Mi primo y su padrastro

La recién adquirida afición de mi primo por comer pollas nos llevó a otra situación de lo más placentera

Se ve que Félix le pilló el gustillo a eso de comer pollas y quería ir adentrándose en el mundo gay por la puerta grande. Me preguntaba por zonas de cruising o garitos en los que fuera fácil ligar. No sé qué imagen tenía de mí, pero creo que no me conocía del todo bien. Obviamente pretendía que lo acompañara a esos sitios. Y yo me negué. Llegué hasta a sentir celos de que quisiera montárselo con otros tíos. Desde luego este pensamiento era detestable e intenté quitármelo de la cabeza y comprender que mi pri...

Mi primo

Mi primo de veintidós años quería chupármela para saber qué se sentía y cómo sabía.

Ya sabéis que mi familia se enteró de que yo era gay tras las aventuras que tuve con los empleados de mi padre. A pesar de todo, salir del armario fue fácil porque todos ellos lo aceptaron con total naturalidad y no me sentí desplazado en ningún momento. Quizá mi padre se mostrara algo más reservado, pero mi madre encontró en su hermana una confidente que le ayudaba a aceptarme y a hacerlo ella misma sin que nada supusiera un trauma.

Mi tía tiene dos hijos: Mario de dieciséis y Félix de veintidós. Viv...

En casa de un desconocido con una visita sorpresa

Todo iba bien tras conocerle en un karaoke y acabar follando en su casa hasta escuchar la voz de su mujer

¿Cuántas veces habéis escuchado el tópico ese de que los gays son promiscuos o infieles por naturaleza? ¿Y cuántas veces habéis visto en una peli o serie la típica escena en la que un/una infiel esconde a su amante debajo de la cama o en el ropero al tiempo que el cornudo/a entra en casa exclamando un “cariño ya estoy en casa”?

Ahora imaginadme a mí, completamente desnudo, con restos de lefa sobre mi espalda y una cara mezcla de vergüenza y asombro escondido sobre una bañera vacía detrás de una cortin...

Ángel y Roberto se hacen uno

Los ex compañeros de universidad siguen descubriéndose y descubiendo cosas nuevas dentro de una cama

Puede que para Ángel hubieran sido las semanas más estresantes de su vida. No se suele quejar por exceso de trabajo o lamentarse de su mala suerte en cuanto a la súbita aparición de problemas varios. De hecho, está bastante acostumbrado, y le encanta su curro como a casi nadie, pero esta vez se le juntaron demasiadas cosas. Y además, esta vez no quería compartirlas porque tenía la sensación de que se quejaba demasiado o que ya cansaba con sus historias inverosímiles más propias de un gafe condenado a la mal...

Ángel y Roberto se encuentran de nuevo

Cada uno, con más o menos ganas, esperaba este reencuentro. Ocurrió durante la cena de Navidad de los ex compañeros de universidad.

Ángel había pasado unas semanas tranquilas, sin muchos sobresaltos sentimentales y mucho menos sexuales. Ni escribía, ni entraba en chats ni salía de bares. Era una época de mucho curro, de estudios y de cultivar otro tipo de relaciones. Había pensado en Roberto en alguna ocasión. En su cabeza, una mezcla incomprensible de sentimientos. La vergüenza se combinaba con la excitación; una sonrisa con una cara sonrojada; un recuerdo agradable empañado por un inevitable afán de excesiva reflexión.

Continuab...

Otro encuentro con un autor de Todorelatos

Si ya resulta gratificante escribir, lo es más aún cuando alguien se interesa por ello. Y todavía más si con ese alguien acabas teniendo algo más que palabras...

Puede que aquel fuera uno de los emails más agradables que he recibido en los últimos años. No transcribiré lo que en él me decía su autor por aquello de respetar su intimidad, pero sus palabras fueron realmente gratificantes y conmovedoras, aunque pienso que inmerecidas. Le contesté agradecido con otro email mucho menos elocuente, pero que nos llevó a una cadena de correos de lo más interesante y hasta divertida.

Era una bonita coincidencia que uno de mis autores favoritos de esta web me dijera las c...

Esta es la historia de un amor

La historia de mi primer amor al ritmo de las canciones de Mecano (Aviso: poco sexo en este relato tan largo)

La fuerza del destino

Nos vimos tres o cuatro veces en un restaurante en el que él trabajaba. Reconozco que al principio pasó completamente desapercibido ante mis ojos a pesar de lo atractivo que Dani resultaba. Una de las noches que fuimos a cenar allí, nos atendió él y a todos nos pareció un tío flipao que se tomaba demasiadas confianzas con los clientes, pero lo achacamos más a su juventud que a una falta de profesionalidad.

Otra de las noches le vimos con los patines trayendo y llevando...

Ángel y Roberto

Dos ex compañeros de la universidad que un día se descubren

Ángel no es lo que se dice un tío normal, aunque sí pasaría por uno más del montón en cuanto a físico. Sin ningún rasgo destacable más allá de su pelo rizado. Él solito se lo busca, pues aunque no está contento con su cuerpo, no hace nada por cambiarlo exceptuando alguna malograda dieta esporádica que no hace más que devolverle estrías como flaco favor. El deporte le da alergia aunque admite sentir envidia por aquellos que salen a correr llueva o haya treintaicinco grados a la sombra, y admira la fuerza de...

Los empleados de mi padre (10)

Fin de la historia

La que fuera nuestra casa durante unos meses se proyectaba ahora como la viva imagen de la desolación. Me recordaba con Vitín montando muebles de Ikea, manchados con la pintura de las paredes, como una típica secuencia de comedia americana. Encontré una mezcla difusa de sentimientos imposibles de cuantificar. No sabía dónde acababa Vitín y dónde empezaba Sergio y cuál de ellos tuvo más peso durante aquel trance. No quise tocar nada más allá de recoger mi ropa y mis libros. No quería dejar ninguna pista que...

Los empleados de mi padre (9)

Comenzaban a desvelarse muchas cosas

Acostado sobre una de las camas del cuarto de invitados, Vitín me pareció más frágil y tierno que nunca. Llegué a sentir pena. Por él; por mí; por nosotros. No me arrepentía de lo que acababa de hacer con Sergio, aunque sí que hubo algo de culpabilidad por el sufrimiento que le causaría enterarse de la escena que aconteció en la bohardilla con la persona en la que pensaba cuando estaba junto a Vitín. Tenía que apiadarme de él y acabar con algo que a ninguno nos daba ya satisfacción alguna. Ojos Azules quizá...