Bendecida por el cirio del Padre Leandro
Me quede relamiendo las ultimas gotas mientras el guardaba sigilosamente su vástago divino entre las túnicas y a la espera de su bendición.
Tras mi encuentro con los expertos samuráis en lo que fui tan sabiamente fui agasajada con sus espadas y con comida nipona, necesitaba para reponer fuerzas, echarme a la boca pronto un producto típico de la tierra, y catar un buen chuletón, por lo que me dirigí a un restaurante donde me di una copiosa comida.
Los efectos por la pesadez de tan fuerte comida me hicieron efecto rápido y un modoso sueño recorría ya el cuerpo, pidiendo reposo en mi cama, pues los ojos se me entornaban, aunque también p...