La posibilidad del Sol

Parece que llegaras a tocar fondo cuando te “cachetean” feo y, sin esperarlo, te das cuenta que, con sólo levantar la vista, él, siempre está.

Había pasado una mala noche, dormí de a ratos y me desperté sobresaltado un par de veces, no era para menos, estaba nadando en broncas y con el ego por el suelo, sumaba incertidumbres, dolores, humillaciones, incógnitas y todas las que se te cruzan por la cabeza cuando, sin comerla ni beberla, estás creído que todo lo hacés bien y de buenas a primeras te hacen “socio” del “Club de los Cornudos” .  Lo tengo claro, es un “club” más que importante porque tiene “socios” de ambos sexos par...

Las putas

En cierto modo, esta reflexión corta es un homenaje para estas señoras o señoritas

El diccionario que yo tengo dice: “ Aquella que recibe un pago en dinero o especias por sus servicios sexuales ” y con esto sé que no descubro nada.  El “oficio o profesión” más viejo desde que el Mundo es Mundo, pues bien, es verdad, siempre estuvieron, están y seguirán estando y justo es reconocer que hace falta mucho hue…, perdón, ovarios para llevarlo a la práctica, mal que les pese a moralistas o feministas inundados de hipocresías.

Al respecto, hace mucho tiempo atrás me dijo un com...

Memorias de un portero de noche (25)

Andrea me demostraba gran afecto y yo le fui cogiendo cariño, me hizo pensar en asentar mi vida pese a la tentación con las vecinas. Conocí a la hermana de Magda que me sorprendió mucho y me abrió nuevas expectativas.

Andrea dio un giro de 180º, a los dos días vino, cuando yo estaba recién llegado, con unos paquetes de unos grandes almacenes, allí mismo en la puerta se le cayeron dos, los más voluminosos, ambos nos agachamos a recogerlos a la vez y nuestras cabezas chocaron, no fue un roce, sino un buen coscorrón, nos quedamos unos segundos aturdidos, los suficientes para asomarme a la blusa que acababa de “regalarse”.

Y no sólo la blusa, debajo de ella mostraba unas tetas elevadas a la “potencia” por una p...

Memorias de un portero de noche (24)

La ayuda a la vecina enferma me dio grande satisfacciones y en Paraná volví a la rutina del estudio aunque tuve una noche movida.

Andrea me desconcertaba, porque al notar que le llevaba la mano a mi polla la retiró bruscamente para seguir acariciándome el pecho, lo intenté una vez más por si eran figuraciones mías y lo volvió a hacer, tenía una erección difícil de soportar y me di la vuelta, ella también lo hizo quedando pegado a su culo.

Ya no tenía frío, en realidad no lo había tenido nunca pero fingí que seguía helado y le pasé la mano por debajo de su brazo y la dejé sobre su estómago, tuve que sacrificar la polla de momento...

Aplicando justicia (4)

Nos sacamos las ganas con mi suegra y fue fantástico.

MI SUEGRA. (4).

Ni problemas que hubo con mi mujer, ella sabía que trabajando no tenía horarios, además nunca preguntó que hacía o dejaba de hacer yo, era algo que habíamos consensuado y todo se basaba en la confianza mutua que yo, lo admito, utilizaba a mi favor.  Si yo quería podía seguir durmiendo un rato más pero… si ella se despertaba antes, la mamada se imponía, siempre fue igual y jamás pude negarme a esto.  Ese día no fue distinto, abrí los ojos apenas la sentí humedeciendo al *“aparatito...

Aplicando justicia (3)

Son pocos los que se salvan de esta particular Justicia.

EL SENADOR - LOS CHICOS “FIESTEROS”.

El lunes en la tarde, sentado en mi auto a unos cien metros del edificio al cual iba a entrar, muñido de mi tablet “especial” que parecía común pero que tenía en su interior una enorme capacidad y un multiprocesador de última generación con acceso satelital, probé un hackeo a las cámaras de seguridad y en el monitor me aparecían también cámaras que correspondían a otras calles circundantes, a edificios y a comercios, supe que podía apagarlas por el término...

Memorias de un portero de noche (23)

Las visitas a Malena no debían prolongarse, no fue por mí ni por ella pero era aconsejable, la lluvia torrencial no siempre es mala.

Malena mejoraba por días, cada mañana que iba a su casa notaba los progresos que hacía, a mi me encantaba verla tan activa y tan locuaz, se reía por nada y procuraba hacerme tan feliz como yo a ella, se compró ropa nueva, se maquillaba un poco para recibirme y algunos días salíamos a pasear por el Parque Sirisi , desde allí podíamos ver el Río Paraná , que más bien parecía el mar.

Nos sentábamos en la hierba debajo de un árbol o tomábamos el sol, había poca gente por la mañana y charlábamos...

Aplicando justicia (2)

Los agradecimientos son importantes, otras cosas también

REGALOS - PLANES.

Aquí fue todo lo contrario, ya tenía el nombramiento preparado como Jefe de Seguridad personal y de toda la empresa en el país, la que, sin dudas, era un “monstruo empresarial” …  Fue inesperado pero no fue sólo esa sorpresa, también me regaló una hermosa casa de cuatro habitaciones, dependencias, garaje amplio para dos vehículos, pileta, parque, arboleda, ubicada en uno de los mejores barrios cerrados de la zona y libre de gastos de expensas y mantenimiento pues la empresa...

Aplicando justicia (1)

En ésta nueva historia Guilleos1 se supera, se mete en la piel de un hombre que ha vivido mucho en todos los aspectos, virtuoso en armas de todas clases y experto en el amor, deambula por el mundo después de un desgraciado episodio amoroso, en él, pese a que sólo busca descanso,

PRÓLOGO.

En ésta nueva historia Guilleos1 se supera, se mete en la piel de un hombre que ha vivido mucho en todos los aspectos, virtuoso en armas de todas clases y experto en el amor, deambula por el mundo después de un desgraciado episodio amoroso, en él, pese a que sólo busca descanso, se apiñan una serie de aventuras que le forzarán a aplicar sus métodos, a veces no muy ortodoxos, para buscar JUSTICIA y VENGANZA, espero les guste como a mí.  Les aconsejo que sigan la historia desde el principio...

Memorias de un portero de noche (22)

El regalo para Malena resultó un éxito desde la compra, Emma cumplió su deseo ayudada por Olga y Malena siguió con su mejoría.

La dueña de la tienda de lencería era una mujer que rayaba los cuarenta, vestía muy elegante y se notaba que tenía buen gusto para todo, la tienda era una monería más propia de estar en pleno centro comercial de Paraná.

Al salir de atrás del mostrador se acercó al escaparate y se inclinó para sacar el maniquí que lucía el conjunto que elegí, era un poco atrevido en comparación con lo que había visto en el armario de Malena pero quise causarle una fuerte impresión, la veía capaz de cambiar de actitud f...