Calle del indio triste

Espero que os agraden como me han agradado a mí. Voy a insertar poemas y leyendas que considero de valía, escritas por poetas de otras épocas.

EL INDIO TRISTE (Leyenda mexicana) Es media noche; la luna irradia en el firmamento; y riza al pasar el viento las ondas de la laguna. En el bosque secular, y entre el tupido ramaje, turba el pájaro salvaje la quietud con su cantar. Y entre los contornos vagos del horizonte, a lo lejos brillan cual claros espejos, al pie del monte, los lagos. Yace en paz, sola y rendida de Tenoch la ciudad bella, parece que impera en ella la muerte más que la vida. Y no es ficción, es verdad; que fue t...

¡Sígueme queriendo así!

Si sabes lo que es amor, entra y leelo, por favor.

¡Sígueme queriendo así!

¡Qué beso!, supremo Dios. ¡Cuánto amor!. ¡Cuanta dulzura!. Cuando unimos nuestros labios, tu beso es suavidad pura, delicado y sensual.

Cuando me hechas los brazos al cuello y me aprisionan, siento tu amor fluir entre nuestros pechos. ¡Cuanta fuerza desarrollas al apretarme en tus brazos!. ¿No que eres sexo débil?

Te rodeo con mis brazos con suavidad porque temo lastimarte; acuno tus costados posando mis manos en tu espalda y la recorro lentamente. Nuestros ros...

Micaela

Abrió sus hermosos ojos dándose cuenta de la claridad del día y de mi presencia a su lado contemplándola. Me acerqué y posé un delicado beso sobre sus labios entreabiertos y susurré: - Gracias por tu amor.

Pasó con su madre. ¡ Qué rara belleza ! ¡ Qué rubios cabellos de trigo garzul ! ¡ Qué ritmo en el paso ! ¡ Qué innata realeza de porte ! ¡ Qué formas bajo el fino tul ! . . . Pasó con su madre. Volvió la cabeza: ¡ me clavó muy hondo su mirar azul ! Quedé como en éxtasis . . . Con febril premura. " ¡ Síguela ! ", gritaron cuerpo y alma al par. . . . Pero tuve miedo de amar con locura, de abrir mis heridas que suelen sangrar, ¡ y no obstante toda mi sed de ternura, cerrando los ojos, la dejé pasar...

El beso (2)

Primero es la familia, no debemos dañarlos.

El beso

Juntamos nuestros cuerpos con un estrecho abrazo.

Mirándonos los ojos, unimos nuestros labios;

hasta sentir que el tiempo rompemos en pedazos.

Repetimos el salmo cada vez que nos vemos:

se me nota en el rostro la dicha de besarnos;

mi esposo lo sospecha, no acierto ya a ocultarlo.

Tus besos, alma en rosa, son mi néctar preciado;

sin ellos pierdo el orden del mundo y sus cuidados;

ni sé si es día o noche, si venimos o vamos;

tus labios s...

El beso

Un beso y lo que implica.

El beso

Hola . . . Otra vez estamos;

tomamos nuestras manos,

unimos nuestros cuerpos,

nos vemos a los ojos,

juntamos nuestros labios;

hasta sentir que el tiempo rompemos en pedazos.

Cada vez que nos vemos,

repetimos el salmo,

no debemos besarnos,

se me nota en el rostro la dicha de besarnos;

mi esposo lo sospecha, no acierto ya a ocultarlo;

te veo y me deshago.

Tus besos, alma en rosa, son mi néctar preciado;

sin ellos pierd...

Te pareces a tu padre

Esto lo escribí una noche después de escuchar la frase de labios de una mujer de ochenta y dos años, dicha con una enorme carga de amargura en voz y expresión. Estimo que no es la única mujer a la que se la han dicho; y, no es España el único país en el que frases tan duras como esa son vertidas en un alma sensible, que una vez escuchada no sabe que hacer con ella, y, así, se decanta como lo hacen un álcali o un ácido corroyendo lo que tocan, pero no matando; sólo dañando sin sentido alguno, la vida futura de ese ser, que ni pidió nacer ni tiene culpa alguna en parecerse físicamente o espiritualmente a alguno de sus progenitores. Lo escribí, porque apunta una posible solución y porque manifiesta una forma de violencia intra familiar que no debe subsistir.

