, de una mañana de principios de primavera, caldeaba las ya de por sí sonrosadas mejillas de Elena.

Había postergado aquella visita durante más de un mes. Se habían agotado las excusas y debía dar aquel paso. Los días lluviosos fueron el primer pretexto; las fiestas patronales, con sus monumentos, sus procesiones y su pólvora por todas partes, también sirvieron para justificar la demora.

Externamente no se podía apreciar ningún síntoma de nerviosismo. La madura elegancia en el porte,...

Manos y sexos

Aquél viernes estaba sola en casa. Eran las ocho y media, y mi marido no volvería hasta el domingo

Aquél viernes estaba sola en casa. Eran las ocho y media, y mi marido no volvería hasta el domingo. Me puse una copa de vino y me recosté en el sofá. Deporte, deporte, noticias, cotilleos… Una copa de vino más tarde todavía no había elegido nada que ver. Intenté tragarme las noticias, lo juro, pero eso sólo me llevó a una copa de vino más y mucha frustración, qué mierda de país.

Tras servirme una tercera opté por encender el disco duro para poner una película. Tras recorrerlo entero sin nada que me...

Deseando llegar a casa.

Horas antes, la conversación que habían mantenido, había disparado ya sus deseos de carne.

Hacía rato que él jugaba ya con su verga cuando ella llegó. Sabía él que ella traía el tanga mojado y verla, sabiéndolo, hizo que su mano se moviera más deprisa.

Rápida, se desnudó y se puso a los pies de la cama separando bien las piernas para que él pudiera ver su húmedo coño. La visión lo llevó a acelerar más, jadeando ya con la boca abierta.

Enfrentados, sin dejar de mirarse, movían sus manos para darse placer. Habían hecho un pacto, estarían juntos pero en ningún momento, pasase lo que pase...

El primer vello

Era demasiado joven cuando se me ocurrió por primera vez tocar mi cuerpo, tal vez no alcanzaba todavía ni siquiera los trece años, puedo recordar con exactitud que aún no tenía vello púbico.

Era demasiado joven cuando se me ocurrió por primera vez tocar mi cuerpo, tal vez no alcanzaba todavía ni siquiera los trece años, puedo recordar con exactitud que aún no tenía vello púbico. Todo empezó un día mientras hurgaba en el cajón de la mesita de noche de mi padre, no había nadie en casa y a mí me encantaba meter la nariz justo a donde no debía. Abrí el cajón y entonces hallé un sobrecito de película pirata, tenía como portada una mujer muy joven, no mayor de dieciocho, calculé en el momento, era pá...

En el calor de la paja 2

Acepté hacer de profesor del niño, seguro de que era yo quien iba a aprender cosas nuevas con la imprevisible, coqueta, neurótica y deliciosa vecina de enfrente.

Pues sí. Acepté con mucho gusto dar clases particulares al niño, convencido de que serían realmente “particulares”. No recuerdo si me pagaban cincuenta pesetas por clase o al mes, pero para mí era lo de menos, la verdad.

La tarde del martes me duché y me perfumé con mi siempre efectiva colonia Lucky . Creo que me pasé bastante y hasta por la calle se giraba a mirar el personal, aturdido por el tufo. Eran sólo las cinco y media cuando apreté el botón del portero automático de su piso. La puerta se abri...

En el calor de la paja

Recuerdos juveniles del autor. En verano en el balcón uno se aburre. Leer y tocarse un poco es una forma de pasar el rato, hasta que alguien te descubre...

Aquel verano fue particularmente caluroso. Como siempre, mi única diversión consistía en sentarme en el balcón a tomar el sol y leer mis revistas de cómics. No tenía a nadie en la ciudad, ya que todos mis amigos veraneaban con sus familias, cosa que yo nunca me había podido permitir. No tenía novia, ni tan sólo amigas “fuertes”.

Así que me sentaba a empaparme de las aventuras del Príncipe Valiente, el Hombre Enmascarado y Flash Gordon. El malvado Ming era particularmente aficionado a apresar y atormen...