El vagabundo (12)

El cumpleaños de Mariano me dio una idea que tuvo consecuencias muy favorables, además le hice un regalo especial a Sonsoles que le encantó.

En cuanto entré en la cafetería de la Universidad miré hacia el grupito de la clase de Berta pero no la vi, me extrañó y me acerqué a ellos, uno de sus muchos admiradores me dijo que estaba extraña y me señaló una mesa que había en un rincón de la sala, allí con la cabeza entre las manos estaba Berta.

Me acerqué para ver que le pasaba y me miró con los ojos llorosos, por un momento pensé que la había afectado mi negativa a sus pretensiones y no le guardaba rencor, yo sólo dejé clara mi posición, al pr...

El vagabundo (11)

FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO DE PARTE DE MIS PERSONAJES Y MÍA. Le aclaré unos puntos a Berta que no se esperaba, luego ayudé a la veterinaria y a Gero con el caballo y le hice el favor con mi nuevo amigo.

El pequeño coche de Berta circulaba por la llanura castellana en dirección a la casa del profesor, según me contó, don Santiago tenía algo más de cuarenta años, era moreno y bastante elegante, vestía de sport y se cuidaba mucho, me dio la impresión que sabía más de él que su esposa.

Íbamos en dirección norte, al pasar por el aeropuerto de Villanubla, Berta me explicó que estábamos en la comarca de Cigales, era famosa por sus vinos claretes aunque se estaban elaborando también tintos de calidad.

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El vagabundo (10)

Después de quitarme los puntos ya pude salir y disfrutar del campo, a Ana te hice un regalo de su gusto y Gero me presentó a su hermana Berta, una belleza de mujer.

Como anochecía pronto Gero volvía de sus quehaceres a media tarde, se vestía de chica para mí y subía a mi habitación,  las curas se fueron simplificando y abreviando, apenas consistían en cambiar el apósito y pintarme con tintura de yodo, las grapas que me cosían los diferentes cortes tenían muy buen aspecto y Ana dejó a su hija que fuera ella la encargada de curarme.

Lo hacía con cuidado y con habilidad, durante las curas no mostraba ningún signo de frivolidad, y como una profesional me movía la pol...

El vagabundo (9)

Me sentía animado y dispuesto a ser uno más en la bodega, pero un accidente frenó mis intenciones, aún así seguiría en mi empeño.

Salimos bien abrigados, Mariano me dejó su pelliza, que sólo se ponía en los días muy crudos, calientes por dentro y por fuera.  Nos montamos en el todo terreno y Mariano me dijo que me sentara a su lado, miré a Gero extrañado, ella lo estaba más que yo y salimos al camino nevado, por suerte ya había dejado de nevar, pero el suelo seguía cubierto totalmente, los tres en el asiento de adelante pronto íbamos a probar el “tormento” de su padre, sacó un puro de cosecha propia y me lo largó para que hiciera...

El vagabundo (8)

Después del patinazo con Gero intenté disculparme, escogí mal momento porque el clima nos puso a prueba, pero eso facilitó una serie de confidencias inesperadas.

Nunca había estado una noche en vela, estaba abrumado por lo que pasó en casa de Gero, no se me iba de la cabeza el apuro que pasé por haber confundido a aquel muchacho y no haberme dado cuenta de que realmente  era una chica, estuve repasando mentalmente cualquier detalle que me exculpara, lo cierto es que ella no me dio ninguna pista al respecto de su feminidad, era todo lo contrario de la imagen que tenía de una chica, era talmente como su padre, en la forma de vestir, de andar, de sentarse, lo único si...

El vagabundo (7)

La iniciación de María no estuvo mal, sobre todo para ella, en cambio yo me sentí defraudado. Marché a mi nuevo destino, fui a una bodega como becario y allí comprobé lo poco que sabía del campo.

La chica de estética pasó delante de mí, iba vestida de forma impecable con una chaquetilla blanca y un pantalón del mismo color, en el cuarto, muy reducido, había una camilla que miré con recelo, detrás de una cortinilla me cambié de ropa por una camisola corta, pero como sólo me llegaba a la cintura me lié una toalla pequeña.

  • Bien, vamos a ver, ¿cómo quieres que te depile?
  • Como hagas menos daño.
  • *Jajaja, vaya miedica, no te preocupes, haré lo que pueda, aunque ya sabes que el presumir ti...

El vagabundo (6)

La semana después de Navidad fue muy activa, estudiaba los ratos que tenía libres y los otros… hacía lo que podía.

Pilar me miró pidiendo mi opinión, la cara que hice no le gustó a Pilar pero ella estaba tan consternada como yo, ella también estaba a punto de correrse cuando llamó su amiga y ahora… ¡yo que tenía que hacer! , por supuesto le afirmé con la mirada, María necesitaba compañía, todavía estaba en shock después del episodio del apagón, yo no comprendía cómo podía ser que, aquella mujer todavía no hubiera superado sus fobias.

El caso es que los dos estábamos allí “adorando” a María que, tumbada e...

El vagabundo (5)

La Noche Vieja resultó de lo más animada, estuve con la chica que me gustaba y luego al volver a casa, cuando ya creí que la fiesta había terminado, me di cuenta de que la noche era joven.

Pilar se “apiadó” de mí cuando volví a casa, no me preguntó nada, aunque con una sola mirada adivinó qué pasó en casa de Úrsula, nada más verme entrar con la estufa debajo del brazo, pensé que merecía sobre todo mi sinceridad, por lo que le conté todo.

Sentados en el sofá y cogidos de la mano le expliqué lo ocurrido hasta que Úrsula se vistió y llamó a Puri, ésta ya venía con una bolsa grande y unos periódicos para envolver la estufa.

  • ¿Cómo sabía la chica que la iba a llamar?
  • ***¿No rec...

El vagabundo (4)

Todavía de vacaciones navideñas aproveché para acomodarme antes de que volvieran mis vecinos, Pilar hizo un cambio radical y yo conocí a más gente del barrio.

Dormí como un bebé toda la noche, al despertar estaba en cruz en el medio de la cama doble de Pilar, ella no estaba, agucé el oído y no se oyó nada, supuse que se habría ido a su acostumbrada misa, me gustó que siguiera con su rutina, pensé que tenía suerte de que las vacaciones duraran hasta después del Día de Reyes, porque luego, con la compañía de los otros huéspedes, me sería imposible “conciliar” con Pilar o por lo menos con la misma libertad.

Estuve un momento mirando al techo, los cristale...

El vagabundo (3)

Pilar, mi casera, cuidó de mí y no extrañé a mi familia en Navidad, me contó sus secretos más íntimos y mi familia no me olvidó a la hora de las felicitaciones.

Cuando desperté estaba sólo en medio de la cama de Pilar, ella estaba en la cocina, por el olor que llegaba desde allí deduje que estaba preparando el desayuno y el aroma de la panceta y el café auguraba que iba a ser delicioso.

Por la ventana no se veía nada, los cristales estaban tan empañados que goteaban, me acerqué a ellos y sólo pude ver que la calle estaba completamente blanca, por la noche estuvo nevando y todo lo que podía sujetar los copos estaba cubierto por ellos, apenas había señal en el...