Leyendas - Perseo

¡Que vuelvan el rostro todos los que son aún amigos míos! Y diciendo estas palabras sacó del bolso que llevaba siempre colgando al costado, la cabeza de la Gorgona Medusa y la presentó al primer adversario que le acometía. — ¡Busca a otros a quienes puedas conmover con tus milagros! —gritóle éste despectivamente. Pero en el momento que se disponía a levantar la mano para arrojar su venablo, quedó petrificado

Perseo

Acrisio, rey de Argos, habiendo sido advertido por un oráculo que un nieto suyo le arrebataría el trono y la vida, (quien había encerrado a su hija en un aposento subterráneo, en el que Zeus supo penetrar en forma de lluvia de oro), encerró a Perseo, hijo de Zeus, y a su madre Dánae, en un arca que arrojó al mar. Zeus veló por ella en medio de las tempestades y, flotando, fue a tomar tierra en la isla de Serifo, en la cual reinaban dos hermanos: Dictis y Polidectes. Dictis se hallaba pesc...

Cuentos - La Expiación

Lucía, una de las muchachas más virtuosas y más guapas del lugar, había desaparecido.

LA EXPIACIÓN

De boca en boca, y rápidamente, se difundió una mañana por el honrado pueblo de Torrepintada la escandalosísima noticia de que Lucía, una de las muchachas más virtuosas y más guapas del lugar, había desaparecido, abandonando a la tía Ruperta, de quien recibiera cuidados maternales y moral y cristiana educación.

Los móviles de aquella fuga se adivinaban, o, mejor dicho, se habían averiguado por las viejas más curiosas del pueblo, que, refiriéndose unas a otras lo que habían vis...

Poesía - ayer y hoy

Ayer que te quería.

Ayer y hoy

Ayer que te quería,

me dijiste que no.

No estaba a tu altura

y me cambiaste por dinero.

Hoy, te puedo pagar

cualquier capricho,

pero amarte como ayer,

jamás....

Cuentos - Las gotas de agua

Cuando soplaron en la noche las auras, ninguna flor de aquéllas pudo ya sentir sus caricias.

LAS GOTAS DE AGUA

Era un día de los más calurosos en la mitad del verano. El sol derramaba torrentes de fuego y de luz sobre la tierra, cruzando por un cielo profundamente azul, y en el que no flotaba ni la más ligera nubecilla.

Dormían los vientos en las húmedas grutas de los bosques; se abrigaban los pájaros en lo más tupido de la selva; los insectos silbaban entre la hojarasca, y todo en la Naturaleza parecía desmayar de sed y de fatiga.

Las hojas lánguidas colgaban en sus tallo...

Leyendas - Acteón

— La jornada nos ha dado suficiente botín; el acero y la red están húmedos de la sangre de las piezas muertas. ¡Pongamos, pues, fin a la caza por hoy! Reanudaremos tan alegre ocupación mañana, cuando la rosada Aurora asome en el cielo.

Acteón

Acteón era hijo del dios cazador Adisteo y de Autónoe, hija de Cadmo. Una vez que hubo salido ya de los años infantiles, el sabio centauro Quirón lo educó en las frescas y boscosas laderas de Pelión, e hizo de él un vigoroso cazador. La montería en valles y montes era su mayor placer. Había estado cazando un día, en compañía de alegres compañeros, en los bosques del Citerón; ya el mediodía acortaba las sombras de los árboles y el sol estaba en mitad de su curso, cuando convocó Acteón a su...

Leyendas - Penteo

La propia Agave, agarrando con ensangrentadas manos la cabeza, creyéndola de un león, clavóla al extremo de un tirso y la paseó por los bosques de Citerón. De este modo vengóse el poderoso dios Baco del que había despreciado su divino culto.

Penteo

De Tebas era oriundo Baco o Dionisos, hijo de Zeus y de Sémele, nieto de Cadmo; el dios de la fecundidad, el creador de la vid. Educado en la India, no tardó en abandonar a las ninfas que le cuidaran y lanzarse a recorrer tierras para instruir a todos los hombres en el arte de elaborar el vino que alegra el corazón, y fundar el culto a su divinidad. Se mostraba tan bondadoso con sus amigos como severo con los que se negaban a tributarle adoración, a los cuales castigaba duramente. Su fama...

Cuentos - El voto del soldado

"Por la salvación de mi alma, yo prometo meterme a fraile el día que mi caballo sea Dios,"

EL VOTO DEL SOLDADO

Allá por el año de gracia de 1521 pasó a las Indias en busca de fortuna, y a servir al Emperador en las conquistas de Nueva España, un soldado español llamado Juan de Ojeda.

Érase Juan de Ojeda un mocetón en flor de la edad, extremeño de nacimiento, y tan osado y valeroso como perverso y descreído, y tan descreído y perverso como murmurador y maldiciente. Pusiéronle por mote sus compañeros "Barrabás", tanto por lo avieso de su condición como para distinguirle de un Ojed...

Leyendas - Cadmo

Encontrarás, en un prado solitario, una novilla que no ha sido aún uncida al yugo. Déjate guiar por ella y allí donde se eche a reposar sobre la hierba, eleva muros y da a la ciudad el nombre de Tebas.

Cadmo

Cadmo era hijo del rey fenicio Agenor y hermano de Europa. Después que Zeus, transformado en toro, hubo raptado a ésta, Agenor envió en su busca a Cadmo y a su hermano (nota 1), con orden de que no volviesen sin ella. Durante largo tiempo anduvo Cadmo errante por el mundo en vano, sin lograr descubrir el engaño de Zeus. Perdida ya toda esperanza de encontrar a su hermana y no queriendo volver a su patria por temor a las iras de su padre, encaminóse al oráculo de Febo-Apolo para preguntarle...

Cuentos - La limosna

Quizá para muchos no tenga interés lo que voy a contar; pero como a mí me conmovió profundamente, por nada de este mundo se me queda esta narración en el buche.

LA LIMOSNA

Quizá para muchos no tenga interés lo que voy a contar; pero como a mí me conmovió profundamente, por nada de este mundo se me queda esta narración en el buche, y de soltarla tengo, sea cual fuere la suerte que deba correr, y arrostrando el peligro de que algunos llamen sensibilidad a lo que los más califiquen de sensiblería.

Pero los hechos son como los acordes de la música: algunos los escuchamos sin conmovernos, y hay otros que tienen resonancia inexplicable en las más delica...

Leyendas - Europa

- Ven conmigo, preciosa — decíale la extranjera —. Te conduciré como botín a Zeus, el que blande la égida. Así lo han dispuesto los hados

Europa

En la tierra de Tiro y Sidón creció la virgen Europa, hija del rey Agenor, en el profundo retiro del palacio paterno. Hacia media noche, a la hora en que los sueños que no mienten visitan a los mortales, el Cielo le envió una singular visión. Ocurriole que se le aparecieron dos continentes bajo forma de mujer: Asia y el que se le enfrenta y empezaron a pelearse por ella. Una de las mujeres tenía figura de extranjera; la otra —y ésta era Asia— parecíase, por el aspecto y los gestos, a una...