Te pareces a tu padre

Esta frase, dicha a manera de reproche a una niña, adolescente o mujer joven, desconozco la edad que tenía; la escuché de los labios de una mujer de ochenta y ocho años de edad, pronunciada con amargura, con algo de nostalgia y una entonación que quisiera le fuera explicado, al menos ahora, porqué su madre, a la que amó entrañablemente, se la dijo, sin existir mas razón para ello que tener un carácter tal vez demasiado fuerte para una mujer.

Temperamento, más que...

Enriqueta

Una sola vez quiero embriagarme de usted, quiero saturarme con su olor, aspirarlo hasta lo más hondo de mis pulmones, quiero sentir en mi boca su sabor, saciarme en usted; quiero sentir en mi piel el roce de la suya; necesito sentir su calor; sentir su abrazo; sentirlo en mis interiores al descargar su esencia. Lo necesito para poder dejar de pensar. ¿Me ayuda?

Enriqueta

La esencia de este relato la escuché, siendo casi niño por casualidad, una tarde en que estaba yo jugando en un recodo de la terraza de la casa de mi tío Fortunato, donde él y otros amigos estaban en sendos sillones tomando la copa y platicando. Cuando empezó, me quedé quietísimo y mudo escuchando lo que narraba:

Hola Enriqueta: - ¿cómo se ha sentido?

Bien, he estado mucho mejor de mis pies, y las piernas ya no las siento cansadas.

Que bueno, me alegro. Pase, por fav...

Cuentos - Las cuatro esquinas

Los hombres más juiciosos no son más que locos mansos. Oigan ustedes esta historia.

LAS CUATRO ESQUINAS

Los hombres más juiciosos no son más que locos mansos. Oigan ustedes esta historia.

Tengo desde hace muchos años íntima amistad con el Conde del Sarmiento; un hombre inteligente, instruido, caballeroso, y del que puede decirse que, si no es un genio, es por lo menos un escritor distinguido.

Una mañana entró en mi alcoba cuando acababa yo de despertar.

—Perdóname —dijo— que tan temprano venga a molestarte.

Quiero que seas mi padrino.

— ¿Pero vas a ba...

Leyendas - Dédalo e Ícaro

También Dédalo de Atenas era un erectida, hijo de Metíon, biznieto de Erecteo. Fue el hombre más ingenioso de su tiempo: arquitecto, escultor y artífice de la piedra.

Dédalo e Ícaro

También Dédalo de Atenas era un erectida, hijo de Metíon, biznieto de Erecteo. Fue el hombre más ingenioso de su tiempo: arquitecto, escultor y artífice de la piedra. En las regiones más diversas del mundo se admiraban las obras de su arte y de sus estatuas se dice que vivían, movíanse y veían, hasta el punto de que no se las tomaba por estatuas, sino por seres animados. Pues mientras las estatuas de los maestros que le precedieron tenían los ojos cerrados y las manos, pegadas a l...

Elisa

Me es difícil empezar. Tengo cuarenta y cuatro años, morena clara, buen cuerpo, buenos pechos con dos pezones estupendos; quizás, aunque no sé que digan mis amigas, lo menos notorio es mi trasero; boca con labios carnosos y sensuales; además de todo lo que Dios me dio. Soy lo que queda de Elisa que aún es mucho y de excelente calidad.

Me es difícil empezar. Tengo cuarenta y cuatro años, morena clara, buen cuerpo, buenos pechos con dos pezones estupendos; quizás, aunque no sé que digan mis amigas, lo menos notorio es mi trasero; boca con labios carnosos y sensuales; además de todo lo que Dios me dio. Soy lo que queda de Elisa que aún es mucho y de excelente calidad.

El padre de mi hijo se fue en busca de fortuna a los Estados Unidos desde hace cinco años y no he vuelto a saber de él, salvo alguna postal de vez en cuando en la...