Le pedi follar otra vez a aquel abuelo jubilado.
Ummmmm esta es mi hembra quería oír eso y cumpliré tus deseos . Levantándose de la cama y dirigiéndose hacia mí con su miembro tieso como el acero y mirando al frente con aquel enorme cabezón desafiante.
Me desperté esa mañana mojada y excitada como cuando era joven, tras una noche donde los sueños eróticos con mi último acompañante fueron de lo más lujurioso, pues la fiesta con él en el yacusi me había hecho mella y solo de acordarme me ponía mala y caliente.
Mi cabeza me decía Rosa calmante y controla esos intentos recién despertados que me estaban volviendo loca, pero había una parte de mi cuerpo que no podía controlar y solo del roce de mi ropa o una leve caricia de la mano me hacía estremecer....