La sumisión de Rocío (IV)

Lo peor está por llegar para esta hembra que se resistía a someterse. Y puede que también para su macho... Recomiendo leer los tres primeros.

Rocío, al día siguiente, apenas podía sentarse. Caminaba todo lo digna que podía, y lograba disimular bastante bien, pero a la hora de sentarse era evidente que tenía el culo completamente roto. Tratar de mostrarme conciliador, tras lo de la noche anterior, sería inútil; por lo que me mostré firme desde primera hora de la mañana. Le dije a Rocío qué ropa ponerse -un top que sus tetazas rebentaban y un pantalón negro elástico, imitación de cuero, que le marcaba que daba gusto-, y después la mandé a la farmac...

De cómo María Jesús y yo fuimos destruidos

Cuando un hombre debe dinero a la gente equivocada, lo más habitual es que se lo hagan pagar con su hombría.

María Jesús, o mejor dicho Chus, como todo el mundo la llama, no era ni siquiera mi pareja formal. Ella se había divorciado recientemente, y aunque habíamos quedado unas cuantas veces, no puedo decir que fuese mi pareja y menos aún mi mujer. ¿Pero acaso le importaba eso a ellos? ¿No son siempre las mujeres quienes sufren las peores consecuencias cuando los hombres se quieren hacer verdadero daño entre sí? Someter a tu mujer es el modo más cruel de someterte a ti, y también el más humillante. Pero volvamos a...

Laura, la de las tetas gordas (V): el mamporrero 1

Para el segundo día en casa de Laura me esperan nuevas humillaciones, entre ellas la de ser su mamporrero. Ella manda.

Mamporrero: "Dícese de la persona que guía el miembro del caballo en el acto de cubrir a la yegua".

Eso es lo que dicen los diccionarios, y en base a ello, podría decirse que he sido el mamporrero de la Laura. Iré al meollo: después de una noche en que me regaló dos pajas pero no pude catar sus tetas ni su coño (recordemos que hasta ahora Laura me ha vedado su coño y su ojete, y no se prodiga en dejarme gozar de sus tetas), amanezco en su piso, donde me quedaba todavía una jornada antes de volverme a...

La sumisión de Rocío (II)

Una rubia despampanante se encuentra en mi poder para no perder su empleo en esta cuarentena. Recomiendo leer la primera parte para comprender en profundidad el contexto de los personajes de este relato.

Los siguientes dos días fueron muy difíciles. Por un lado, me agobiaba el lío en que estaba metido. Obviamente Rocío me mataría si supiese que realmente estaba sin empleo. Y ciertamente era inadmisible lo que había hecho, usando su boca, sus tetas y su coño para mi satisfacción a cambio de una promesa en falso. Pero, por otra parte, cada hora que pasaba me iba obsesionando más la idea de volver a poseer a Rocío. Yo nunca he tenido demasiadas relaciones y, cuando así ha sido, desde lugo no eran hembras de es...

La sumisión de Rocío (III)

Rocío, hembra de primera, continúa emputeciéndose para salvar su empleo y mantener a su hijo. Recomiendo leer los dos anteriores para comprender el carácter de Rocío y el avance de la trama.

Aquella noche, la primera desde que Rocío se mudase a mi casa en esta cuarentena, me prometí no forzar la máquina. Durante el día, tras lo ocurrido a la hora de comer, ella había estado sumamente fría y distante, y yo, de habitual tímido, me había sentido cohibido. Por la noche, después de una larga tarde de trabajo en el ordenador (currando en la contabilidad de una empresa que no existe), le dije a Rocío que bajase a cenar a solas con su hijo, pues quería regalarle un poco de intimidad. Así lo hizo, y aun...

María, la alumna que me sedujo

María, una belleza de diecinueve años se empeña en seducir a su profesor de Literatura en la Universidad: yo.

Para no restarle importancia a ella, la verdadera protagonista del relato, diré muy poco sobre mí. Me llamo Luis y soy doctor en Literatura, tengo treinta y siete años, aunque esto ocurrió cuando yo tenía treinta y cinco. Soy un hombre alto, moreno y no muy guapo. Pese a no ser muy agraciado, siempre he gozado de cierto éxito entre mis alumnas, sobre todo entre aquellas que buscan una figura paterna y que se dejan seducir por el saber y la cultura en un hombre que les saca más de quince años. Yo, que les da...

La sumisión de Rocío

Una portentosa hembra, muy digna y prepotente, se ve obligada a ir sometiéndose poco a poco al dueño de su empresa para no quedarse sin trabajo en esta cuarentena.

Os contaré cómo es Rocío, una de las cinco empleadas de mi pequeño negocio. Pero antes os diré que, dada la situación sanitaria en España, mi actividad empresarial se ha reducido a cero y he tenido que cerrar. He pedido un ERTE al gobierno, pues no me puedo permitir los sueldos de mis empleadas mientras no vendamos nada, aunque yo personalmente tengo unos pequeños ahorros. Total, que el gobierno me ha denegado el ERTE porque consideran que no cumplo los requisitos y he tenido que disolver la sociedad. Lamen...

Laura, la de las tetas gordas (IV)

Continúa la segunda cita con esta tetona que me tiene en su poder. Recomiendo leer desde el principio, o al menos la parte III. Ella manda.

-No te deprimas, nene -me dijo minutos después en tono distendido-. Te quedas sin meter la polla entre mis tetas, pero todavía puedes conseguir otro de los premios gordos: que la Laura te cabalgue.

-Uf, eso sería increíble...

-Todo es increíble conmigo, nene.

-Es verdad. Si me lo permites, he de decirte que no solo tienes las mejores tetas que he visto, algo que sin duda ya sabes, pues una mujer con una 110 de tetas naturales que las tenga así de bien puestas y sin sobrepeso, en fin, es al...

Laura, la de las tetas gordas (III)

Segunda cita con la tetona que me tiene en su poder. Recomiendo leer los anteriores. Ella manda.

Tras salvar mi empleo como pude -le inventé a mi jefe que mis amigos me habían cogido el móvil de fiesta, lo cual si bien no lo dejó satisfecho, sirvió para que me diese otra oportunidad- e intentar volver a quedar en multitud de ocasiones con ella, al fin Laura accedió a ello. Después de aquella noche de hotel, yo empecé a obsesionarme más y más con ella. Me la cascaba todos los días tres o cuatro veces con sus fotos, mientras recordaba su mano en mi polla, mi rabo entre sus tetas, su boca succionando mi m...

Laura, la de las tetas gordas (II)

Continuación de mi primera noche de hotel con una tetona morbosa que disfruta humillándome verbalmente. Recomiendo leer primera parte. Ella manda.

...Tras retirar mi polla de su boca me miró a los ojos y, mientras lo hacía, se tragó mi semen. Después, con una leve sonrisa, me agarró suavemente los cojones y me dijo, recuperando el tono amable y distendido que había adoptado durante la cena:

-Anda, nene, parece que te has quedado a gusto. A veces una tiene que ponerse un poquito zorra para que tengáis una experiencia inolvidable, ¿no crees?

-Sin duda, Laura, puedo decirte que nunca me había corrido así.

-Y volverás a hacerlo, créeme....